Descargar

Utopía del mundo andino en telúrica y magnética

Partes: 1, 2

    1. Perú, molécula exabrupto, átomo terso
    2. Marcha triunfal del suelo teórico y práctico
    3. Por experiencia vivida, más que por ideas aprendidas
    4. ¡Sierra de mi Perú, Perú del mundo, y Perú al pie del orbe; yo me adhiero!
    5. Una literatura nueva, enraizada en la tierra
    6. Fuente

    «Más que la luz danzando en el arco iris».Mario Florián

    1. Perú, molécula exabrupto, átomo terso

    César Vallejo para ser universal no tuvo que olvidarse, distanciarse ni abjurar de su aldea o pueblo natal sino que, al contrario, una de las claves de su grandeza es que abrazó siempre, pensó todo y retornó quimérico y tenaz a su Santiago de Chuco, pueblo serrano, que él lo llevó clavado en el alma, lugar del que tal vez nunca salió y de donde nunca se fue. Y es genio porque supo levantar su esencia desde la gleba de que estaba hecho y desde el grumo de polvo y la parcela que lo componía y configuraba. Pero, ¿dónde es que testimonia esa fe? En el poema Telúrica y magnética. Porque así como Masa es el poema evangélico del amor universal, donde predica que sólo con la solidaridad venceremos la muerte haciendo que incluso ella incluso hasta viva o se revista por lo menos de los dones de la vida, como es la fraternidad, es en Telúrica y Magnética donde perfila su ideario y su cuerpo de principios –si pudiera pensarse y llamarse así los mensajes que la poesía trasunta, aunque con Vallejo todo sea posible en lo que se refiere al lenguaje, pues ante él estallan formas, estructuras y murallas erigidas con las palabras. En Telúrica y magnética proclama dónde, cómo y por qué construir el reino promisorio de la utopía de una condición humana de dicha colectiva, la misma que se reinstaura en el mundo andino donde sintetiza su anhelo de redención del hombre, propuesta de sentido en donde resume su trayectoria como creador, su pasión de artista y su condición de hombre de este espacio y de este tiempo: ¡Mecánica sincera y peruanísima la del cerro colorado! ¡Suelo teórico y práctico! Surcos inteligentes; ejemplo: el monolito y su cortejo! Alinea sus huestes, enfila los elementos, involucra a la ciencia y la técnica, a la lógica y a la acción empírica en misión de lucha, guerrera y militante, como en un desfile cívico o en una marcha triunfal: ¡Papales, cebadales, alfalfares, cosa buena! ¡Cultivos que integra una asombrosa jerarquía de útiles y que integran con viento los mugidos, las aguas con su sorda antigüedad! Enumera los fundamentos terrestres unidos a los factores cósmicos, los hechos y realidades pródigas y felices junto a las hazañas del hombre y del universo: el viento, la lluvia, el sol, las aguas en su sorda antigüedad. Y recio, pleno e infinito el hombre que logró en este suelo la proeza de una organización social donde no hubo hambre, desocupación ni agresividad; si no que, al contrario, unió el trabajo la fiesta y al gozo las edificaciones. Roberto Paoli, estudioso italiano de César Vallejo, expresa: "…el mundo redimido del futuro se colorea en Vallejo de nostalgia: nostalgia de un mundo arcaico, en parte observado y en parte soñado, que asume ora la forma del Perú eterno (incaico-andino), ora la de la Rusia del trabajo, ora la de España popular, Es el mundo del espíritu, anterior a la caída y posterior a la redención, que el poeta siente sobrevivir dentro de sí (…). El Perú, en cuanto origen edénico y único tiempo posible, en cuanto salvación doméstico-agreste, (…) contrapuesto al destiempo doloroso del "presente" adulto, del valle de la caída y del exilio; y, en un poema como Telúrica y magnética, es (…) objeto de un himno arrebatado, místico, de triunfal celebración, por el cual la tierra andina, con su cielo, sus plantas y sus animales y sus humildes habitantes, desfila en figuración majestuosa, de una majestad conferida no sólo por su inmensa virginidad natural, sino también por la inocencia y la humildad del idilio edénico que acoge." Tienen los versos de este poema el tono y la tensión de lo profético, de lo patriarcal y ecuménico, como si quien hablara lo hiciera de pie sobre la montaña más elevada del orbe. Es el discurrir pujante, enfático y seguro de una voz que encarna un verbo colectivo, ni siquiera de una raza sino del hombre en general o, por lo menos, de un mundo que espontáneamente fue llamado Mundo Nuevo. ¡Cuaternarios maíces, de opuestos natalicios, los oigo por los pies cómo se alejan, los huelo retornar cuando la tierra tropieza con la técnica del cielo! ¡Molécula exabrupto! ¡Átomo terso! Quizá no encontremos en ningún sitio definición más precisa y cabal de lo que es el Perú que ésta: "molécula exabrupto", pero en el fondo "átomo terso"; país de geografía e historia que eclosiona, pero de fábula, maravilloso y mítico en su esencia; inmenso, bello y verdadero en su entraña y en su exterior arisco, convulso, beligerante, es decir: "molécula exabrupto", pero en el fondo tierno, fecundo, exacto, es decir: "átomo terso".

     

    Partes: 1, 2
    Página siguiente