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El lenguaje de señas en Puerto Rico


  1. Sumario
  2. Introducción
  3. El estudio
  4. Referencias

Sumario

Este artículo intenta arrojar información sobre ciertas características del lenguaje de señas empleado por la comunidad Sorda[1]puertorriqueña. Un estudio realizado por González (1995) encontró que existen influencias del Lenguaje de Señas Americano (ASL) en el lenguaje de señas en Puerto Rico que lo hacen único en nuestra región. Inclusive existen señas regionales que merecen más estudio. Partiendo de la información recogida en este estudio, nuestra experiencia con la comunidad Sorda puertorriqueña y, a pesar de que el lenguaje de señas en Puerto Rico no se ha estudiado formalmente, es posible concluir que sí existe un lenguaje de señas propio de Puerto Rico.

Palabras claves: Sordo/a, comunidad Sorda, lenguaje de señas, señas regionales, Lenguaje de Señas Americano (ASL), deletreo manual, comunicación manual, comunicación simultánea, Método Oral-Aural, Colegio San Gabriel, labiolectura, lectura labiofacial.

Introducción

El tema de los métodos de comunicación es uno de los más controvertibles en el campo de la educación del Sordo por la diversidad de opiniones existentes en torno a cuál de los métodos es el mejor para la comunicación entre los Sordos, sus padres y la escuela. Es en el hogar donde primeramente se da la mediación verbal entre los padres y el niño y la niña, más tarde en la escuela entre los maestros y maestras y los estudiantes.

En Puerto Rico, sabemos por Matos (1996) que el sistema de señas usado por los Sordos y las Sordas está muy relacionado y recibe una marcada influencia del Lenguaje de Señas Americano (ASL), debido a la relación política y económica existente entre los Estados Unidos y Puerto Rico. Dicha relación permite la migración de muchos Sordos y Sordas y su exposición a los diferentes sistemas de comunicación usados por los Sordos y las Sordas estadounidenses. A su regreso a Puerto Rico, los migrantes Sordos comparten con otros Sordos los sistemas a los cuales fueron expuestos. Debido esta interacción lingüística, el sistema de señas utilizado por los Sordos/as puertorriqueños exhibe tal influencia. Del ASL, los Sordos/as han incorporado al lenguaje de señas empleado en Puerto Rico el deletreo manual, añadiendo letras del alfabeto español (rr, ll, ñ), los colores, los números, la forma invertida de la gramática -propia del ASL-, los gestos, el uso del espacio, entre otros. Esta influencia en el sistema de señas de Puerto Rico es muy notable, especialmente en los grupos de Sordos/as del Área Metropolitana de San Juan, la cual está compuesta de Sordos/as jóvenes, adultos y niños. Los adultos suelen ser quienes utilizan las señas del inglés aprendidas en escuelas y en los continuos viajes a los Estados Unidos que luego han transmitido a las nuevas generaciones. Por otro lado, los Sordos/as jóvenes han desarrollado un lenguaje propio, que estudian en Puerto Rico o en escuelas de Estados Unidos y es por esto que mezclan su lenguaje en español con el inglés. Los que estudian fuera de Puerto Rico, al regresar, lo transmiten a su vez a aquéllos que no han salido del país. No obstante, entre los Sordos/as de los pueblos del interior de la Isla, esta influencia no es tan marcada como en San Juan. Este último grupo se comunica utilizando predominantemente señas muy particulares originadas muchas veces en el hogar. En pueblos del interior de la Isla, tales como Moca, Isabela y Naranjito, se pueden encontrar señas propias que no han sufrido cambios, que se han mantenido en el área y que siguen siendo utilizadas por los Sordos/as del lugar. Estas señas son conocidas entre ellos/as como señas antiguas, aprendidas muchas de ellas en el Colegio San Gabriel hace mucho tiempo y que los estudiantes inventaron para poderse comunicar entre ellos en las horas de recreo o en los dormitorios a escondidas de sus maestros y maestras. Muchas de estas señas antiguas no son utilizadas ni son conocidas en otras partes del país probablemente por la poca interacción de los Sordos/as de esas partes de Puerto Rico con los del Área Metropolitana de San Juan sobre todo con los más jóvenes.

