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Fecundación artificial


Partes: 1, 2, 3

    1. Introducción
    2. Definición
    3. Tipos
    4. Métodos
    5. Conclusiones
    6. Resumen
    7. Anexos
    8. Bibliografía 

    I. INTRODUCCIÓN

    Gracias a la naturaleza, que ha dotado al hombre con las características necesarias; podemos procrear. La existencia de la persona humana comienza desde su concepción, es decir, desde el instante en que el espermatozoide humano penetra el óvulo humano y lo fecunda, momento en que comienza el conjunto de fenómenos biológicos que conducen a la singamia (unión de los pronúcleos masculino y femenino) donde queda definitivamente organizado el genoma propio de cada ser humano, el que es inalterable. En la unión del óvulo con el espermatozoide queda establecida la naturaleza humana del nuevo ser y en ese mismo momento se establece, también, el sexo genético. "Desde el momento que el óvulo es fecundado, se inaugura una nueva vida que no es la del padre ni la de la madre, sino la de un nuevo ser humano que se desarrolla a sí mismo…". Es debido a esto que la fecundidad ha sido siempre un don propio de la mujer; por esta razón, siempre que no se conseguía la gestación tan deseada era la mujer la culpable de la infertilidad. Pero hay quienes no llegan a reproducirse, ya sea por opción propia o por impedimentos físicos.

    Son estos últimos casos los que, de alguna manera, han motivado a los científicos a desarrollar nuevas técnicas de reproducción. Estos nuevos procedimientos corresponden a la Fecundación Artificial.

     El  mismo hecho de ser estéril conllevaban a parejas que deseaban tener hijos a la adopción como única alternativa para formar una verdadera familia, que es el núcleo central de la sociedad; hoy en día, y con el avance de la medicina en este campo, hablamos de pareja como una unidad con capacidad gestatoria, debido a que a través de nuevas técnicas de reproducción pueden llegar a tener hijos sin necesidad de adoptarlos y que éstos sean genéticamente idénticos a ellos mismos.

    Debido a esto tocaremos a continuación el tema de la fecundación artificial como un método que es de gran ayuda a personas que no pueden tener hijos en forma natural y que permite a algunas parejas formarse como familias.

    II. HISTORIA

    La aplicación de la técnica de fecundación extracorpórea al hombre se presentó a la opinión pública con ocasión del nacimiento, en julio de 1978, de la primera mal llamada "niña probeta" como un éxito tecnológico conseguido por los doctores R. Edwards y P. Steptoe. El alarde publicitario de este hecho no fue bien recibido en los medios científicos en donde en un principio se rechazó la publicación ya que se consideró que estas técnicas habían sido utilizadas desde hacia tiempo, con pequeñas diferencias en animales y por tanto no aportaban nada nuevo a la ciencia. Posteriormente en la publicación del trabajo se dio a conocer que Louise Brown nacía tras más de 100 intentos fallidos en los que vidas iniciadas "in vitro" no consiguieron alcanzar su completo desarrollo embrionario. La doble finalidad de estos trabajos, que era por un lado la de investigar y por otro aportar un sistema que permita la maternidad en mujeres con esterilidad, quedaron explícitamente expuestos por Edwards en los comienzos del desarrollo de esta técnica.

    Durante estos últimos años se han ido desarrollando métodos artificiales de concepción basados en estas dos técnicas, y se han presentado como soluciones para vencer la esterilidad, aunque lógicamente ninguna de ellas la cura. Existen, sin embargo, soluciones para eliminar la esterilidad en algunos casos, que permiten, por tanto, la posibilidad de una concepción natural posterior; la microcirugía de trompas, tiene actualmente el mismo índice de éxito que la fecundación "in vitro"; pero los esfuerzos de la práctica y de la investigación médica y biomédica se han centrado casi en exclusiva en el desarrollo de los métodos artificiales de fecundación más que en conocer con profundidad y conseguir la eliminación de estos tipos de defectos que producen esterilidad.

    Los continuos abusos que se han producido en la práctica de la fecundación artificial y el desconcierto ante derechos y deberes en este "negocio atípico" donde intervienen padre y madre biológicos, equipo biomédico, madre fisiológica, y la posibilidad de hacer contratos de "compra-venta" de gametos y de embriones, etc. ha dado lugar a que en muchos países se haya pedido ya, y con urgencia, una legislación. Elisabeth Panthon en 1982, examinaba los problemas plantados en torno a la fecundación "in vitro" y a la congelación, para fines diversos, de los embriones obtenidos por fecundación en el laboratorio.

    Señaló la necesidad de plantear desde el aspecto jurídico la solución a "casos" que podían darse, dado que los embriones congelados pueden ser vendidos, o implantados a fin de continuar su desarrollo en una mujer diferente de la donadora del óvulo, o dejarse durante bastante tiempo en congelación antes de implantarlos en útero, etc. Entre los "casos" a decidir planteaba, por ejemplo, el de a quién pertenece el niño nacido en el supuesto de conflicto entre la madre biológica y la madre "uterina"; o el de si existe derecho a reclamar la herencia paterna por parte del nacido, años después de la muerte de su padre, etc.

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