El proceso de urbanización en las zonas periféricas a las ciudades mexicanas (página 2)
Enviado por Ixi olmos
Consecuencias del proceso de urbanización en las periferias
Las ciudades crecen como efecto de diversos factores sociales, económicos, disponibilidad de terrenos, de infraestructura y servicios, entre otros, que de manera alterna pero continua ejercen presión y abren oferta espacial en distintas zonas de la ciudad y van modelando la ocupación del territorio, su estructura urbana e intensidad de uso del suelo. Lo que significa que "conforme se expande la ciudad, la presión de especulación y conversión de la tierra agrícola a urbana se intensifica, provocando el detrimento de las actividades agropecuarias y del medio ambiente."[13] Es así como los asentamientos de población originalmente urbana en zonas tradicionalmente rurales modifican la relación campo-ciudad y conducen a una articulación de subespacios en donde la presencia de urbanos en lo rural se hace cada vez más evidente y modifica los modos de vida de ambos grupos sociales.[14]
La ciudad, al expandirse sobre las periferias, transforma incesablemente su fisonomía y también su funcionalidad; [15]transforma el medio (tierra, agua, aire), los recursos energéticos y las poblaciones humanas. Los nuevos pobladores demandan el establecimiento de servicios como drenaje, luz, pavimentación, etc., infraestructuras urbanas cuyo establecimiento significa ocupar tierras dedicadas originalmente a las actividades agrícolas o ecosistemas naturales, lo cual provoca, por mencionar algunos: la perdida de áreas naturales por deforestación sin control para dar cabida a asentamientos urbanos[16]la degradación del suelo y la disminución de la superficie de recarga de los acuíferos, teniendo esto último como consecuencia el incremento gradual de los problemas ambientales por el abatimiento de sus niveles freáticos, lo cual acentúa la dependencia de fuentes lejanas para abastecimiento de agua, la perdidas de la humedad del suelo y, consecuentemente, la reducción de la productividad agrícola de las periferias, los hundimientos del suelo y la contaminación de los mantos por filtraciones de tuberías de drenaje, y azolve permanente de las redes por las partículas en suspensión que acarrean los escurrimientos superficiales durante la época de lluvias, y que son depositadas a lo largo de las tuberías restándoles capacidad de desalojo. [17]Además, la falta de servicios al inicio del establecimiento de asentamientos en las nuevas zonas de expansión urbana, también provoca la contaminación de aguas pluviales, por arrojar basura y aguas negras a las barrancas. Y es que durante el proceso de crecimiento y expansión de cualquier ciudad, se requieren recursos naturales y energía, los cuales al consumirse producen desechos.[18]
No cabe duda de que el proceso de urbanización que se da en las periferias urbanas es depredador del medio ambiente, ya que la expansión incontrolada de la ciudad, que no respeta las condicionantes ambientales en cuanto a causes de agua, vegetación y topografía; aquella que ocupa grandes extensiones de terreno, con un aprovechamiento muy bajo del suelo, ha creado un desequilibrio en la naturaleza.
El desequilibrio causado por el proceso de expansión de la ciudad en el medioambiente, es un tema muy tratado e interesante, pero, se debe reconocer que también se genera un desequilibrio, un cambio en la dinámica de las relaciones sociales, en la formas de vivir, en los usos y costumbres de estas zonas.
Según un informe de las naciones unidas no se debe ver el proceso de urbanización como algo meramente negativo por que, finalmente, la concentración poblacional puede ser beneficiosa en términos de que permite a la población acceso a servicios y a la dinámica económica propia de los centros urbanos.[19] Pero desde otra perspectiva, desde los espacios rurales, la concentración poblacional causa cada vez más "la incorporación de suelo periférico al proceso urbano y esto tiene implicaciones muy importantes.
La población urbana ve a la periferia como una alternativa residencial; sin embargo la parte de la población rural que vive en la periferia ve el crecimiento urbano como una "amenaza" que seguramente provocará especulación de tierras, presiones para la venta, cambio en las actividades económicas,[20] introducción de nuevas formas de vida, tanto en la alimentación como en el vestido, la transformación de la concepción de la casa, y conducirá a hacer del campesino y del habitante de pueblo un urbanita.[21]
Expansión de la ciudad sobre tierras comunales y ejidales
Resumiendo lo tratado hasta este punto, las ciudades inducen la distribución de población en el espacio, al principio la atraen hacia una zona central, pero cuando esta se satura, la población se va desplazando hacia sus periferias, en donde la actual expansión urbana está condicionada por la tenencia de la tierra. [22]Esta condición deriva de las características agrarias que permanecen en dichas zonas.
