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Política exterior argentina con respecto a Medio Oriente durante las presidencias de Perón (1946-1955)


Partes: 1, 2

    1. Antecedentes
    2. Fundamentación y presentación del problema
    3. Objetivos
    4. Marco teórico
    5. Hipótesis
    6. Metodología
    7. Fuentes-Bibliografía
    8. Informe de fuentes
    1. Introducción:

    El actual Estado de Israel es un país de Asia que se encuentra en la orilla sur-oriental del Mar Mediterráneo, en la región conocida como Oriente Próximo, y que ocupa el antiguo territorio de Palestina. Limita al norte con el Líbano, al este con Siria y Jordania, al oeste con el Mar Mediterráneo, al suroeste con Egipto y al sur con el golfo de Aqaba (Mar Rojo).

    Para poder comprender cuales son los principales ejes en los que radica el conflicto árabe-israelí, realizaremos una breve reseña histórica desde los comienzos en que diversas tribus habitaron dicho territorio.

    El territorio de la antigua Palestina y actual Israel, y en particular Jerusalén, tienen vital importancia para las tres principales religiones monoteístas: el Islam, el Cristianismo y el judaísmo, por lo que debería ser una tierra próspera de paz y tranquilidad entre sus habitantes. Para los cristianos es escenario de la vida de Cristo, para los musulmanes, la ciudad desde donde Mahoma ascendió a los cielos, y para los judíos, es símbolo de su tierra natal y capital del primer reino judío.

    En un principio, fue habitada por un pueblo semítico denominado cananeo, que se organizaba en diversas tribus. Las mismas, después de haber sido unificadas por el Rey David en el año 1000 a.C., constituyeron los primitivos estados confederados de Israel y Judá. Tras la muerte de su sucesor (Salomón), este pequeño Estado se vio inmerso en luchas internas y relaciones hostiles con tribus extranjeras.

    Después de la destrucción del reino de Israel sufrida por los asirios en el año 720 a.C., Nabucodonosor atacó al reino de Judá en el 600 a.C., destruyendo el emblemático templo construido por Salomón, y tomando como cautivos a sus habitantes.

    Tras un período de dominaciones por estados extranjeros en la región, como Macedonia en 332 a.C. y Roma 63 a.C., los judíos perdieron la soberanía de dicho territorio, además de ser destruido el segundo Templo, del cual quedó solamente el muro occidental conocido hasta nuestros días como el Muro de los Lamentos.

    En el siglo ll d.C., el emperador Adriano prohibió a los judíos la entrada a la ciudad de Jerusalén, provocando la diáspora judía por todo el mundo, en especial en Europa.

    Por otra parte, los árabes, al igual que los judíos son un pueblo de origen semítico. Han habitado la región desde antes de la creación del Islam, realizada por el profeta Mahoma en el 610 d.C. Pero no por ello, esto significa que la totalidad de los integrantes de esta etnia profese dicha fe, ya que también un gran número de árabes practica otras religiones como el judaísmo y el cristianismo.

    Después de la partición del imperio romano en la año 400 d.C., Palestina quedó bajo el dominio del imperio bizantino hasta la conquista árabe, en el año 637 d.C. La mezquita del Al-Aqsa y la cúpula de la roca, símbolos de adoración de los musulmanes, se construyeron en el entonces desierto solar del templo de Salomón, el que llevó por nombre Haram-El Sharif. Este lugar, después de La Meca y Medina, se convirtió en un lugar sagrado para los musulmanes.

    Con posterioridad a la segunda cruzada, Saladino otorgó a los judíos el permiso de ingreso a Palestina, el cual se encontraba vedado desde hacía mucho tiempo.

    "En 1517 el país fue conquistado por los turcos y su dominación continuó hasta el final de la primera guerra mundial. El muro de los Lamentos continuaba siendo un lugar de devoción para los judíos".