Se han realizado algunos estudios en Puerto Rico sobre las modalidades de comunicación de los Sordos/as y uno de ellos revela que el sistema de señas puertorriqueño pudiera estar influido por señas indígenas heredadas, pero no hay suficiente evidencia para comprobar tal afirmación (Deninger, 1987). Otro estudio realizado en Puerto Rico por González (1995) reveló que en la actualidad existen varias fuentes que han influido en el sistema de comunicación que utilizan los Sordos en Puerto Rico, que incluyen a los Sordos adultos, los Sordos jóvenes y los jóvenes egresados del Colegio San Gabriel. Los adultos usan señas del inglés aprendido en el Colegio mezcladas con otras aprendidas en los Estados Unidos. Los Sordos jóvenes que han estudiado y vivido en Estados Unidos han inventado sus propias señas. Por otro lado, los jóvenes egresados y estudiantes del Colegio, a pesar que se utilizaba un sistema oralista para la enseñanza, desarrollaron señas propias en sus horas de receso y al compartir en sus dormitorios, antes de compartir con la comunidad adulta.

El estudio de González utilizó el diseño de caso único. La muestra consistió de tres estudiantes del Colegio San Gabriel, entre las edades de 15 y 16 años, quienes perdieron su audición antes del desarrollo del lenguaje y su pérdida auditiva era severa profunda. Cada una de estas adolescentes utilizaba con más frecuencia una de las siguientes modalidades: señas, comunicación simultánea y oral. El estudio encontró relación entre el uso de modalidades de comunicación y la persona con quien se comunica el Sordo. La tendencia es que los Sordos adaptan la comunicación simultánea con el uso de la voz o sin ella, de acuerdo con la persona con la cual se comunican, ya fuese Sordo, oyente o con residuo auditivo. Este hecho nos inclina a pensar que los Sordos/as en Puerto Rico emplean diferentes modalidades de comunicación según la ocasión, el ambiente y la persona con quien se comunican.

Un estudio del 1992 realizado por González encontró que existen diversas controversias en cuanto a la utilización de modalidades de comunicación en jóvenes Sordos puertorriqueños. Los hallazgos señalaron preferencias por la comunicación oral como filosofía de comunicación entre los Sordos, especialmente en las áreas educativas y sociales.

Según González, Kirk y Gallagher afirman que las modalidades de comunicación se utilizan de acuerdo con el ambiente. Mencionan que en el ambiente educativo, los Sordos/as emplean exclusivamente las señas dentro del salón de clases, mientras que otros estudiantes combinan métodos porque las señas no son entendidas por el grupo en general. De acuerdo con los autores un lenguaje inadecuado, no sólo limita el desarrollo de destrezas académicas, sino que también determina el nivel de interacción social entre compañeros de clase. Dicha situación hace del lenguaje una de las áreas más importantes en los programas educativos (Torres, 1992), particularmente en el caso de los Sordos.

El estudio

Los sujetos del estudio de González, como antes hemos mencionado, fueron tres adolescentes Sordas puertorriqueñas entre las edades de 15 y 16 años, estudiantes del Colegio San Gabriel. La modalidad de comunicación más frecuentemente usada por el sujeto S era el lenguaje de señas; la modalidad de comunicación del sujeto CS era la comunicación simultánea y la del sujeto O era la oral.

González (1995) diseñó y validó un instrumento de observación para evaluar los cambios de conductas que se manifestaban en ambientes socioeducativos, tales como la escuela y el hogar. En la escuela se observaron en dos situaciones diferentes: en el salón (50 minutos) y en el periodo de almuerzo (30 minutos) para un total de 80 minutos por cinco días. En el hogar se observó a los sujetos por tres días durante un periodo de 360 minutos, equivalente a un mínimo de seis horas de observación por sujeto.

El sujeto S es una joven de 15 años cuya sordera fue genética-hereditaria, ya que tiene un hermanito Sordo de 4 años y de padres oyentes. Según los padres de la chica la modalidad de comunicación que utiliza con más frecuencia en el ambiente escolar y del hogar es el lenguaje de señas. En el salón de clases empleaba el lenguaje de señas, pero variaba de acuerdo a la persona con quien se comunicaba.

El sujeto CS, de 16 años de edad, vivía con su madre oyente y su hermana menor también Sorda. Según los padres la modalidad de comunicación más frecuente en el ambiente escolar y del hogar era la comunicación simultánea. En la escuela se observó que usaba la comunicación simultánea y demostró una tendencia a repetir oralmente las palabras que utilizaron las maestras durante la clase. Los diferentes métodos de enseñanza usados por los maestros evocaban diferentes respuestas en modalidades de comunicación del sujeto, a pesar de que las maestras usaban la comunicación total en sus clases. La chica en la clase hacia uso de la comunicación simultánea con la maestra, haciendo uso de su voz junto con la comunicación manual.

El sujeto O, de 15 años de edad, era Sorda congénita genético-hereditario, de padres oyentes y una hermana Sorda. Los padres dicen que la modalidad de comunicación era oral y fue ésta la empleada en el salón de clases. Sin embargo, también empleó la comunicación simultánea con sus compañeras de clase, ya que regularmente se quejaban de no entenderla cuando se expresaba oralmente. Cuando el sujeto no pronuncia bien la palabra, usa como refuerzo adicional la comunicación manual.

En conclusión, el estudio de González reveló que la modalidad de comunicación usada por los sujetos cambiaba de acuerdo con la persona con quien se comunicaban los sujetos. En el ambiente escolar y del hogar, los sujetos tendían a cambiar de modalidad de comunicación, especialmente cuando conversaban con otros Sordos. Si la persona Sorda con quien se comunicaban los sujetos hacía uso de las señas, los sujetos utilizaban la misma modalidad. Si la persona Sorda empleaba la comunicación simultánea o la modalidad oral, entonces, los sujetos hacían uso de la misma modalidad. Esta situación implica que no existen Sordos puros en el uso de una modalidad de comunicación específica debido a que las personas con quienes se comunicaron los sujetos influyeron en el uso de la modalidad de comunicación que elegían. Los sujetos demostraron ser flexibles al llevar a cabo este cambio de modalidad de acuerdo con las personas con las que se comunicaban.

En el ambiente escolar, se observó que el uso del habla y labiolectura varió de acuerdo con las personas con quienes se comunicaban los sujetos, dentro de la combinación de comunicación manual (señas y deletreo) y oral (habla y labiolectura). Cuando los sujetos hacían uso de la comunicación simultánea con sus compañeros Sordos, usaban la labiolectura sin voz. Por el contrario, cuando los sujetos usaban la comunicación simultánea con una persona oyente o con residuo auditivo, usaban su habla. Al final del estudio no se encontró relación alguna entre la pérdida auditiva y la selección de modalidades de comunicación.

En cuanto a las modalidades de comunicación en las escuelas de Puerto Rico, en el año 1981 el Departamento de Educación de Puerto Rico publicó un currículo y la metodología de la enseñanza para niños con problemas auditivos. Se proponía como sistema de comunicación en las escuelas: las señas, combinadas con habla y lectura labiofacial, y el deletreo manual. Según este currículo, estos sistemas se utilizarían para encaminar al estudiante Sordo hacia la integración en la corriente regular. En resumidas cuentas, las escuelas para Sordos en Puerto Rico utilizan el método oral-aural, la amplificación de sonidos, el deletreo manual, el lenguaje de señas, la lectura y escritura y la comunicación simultánea.

Mediante el Método Oral-Aural, el niño y la niña reciben la información a través de la lectura labiofacial y la amplificación de sonidos. Además, se les estimula a expresarse utilizando el habla. Se cuenta también con la comunicación simultánea, la cual es una combinación de señas, deletreo manual y habla utilizados en coordinación. Por otro lado, la amplificación de sonidos consiste en el uso del audífono del estudiante y un micrófono que emplea el maestro o la maestra para enseñar.

En fin, aunque no se cuenta con una investigación lingüística exhaustiva acerca del lenguaje de señas en Puerto Rico, sí podemos decir que la comunidad Sorda puertorriqueña tiene su propio lenguaje que se enriquece con señas del inglés, o señas que los mismos Sordos/as han incorporado a su vocabulario.

Referencias

Deninger, C. (1987). The situation related to sign language interpreters in Puerto Rico.

Manuscrito sin publicar, Universidad de Gallaudet, Departamento de Interpretación

Lingüística, Washington, D. C.

González, L. L. (1995). Preferencias de adolescentes sordas puertorriqueñas en la

utilización de modalidades de comunicación. Tesis de maestría sin publicar,

Universidad de Puerto Rico.

Matos, L. A. (1996). Aprende señas conmigo. San Juan: Raíces.

Torres, M (1992). Sociograma: estrategia de intervención con estudiante

audioimpedidos y sus pares sordos y oyentes. Tesis de maestría sin publicar,

Universidad de Puerto Rico, Río Piedras.

Datos personales:

El Dr. Reinaldo Saliva González posee una Maestría en Educación Especial con una concentración en Educación del Niño Sordo de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras. Posteriormente, realizó estudios graduados en la Universidad de Gallaudet en Washington D.C. sobre educación al Sordo.

Su doctorado es en Currículo y Enseñanza de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, recinto Metropolitano.

Actualmente trabaja en la Universidad de Puerto Rico en Utuado como Catedrático Auxiliar en el Departamento de Educación, Ciencias Sociales y Educación Física.

 

 

Autor:

Reinaldo Saliva Gonzalez

 

[1] El término ¨Sordo/a¨ y sus variables se empleará en mayúscula partiendo de la perspectiva sociológica del mismo.