Para comprender por que el régimen agrario influye en la urbanización de las tierras pertenecientes a un núcleo agrario, es preciso señalar las características jurídicas de la propiedad ejidal y comunal.[23] El ejido, hace referencia a las extensiones de tierras destinadas a la producción agrícola, otorgadas a las comunidades campesinas a partir del llamado reparto agrario[24]mientras que las comunales son las que habían pertenecido ya a los pueblos desde tiempos remotos y fueron confirmados por la reforma agraria.[25]
Dado que la configuración legal del régimen agrario fue diseñada para responder la problemática de un país que empezaba un proceso de desarrollo industrial y que necesitaba mecanismos de protección para una población rural, inicialmente las tierras agrarias fueron concebidas como una unidad cerrada, con derechos muy limitados por los ejidatarios en cuanto a uso y usufructo de la tierra y con tal protección que fue declarado, inalienable, imprescriptible e inembargable.[26]
Una gran parte de las tierras ejidales quedaron ubicadas en las periferias de las ciudades, ya que en esas mismas extensiones se encontraban la mayoría de las haciendas que fueron expropiadas y devueltas a núcleos agrarios. Es así como desde décadas pasadas, el proceso de urbanización, se encontró con las tierras pertenecientes a los núcleos ejidales y comunales, lo cual explica que en México la oferta de buena parte de la tierra urbanizable dependió y depende, de las condiciones impuestas por el conjunto conformado por los núcleos de ejidatarios y comuneros, las organizaciones campesinas y las autoridades agrarias.[27] Esta dependencia se maximizo con la reforma del artículo 27 constitucional que además de suprimir el reparto agrario, otorgo definidad de los derechos de los ejidatarios sobre sus propiedades; y garantizó constitucionalmente la seguridad jurídica a la pequeña propiedad rural. Por lo tanto se abrió la posibilidad de que los propietarios puedan transformar la tenencia de su tierra de acuerdo con su voluntad colectiva y que la asamblea , constituida por todos sus integrantes, pueda tomar la decisión de enajenar las parcelas y establecer un derecho a favor del ejido.[28] Sin embargo, al no tener todos los ejidatarios la misma capacidad para decidir, cuando se toman decisiones, puede ser que en realidad se reflejen los intereses de unos grupos de la asamblea y por lo tanto las decisiones no beneficien a todos.[29]
Asentamientos irregulares
En las últimas décadas las necesidades habitacionales demandadas por pobladores urbanos, no han sido satisfechas ni mediante el mercado inmobiliario formal ni por los programas públicos de vivienda, cuestión que a suscitado, como respuesta a esas necesidades, la formación de asentamientos irregulares en las periferias de las ciudades.[30] La calificación de un asentamiento como irregular se refiere al cambio o adopción de la tierra de un uso no urbano a un uso habitacional, sin la adecuación a normas de urbanización y el incumplimiento de ciertos estándares de edificación.[31] Es importante mencionar que dichas normas y estándares pueden cambiar debido a los estatutos de tenencia de la tierra, introduciendo así diferencias sobre las condiciones de apropiación del suelo y en la dinámica de asentamientos irregulares.
Entre las principales modalidades de asentamientos irregulares con respecto al tipo de propiedad, se encuentran los que se establecen en propiedades privadas, y los que lo hacen en la ejidal. Los primeros pueden ser calificados como irregulares, en varios casos, pero se presentaran los más frecuentes, uno de ellos es cuando, aunque exista permiso para fraccionar, el propietario comienza a vender lotes sin contar con las obras de urbanización, ni los servicios que la ley exige, y el otro es el del propietario que vende y fracciona los lotes si haber obtenido la licencia. Los segundos, se consideran irregulares, cuando no cumplen con los reglas establecidas en la ley agraria, sobre todo las que tienen que ver con el uso de suelo, en tierras con tenencia ejidal. Además en esta modalidad, de acuerdo con la legislación agraria, la compra venta de suelo de propiedad ejidal y comunal solo tiene efectos económicos, por que el comprador paga un precio determinado y toma posesión del lote pero, el núcleo agrario prevalece como propietario de las tierras, hasta que no se cumpla un proceso de expropiación. Además, no existe la garantía de que los ejidatarios y comuneros introduzcan obras de urbanización y servicios.[32]
