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Un estudio de las riquezas y del poder humano

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

    1. El origen de nuestros anhelos por control y poder — la entropía que nos orienta
    2. El dinero ganado y el poder adquirido
    3. En resumen

    Una de las providencias más efímeras es la de adquirir, sin entender y ni saber por qué, las fortunas que, normalmente, por serendipia, muchos adquieren. Así es, porque nadie — nadie — que las poseen sabe la razón por la cual el dinero les favoreció; a ellos, precisamente, y se puso a su servicio sin tan siquiera preguntar — nadie lo sabe. Igualmente sucede con el poder heredado.

    A todos quienes lo heredan parece lógico que éste les llegue sin luchas y sin esfuerzos — pero, la Naturaleza, organizadora suprema, no deja fenómeno de importancia a los caprichos del albur.

    Para entender cómo la Naturaleza actúa hay que ser su amiga, y para serlo, hay que estudiarla, y para comprenderla es requisito el talento y habilidad de poder hacerlo – algo, que no todos pueden lograr.

    Todo individuo, todo grupo, toda nación y toda sociedad, anhela el estado deleitable y envidiable de la autarcía económica y del poder supremo que los califique a ser respetado por sus semejantes, y a la vez, temido por sus enemigos — condición que muchos obtendrán por medio del robo, la mentira, la coerción y el engaño — mientras que, a otros, les llega sin esfuerzo. (Aquí el libro para leer es: The Wealth and Poverty of Nations: Why Some are so Rich and Some so Poor, por David S. Landers).

    ¿Por qué?

    La razón para ello es que, pocos de quienes hicieron o heredaron el dinero o ejercen el poder, saben qué los condujo a sus riquezas.

    Por lo que desconocen los enigmas psicológicos de su señorío. Sin saber cómo, dónde y por qué están donde se encuentran, se comportan erráticamente, siempre en temor del posible revés.

    Veamos

    Confrontados con un negocio propicio y afortunado, los hermanos "3R’s", ya estudiados en otra ponencia, arribaron al borde del precipicio.

    La razón fue que el Dr. Honorato perdió oportunidades de hacer que sus bienes crecieran, porque no sabía cómo hacerlo.

    Mientras esto sucediera a los R’s, los del Consorcio Felino, no vieron salida fuera del destino de quienes de los vicios se benefician. Así sucede continuamente, mientras que fortunas emergen y se esfuman en el crisol histórico de nuestras vidas efímeras.

    Esto duele, porque ellos ignoran o no saben entender a sus semejantes, y como decía Santayana, están condenados a repetir el mismo drama histórico. (Véase mi artículo, Los Vicios y sus Beneficiarios).

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