La malaria, también llamada paludismo, es una enfermedad que se transfiere a los humanos mediante un vector (vehículo o agente que transmite una infección).
El mosquito Anófeles es el vector más común de la malaria. Esta enfermedad se caracteriza por síntomas repetitivos; principalmente fiebre, escalofríos y sudores. Es común en los países tropicales.
La fiebre de la malaria está determinada por el ciclo de vida del parásito.
Se eleva cuando el plasmodio entra la torrente sanguíneo (1) y baja cuando los plasmodios se reagrupan (2) y se dirigen al hígado para reproducirse (3).
SIGNOS Y SÍNTOMAS
Los principales síntomas referidos en el paludismos son:
- Repetidas etapas de escalofríos, fiebre y sudor, que suceden inexplicablemente y en este orden con una duración de 12 a 24 horas
- Respiración rápida durante los periodos de fiebre
TRATAMIENTO
Si el tratamiento se inicia pronto, la cloroquina suele curar dos de los cuatro tipos de malaria en pocos días.
Sin embargo, algunos tipos de plasmodio se han hecho resistentes a la cloroquina.
En esos casos se suele recetar una combinación de fármacos que se toman durante un largo periodo de tiempo, a pesar de los efectos secundarios.
Las personas gravemente enfermas deben ser hospitalizadas y se les debe administrar medicinas por vía intravenosa.
Si la enfermedad continúa se intentan nuevas terapia.
CUIDADOS
Cómo prevenirse contra la malaria:
- Si piensa viajar a una región donde hay casos de malaria, pida a su médico pastillas para prevenirla. Estas se comienzan a tomar 2 semanas antes de partir y se siguen tomando hasta 6 semanas después de regresar.
- Durante el viaje use constantemente repelente para insectos y por la noche coloque un mosquitero alrededor de la cama.
SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida)
El SIDA o Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida es una enfermedad causada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Este virus destruye o daña las células del sistema inmune de la persona interfiriendo en la capacidad del cuerpo de luchar efectivamente contra los virus, bacterias y hongos que causa la enfermedad.
La infección por VIH hace que la persona sea más susceptible a infecciones que normalmente el cuerpo humano puede resistir como la neumonía, la meningitis y cierto tipo de cáncer.
Al virus y a la infección se les conoce como VIH.
El término SIDA es utilizado para catalogar a las etapas tardías de la infección por el virus del VIH. Pero, ambos términos, VIH y SIDA se refieren a la misma enfermedad.
Normalmente, los glóbulos blancos y anticuerpos atacan y destruyen a cualquier organismo extraño que entra al cuerpo humano.
Esta respuesta es coordinada por un tipo de células llamados linfocitos CD4. Desafortunadamente, el VIH ataca específicamente a los linfocitos CD4 y entra en ellos. Una vez adentro, el virus les inyecta su propio material genético y los utiliza para replicarse o hacer copias de sí mismo. Cuando las nuevas copias del virus salen de las células a la sangre, buscan a otras células para atacar. Mientras, las células de donde salieron mueren. Este ciclo se repite una y otra vez.
Por lo tanto, muchas copias del HIV se producen todos los días.
Para defenderse de esta producción de virus, el sistema inmune de una persona produce muchas células CD4 diariamente. Sin embargo, el virus gana. El número de células CD4 disminuye progresivamente y la persona sufre de inmunodeficiencia, lo cual significa que la persona no puede defenderse de otros virus y bacterias que causan enfermedades.
FACTORES DE RIESGO
El VIH se transmite de las siguientes formas:
Transmisión sexual.
Las personas se pueden infectar con el HIV si tienen sexo vaginal, anal y sexo oral con una persona infectada cuya sangre, semen o secreciones vaginales entran a su cuerpo.
El virus se encuentra en el semen y en las secreciones vaginales de una persona que está infectada y entra al cuerpo a través de laceraciones o pequeñas lesiones en el recto o vagina durante la actividad sexual.
Transmisión a través de sangre infectada.
En algunos casos, el virus puede transmitirse a través de la sangre y productos de sangre que se recibe por transfusiones de sangre.
Sin embargo, actualmente el riesgo de adquirir el virus del SIDA o VIH a través de una transfusión es extremadamente bajo ya que la sangre es probada para ver si está infectada con el virus antes de transfundirla.
Compartiendo jeringas.
El VIH se transmite a través de jeringas y agujas contaminadas con sangre infectada. El evitar el uso de drogas intravenosas es la forma más efectiva de prevenir la infección.
Sin embargo, si ésta no es una opción, se recomienda utilizar cloro para esterilizar las jeringas y agujas y prevenir la transmisión del VIH.
Transmisión a través de pinchazos por aguja.
La transmisión del HIV de pacientes infectados a médicos o enfermeras es baja. El riesgo es aproximadamente 3 en 1,000. Transmisión de madre a hijo.