A pesar de las aparentes restricciones que impone la ley para crear zonas de urbanización, que satisfagan las necesidades de vivienda de la ciudad, algunos ejidatarios, visualizan en la venta de sus tierras, la obtención de mayores beneficios económicos que los obtenidos por la producción agrícola, es así que ante la creciente demanda de sus tierras, ejidatarios y comuneros, fraccionan y venden lotes, en pequeña y grande escala, individualmente o colectivamente. Aunque esto ultimo no siempre representa la decisión tomada por la mayoría, pues, es cierto que existen ejidatarios y comuneros que participan en el proceso de urbanización a través de la venta ilegal de tierras, pero también es importante reconocer que existen otros que ofrecen una amplia oposición ante el proceso de urbanización.[33]
Hay otras historias, en donde la comunidad completa, el total de los ejidatarios y comuneros se muestran renuentes ante el uso de sus tierras, para usos urbanos. [34]Pero en estas zonas generalmente, los asentamientos habitacionales e industriales, se dan por la expropiación de las tierras por el estado o por la venta ilegal de las mismas por parte de políticos. Ante estos escenarios a surgido la lucha por la recuperación de la tierra, la cual comprende todas las demandas que implican la defensa del campesino ante la separación de su medio de sobrevivencia fundamental. Los campesinos de ejidos y comunidades cercanas a las grandes metrópolis dirigen sus demandas fundamentales contra el estado por la expropiación de la tierra o contra los funcionarios que realizan la venta ilegal de la tierra. Sin embargo cualquiera que sea la forma de manifestarse, la lucha manifiesta la destrucción de las formas productivas del campesino, pues a través del daño, el despojo o el saqueo de su tierra y sus recursos, se realiza directa y aceleradamente el proceso de descampenización. [35]
Conclusión
Las zonas periféricas a las ciudades, son espacios muy dinámicos en donde existen tanto características urbanas, como rurales. En estas zonas, la mayoría de las tierras son de uso agrícola, por lo tanto de tenencia ejidal, lo que hace tomar características interesantes al proceso de urbanización que responde a la demanda de estas tierras para satisfacer las necesidades habitacionales de una gran cantidad de la población urbana. Sin embargo, el creciente proceso de urbanización sobre las periferias urbanas, presenta diversos efectos negativos no sólo de tipo ambiental, sino también en la forma de vida y el desarrollo socio económico de sus habitantes.
Autor:
Anahí Olmos Rodríguez
[1] Capel, Horacio. La definición de lo urbano, en: Estudios Geográficos, nº 138-139. Madrid, 1975. pp. 7
[2] Bazant, Juan. Periferias urbanas; expansión urbana incontrolada de bajos ingresos y su impacto en el medio ambiente. Trillas. México, 2001. pp. 19
[3] Baigorri, Artemio. De lo rural a lo urbano. Barcelona, 1978. disponible en línea en: http://www.unex.es/sociolog/BAIGORRI/papers/rurbano.pdf
[4] Capel, Horacio. La definición de lo urbano, en: Estudios Geográficos, nº 138-139. Madrid, 1975. pp. 2.
[5] Aurousseau, M, en:. La definición de lo urbano, Horacio Capel, estudios Geográficos, nº 138-139. Madrid, 1975. pp. 3
[6] Henry Lefebvre, el pensamiento marxista y la ciudad, extemporáneos, México, 1973, pp. 132-134
[7] Henry Lefebvre, el pensamiento marxista y la ciudad, extemporáneos, México, 1973, pp. 132-134
[8] Baigorri, Artemio. De lo rural a lo urbano. Barcelona, 1978. disponible en línea en: http://www.unex.es/sociolog/BAIGORRI/papers/rurbano.pdf
[9] Aguilar, Adrián. Mega- ciudades y las periferias. Las expandidas. Ampliando le concepto en la ciudad de México. En: EURE (Santiago), v.28, n. 85. Santiago, 2002, pp. 11 disponible en línea en: http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0250-
[10] Aguilar, Adrián, et al. Expansión metropolitana de la ciudad de México y el ámbito rural de Texcoco, en procesos metropolitanos y agricultura urbana. Universidad Autónoma Metropolitana. México, 2000. pp. 88
[11] Bazant, Juan. Periferias urbanas; expansión urbana incontrolada de bajos ingresos y su impacto en el medio ambiente. Trillas. México, 2001. pp. 19
[12] Aguilar, Adrián, et al. Expansión metropolitana de la ciudad de México y el ámbito rural de Texcoco, en procesos metropolitanos y agricultura urbana. Universidad Autónoma Metropolitana. México, 2000. pp. 88
[13] Bazant, Juan. Periferias urbanas; expansión urbana incontrolada de bajos ingresos y su impacto en el medio ambiente. Trillas. México, 2001. pp.62
[14] Hiernaux, Daniel. Las nuevas formas metropolitanas y su relación con el mundo rural en procesos metropolitanos y agricultura urbana, Universidad Autónoma Metropolitana. México, 2000. pp. 36
[15] Bazant, Juan. Periferias urbanas; expansión urbana incontrolada de bajos ingresos y su impacto en el medio ambiente. Trillas. México, 2001.