    Tras la primera guerra mundial, en 1917 Palestina fue arrebatada al Imperio Otomano por Gran Bretaña. "En el marco de la guerra y las negociaciones con la comunidad judía en Palestina, se emite el 2 de noviembre de 1917 la Declaración Balfour, donde el ministro de relaciones exteriores británico, Arthur James Balfour, proclama que Gran Bretaña ve favorablemente la creación de un hogar judío en territorio palestino, y que empleará sus mejores esfuerzos para facilitar el logro de dicho objetivo, entendiéndose claramente que no ha de hacerse nada que perjudique los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías. La declaración fue recibida con enorme júbilo por la comunidad judía en Palestina y en el mundo, pero generó recelo entre los países árabes y dio origen a conflictos entre éstos y los judíos. En, 1920 tiene lugar una proclama en nombre del pueblo palestino que reza que los judíos intentan separar a Palestina de Siria y de los restantes Estados árabes, para así convertirse en los gobernantes de esta tierra, que fue seguida de una serie de ataques violentos contra los judíos".

    A consecuencia de ello, se creó el mandato británico sobre Palestina, que entró en vigencia en 1922, antes de ser aprobado por la Sociedad de Las Naciones, fallida organización que antecedió a la ONU. El mismo, tenía solamente entre sus pretensiones regir únicamente sobre el territorio palestino, pero las pretensiones territoriales para la creación del futuro Estado Judío, expresadas en la Organización Sionista Internacional; entidad que a partir de fines del siglo XlX y comienzos del siglo XX nucleaba políticamente a los judíos que deseaban retornar a la tierra prometida, incluían parte de los territorios de los estados vecinos (Líbano, Siria, Transjordania y Egipto). Además, los árabes tenían serias dudas con respecto a las intenciones de Gran Bretaña de ser el mandatario en esa zona, ya que pensaban que los verdaderos propósitos que poseía dicho país en la región eran colonizar a los pueblos que habitan allí, en su mayoría de origen árabe. También, como consecuencia de la asociación entre Gran Bretaña y sionistas durante el mandato, hubo un incremento del número de judíos que ingresaron a Palestina; esto se reflejaba en la cantidad de población judía en el territorio palestino, que en el año 1939 ascendía al 30% de la población total que habitaba en la zona. A causa de esto, se desataron una serie de revueltas por parte de los árabes en contra de los sionistas que se encontraban instalados en el lugar entre los años 1920 a 1939, por lo que el gobierno británico debió hacer uso de la fuerza para sofocar estas revueltas de manera drástica, enviando una importante fuerza militar.

    En 1947, tras los intentos fallidos por parte de Gran Bretaña de constituir un Estado Árabe y otro Judío en el territorio palestino, o en cambio, Palestina como un Estado independiente unificado en el que tanto judíos como árabes compartirían la administración y la autoridad del gobierno, la cuestión Palestina pasó a manos de la recientemente creada Organización de las Naciones Unidas (ONU), llegando a su fin el mandato británico, que duró aproximadamente 30 años.

    "Tal era la situación en Palestina cuando, en noviembre de 1947, la Asamblea General de las Naciones Unidas, cediendo a presiones, adopta una resolución tendiente a la partición de Palestina y a la creación de un Estado Árabe, de un Estado Judío y de una zona internacionalizada: la ciudad santa de Jerusalém. Esta resolución fue adoptada a pesar de la voluntad de la mayoría de la población y en contra de los ideales de la carta de las Naciones Unidas, el principio de autodeterminación y del derecho internacional". Con anterioridad, en mayo de ese mismo año, la Asamblea General creó la Comisión Especial de las Naciones Unidas para Palestina (UNSCOP), y autorizó a vincular la cuestión de los judíos europeos que habían huido de la Europa fascista y nazi, con la cuestión de Palestina.

    Tras haber recibido el pueblo judío, por parte de la resolución N° 181 de la Asamblea General de las Naciones Unidas una porción más pequeña de lo esperado, la Organización Sionista aceptó esta propuesta, ya que su objetivo de constituir un Estado Judío en la "tierra prometida", se había cumplido. En cuanto a los árabes, la situación era diferente porque éstos rechazaron de pleno la resolución por considerarla injusta e ilegal.

    "El 14 de mayo de 1948, en medio de una lucha cada vez más enconada, el Estado de Israel proclamó su establecimiento sobre la base del programa sionista, la Declaración Balfour, el Mandato y la Resolución de partición". Al día siguiente de la proclamación de independencia por parte del Estado Israel, la situación tras la retirada de las fuerzas británicas se tornó más violenta, debido al ingreso de tropas provenientes de los países árabes limítrofes hacia las zonas adjudicadas originariamente al Estado Árabe, provocando así la primera guerra árabe-israelí.

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