Alrededor de un cuarto a un tercio de las mujeres embarazadas infectadas con el virus del SIDA lo transmiten a sus bebés.
Los síntomas de la infección con VIH y SIDA varían dependiendo de la fase de la infección. Cuando una persona se infecta primeramente con VIH, puede no presentar síntomas aunque es común desarrollar un síndrome gripal de 2 a 6 semanas después de infectarse.
Estos síntomas se pueden confundir con otras enfermedades y la persona puede no sospechar que esté infectada con el VIH.
Sin embargo, aún si la persona no tiene síntomas, puede transmitir el virus a otros. La persona puede permanecer sin síntomas por 8 a 9 años.
Durante este tiempo, el virus continúa multiplicándose y destruyendo células. Existen pruebas que se pueden realizar para observar la disminución del número de estas células en la sangre.
Las personas infectadas con el VIH pueden desarrollar infecciones leves o síntomas como:
- Diarrea
- Pérdida de peso
- Fiebre
- Nódulos linfáticos inflamados
- Tos y dificultad para respirar
Durante la última fase de la infección por el VIH (que ocurre aproximadamente de 10 a 11 años después de la infección inicial), se pueden desarrollar síntomas más serios llenando los requisitos de la definición oficial del SIDA.
La definición del SIDA, según los Centros de Control y Prevención de la Enfermedad (CDC), es la presencia de infección por VIH como una prueba positiva para VIH y uno d elos siguientes:
Desarrollo de una infección oportunista que es una infección que ocurre cuando el sistema inmune se encuentra comprometido como Neumonía por Pneumocystis carinii.
- Una cuenta de linfocitos CD4 de 200 o menor (lo normal es de 600 a 1,000).
- A CD4 lymphocyte count of 200 or less – a normal count ranges from 600 to 1,000.
Cuando se desarrolla el SIDA, la persona está susceptible a infecciones oportunistas.
Los signos y síntomas de alguna de estas infecciones incluyen:
- Sudoración nocturna
- Escalofríos y fiebre por semanas
- Tos seca y dificultad para respirar
- Diarrea crónica
- Lesiones blancas en la lengua y boca
- Dolor de cabeza
- Visión alterada
- Pérdida de peso
DIAGNOSTICO
La infección por VIH se diagnostica detectando anticuerpos para el virus en sangre. Cabe aclarar que las pruebas del VIH no son totalmente seguras después de la infección ya que el cuerpo se tarda algunas semanas para desarrollar estos anticuerpos (de 6 a 12 semanas). A la persona se le pedirá una prueba en sangre llamada prueba ELISA (Enzyme-linked inmunsorbent assay). Esta prueba debe repetirse si es positiva.
Si la prueba resulta positiva de nuevo, se realizará otra prueba llamada Western blot para confirmarla.
La prueba de Western blot confirma la presencia de las proteínas VIH en la sangre. La prueba de Western blot es importante para evitar falsos positivos. La persona recibirá un diagnóstico de VIH solamente si las 3 pruebas son positivas. Si a la persona se le diagnóstica SIDA, el médico también pedirá una prueba de carga viral en sangre. Esto mide la cantidad de virus en la sangre. En general las personas que tienen cargas virales altas generalmente tienen un desenlace más pobre que aquellas personas con una carga viral más baja.
Las cargas virales también se utilizan para decidir cuando iniciar o cambiar el tratamiento.
TRATAMIENTO
Actualmente existen guías para el tratamiento con medicamentos antiretrovirales en personas con VIH. El propósito de los medicamentos antiretrovirales es reducir la cantidad de virus en la sangre hasta tener niveles bajos o no detectables aunque esto no significa que el virus haya desaparecido.
Esto generalmente se logra con la combinación de tres o más medicamentos. Las guías del tratamiento enfatizan la importancia de calidad de vida.
Por lo tanto, la meta del tratamiento de SIDA es encontrar el tratamiento más sencillo que tenga pocos efectos colaterales. La respuesta al tratamiento se mide por niveles del VIH en sangre (carga viral). Estos niveles deben ser medidos al inicio del tratamiento y cada 3 a 4 meses.
Auto – CUIDADO
No existe una vacuna para prevenir la infección por VIH y no existe cura para el SIDA. Pero, es posible prevenir la infección. Esto significa leer sobre el SIDA y aprender a evitar comportamientos que son de alto riesgo para contraer el VIH.
Algunas medidas para prevenir el contagio con el VIH son:
- Aprender sobre el VIH y como se transmite.
- Conocer si su pareja sexual es VIH positivo o no.
- Utilizar condón o preservativo en todas las relaciones sexuales.
- Utilizar jeringas limpias si se inyecta drogas intravenosas.
- Realizarse pruebas de detección.
Silvia Martínez