[16] Bazant, Juan. Periferias urbanas; expansión urbana incontrolada de bajos ingresos y su impacto en el medio ambiente. Trillas. México, 200. capítulo 4, pp. 68
[17] Bazant, Juan. Periferias urbanas; expansión urbana incontrolada de bajos ingresos y su impacto en el medio ambiente. Trillas. México, 2001.pp. 67
[18] Bazant, Juan. Periferias urbanas; expansión urbana incontrolada de bajos ingresos y su impacto en el medio ambiente. Trillas. México, 2001. pp. 60-71
[19] Naciones Unidas, 2006 en: La urbanización creciente. Nelson, Antequera, pp. 8. disponible en línea en: http://www.cedib.org/pdocumentos/zonasur/villalibre/6.pdf
[20] Aguilar, Adrián, et al. Expansión metropolitana de la ciudad de México y el ámbito rural de Texcoco, en, procesos metropolitanos y agricultura urbana. Universidad Autónoma Metropolitana. México, 2000. pp. 89
[21] Hiernaux, Daniel, “Las nuevas formas metropolitanas y su relación con el mundo rural en procesos metropolitanos y agricultura urbana” Universidad Autónoma Metropolitana. México, 2000. pp. 37
[22] Bazant, Juan, “Periferias urbanas; expansión urbana incontrolada de bajos ingresos y su impacto en el medio ambiente” Trillas. México, 2001. pp. 51
[23] Duhau, Emilio y Martha Schteingart, “La urbanización popular en la ciudad de México” en: Schteingart, Martha (coord), Pobreza, condiciones de vida y salud en la Ciudad de México, COLMEX, México, 1997, pp. 34
[24] Bazant, Juan, “Periferias urbanas; expansión urbana incontrolada de bajos ingresos y su impacto en el medio ambiente” Trillas. México, 2001. pp. 52
[25] Duhau, Emilio y Martha Schteingart, “La urbanización popular en la ciudad de México” en: Schteingart, Martha (coord), Pobreza, condiciones de vida y salud en la Ciudad de México, COLMEX, México, 1997, pp. 35
[26] Bazant, Juan, “Periferias urbanas; expansión urbana incontrolada de bajos ingresos y su impacto en el medio ambiente” Trillas. México, 2001. pp. 52
[27] Duhau, Emilio y Martha Schteingart, “La urbanización popular en la ciudad de México” en: Schteingart, Martha (coord), Pobreza, condiciones de vida y salud en la Ciudad de México, COLMEX, México, 1997, pp. 34-35
[28] Bazant, Juan, “Periferias urbanas; expansión urbana incontrolada de bajos ingresos y su impacto en el medio ambiente” Trillas. México, 2001. pp. 51-54
[29] Duhau, Emilio y Martha Schteingart, “La urbanización popular en la ciudad de México” en: Schteingart, Martha (coord), Pobreza, condiciones de vida y salud en la Ciudad de México, COLMEX, México, 1997, pp. 35
[30] Duhau, Emilio y Martha Schteingart, “La urbanización popular en la ciudad de México” en: Schteingart, Martha (coord), Pobreza, condiciones de vida y salud en la Ciudad de México, COLMEX, México, 1997, pp. 29
[31] Duhau, Emilio y Martha Schteingart, “La urbanización popular en la ciudad de México” en: Schteingart, Martha (coord), Pobreza, condiciones de vida y salud en la Ciudad de México, COLMEX, México, 1997, pp. 31
[32] Duhau, Emilio y Martha Schteingart, “La urbanización popular en la ciudad de México” en: Schteingart, Martha (coord), Pobreza, condiciones de vida y salud en la Ciudad de México, COLMEX, México, 1997, pp. 34-37
[33] Aguilar, Adrián, et al. “Expansión metropolitana de la ciudad de México y el ámbito rural de Texcoco,” en procesos metropolitanos y agricultura urbana. Universidad Autónoma Metropolitana. México, 2000. pp. 89
[34] Bazant, Juan. “Periferias urbanas; expansión urbana incontrolada de bajos ingresos y su impacto en el medio ambiente. Trillas. México, 2001. pp. 82
[35] Rubio, Blanca. “Resistencia campesina y explotación rural en México, colección problemas de México”, Era. México 1987. pp. 77
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |