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La necesaria república

Enviado por José López


Partes: 1, 2

    1. República vs. Monarquía
    2. La monarquía en España
    3. Argumentos republicanos
    4. Conclusión

    Más de 30 años después de la restauración borbónica en España, empieza a surgir un creciente movimiento republicano que cuestiona el sistema político vigente. Cada vez es más habitual ver banderas tricolores en la calle, empiezan a surgir diversas plataformas ciudadanas por la república, se empiezan a ver protestas simbólicas contra la monarquía, empieza a haber incluso cierta iniciativa dentro de la propia clase política como la red de municipios por la tercera república, etc. Pero cabe preguntarse si este movimiento (aparentemente aún minoritario) responde a una necesidad real de nuestro país o si más bien se trata de una cuestión puramente idealista de unos pocos republicanos nostálgicos.

    República vs. Monarquía

     Según el diccionario de la Real Academia Española república es la organización del Estado cuya máxima autoridad es elegida por los ciudadanos o por el parlamento para un período determinado. Es decir, a diferencia de una monarquía, en una república el jefe de Estado es elegido democráticamente por el pueblo. Esta "insignificante" diferencia significa que nadie hereda legalmente ningún privilegio por el simple hecho de nacer en una familia concreta. En una república TODOS los ciudadanos son iguales, al menos en teoría, ante el Estado. Es evidente que la institución monárquica es intrínsecamente injusta y antidemocrática. Es muy difícil defender la monarquía como institución con la razón. Según dice Luis María Ansón (conocido monárquico y ex director del ABC) "las razones de la república las comprende cualquiera, las razones a favor de la monarquía hereditaria requieren un estudio riguroso así como una considerable disciplina mental".

     La república (del latín res publica, es decir cosa publica) es un sistema político en el que el jefe de Estado, a diferencia de la monarquía, no accede al cargo por leyes hereditarias, sino por voluntad popular, expresada en el voto directo de los ciudadanos o en el de los representantes por ellos elegidos. El periodo de su mandato, siempre limitado, está determinado por la Constitución.

    Si el jefe de Estado es al mismo tiempo el jefe de gobierno, se dice que la república tiene un sistema de gobierno presidencial (por ejemplo Estados Unidos). En los sistemas de gobierno semipresidenciales (por ejemplo Francia), el jefe de Estado no es la misma persona que el jefe de gobierno, el primero tiene también ciertas competencias del poder ejecutivo (en política exterior normalmente), mientras el primer ministro asume las competencias de política interior. En una república parlamentaria, el jefe de Estado es elegido por el parlamento (por ejemplo: Alemania).

     Aunque, teóricamente, la república hace referencia a que la soberanía reside en el pueblo de forma democrática, en la práctica, el concepto república se lo pueden atribuir Estados que simplemente no adopten una forma de monarquía, incluyendo en ocasiones Estados con sistemas totalitarios, oligarquías o dictaduras.

     La monarquía es una forma de gobierno en la que el poder supremo corresponde con carácter vitalicio a un príncipe, designado generalmente según el orden hereditario y a veces por elección (como sucedió con el rey Juan Carlos I). Hoy en día, podemos decir que hay dos tipos de monarquías: la monarquía absoluta, aquella en la que el rey es titular del poder soberano y personifica todos los poderes del Estado (legislativo, ejecutivo y judicial), sin que exista limite constitucional alguno, es decir, una dictadura (por ejemplo: Arabia Saudí); y la monarquía constitucional (o parlamentaria), aquella que limita el poder del rey a ser la encarnación del Estado del que es jefe, y estipula su sometimiento a la Constitución; el poder recae en el pueblo que ejerce la soberanía a través de sus representantes en el parlamento y del gobierno (por ejemplo: España).

    La monarquía en España

     Mucha gente, aún admitiendo que es más lógico y justo el sistema republicano, asume que la monarquía que tenemos actualmente en nuestro país es beneficiosa y que no es necesario ni siquiera su replanteamiento. Es difícil encontrar personas que se declaren abiertamente "monárquicas" pero, sin embargo, abundan los "juancarlistas". En esencia se defiende la institución por la persona que ocupa el cargo en la actualidad, en base a su supuesta buena imagen (imagen transmitida por supuesto por los medios de comunicación "oficiales"). Esto desde luego no podría ocurrir en una república porque en ésta la institución no se justifica por el uso que haga de ella una persona concreta. ¿Pero y si la imagen que tenemos de nuestro rey dista de la realidad? ¿Y si no es tan "bueno" como nos lo pintan? El argumento principal de los que defienden al actual monarca es que "salvó la democracia" en su intervención en contra de los golpistas del 23-F. Nuestro rey "se ganó el puesto" ese día. Pero aún hoy en día, existen muchos puntos oscuros en ese trascendental suceso que no se han aclarado suficientemente. Si uno indaga por Internet puede descubrir informaciones muy preocupantes (y desconocidas para la mayor parte de la población) acerca de nuestro actual rey. Se dice que su familia ha acumulado una fortuna difícil de justificar en base al "sueldo oficial" del monarca, se habla de un presunto escándalo de robo de una colección de pinturas a la familia del duque de Hernani (que ha interpuesto querella criminal contra la familia Real por robo y estafa), existen versiones distintas de la oficial que afirman que el rey estuvo detrás del golpe de Estado del 23-F para salvar su puesto y su persona, hay una biografía no autorizada ("Un Rey golpe a golpe") que nos proporciona una imagen muy distinta de la "oficial", etc. Se dice que si los medios de comunicación estuvieran hablando sobre las actividades de nuestro rey durante un fin de semana, España se haría republicana al lunes siguiente. Todo esto desde luego suena muy preocupante pero también hay que tomarse con precaución toda información que no es posible verificar (tanto la "oficial" como la "extra-oficial"). Sin embargo, el incidente del rey en la cumbre iberoamericana puso en evidencia la férrea censura que tienen nuestros medios de comunicación hasta el punto de que ante un error más que evidente no hubo casi ninguna crítica en dichos medios y el tratamiento "informativo" del mismo no permitió prácticamente contrastar distintas versiones. Después de ver cómo las noticias relacionadas con el tema república/monarquía son sistemáticamente obviadas por la mayor parte de los medios de comunicación masivos, de ver cómo se cierran programas de televisión que se atreven a insinuar ciertas cuestiones sobre la Casa Real,… lo mínimo que uno puede hacer es tomarse con mucha prudencia la imagen que nos han transmitido hasta ahora de Juan Carlos I.

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