La transmutación de la escritura
Enviado por Simón Royo Hernández
- Primera parte: el doble modelo y su aufhebung
- Segunda parte: incursión entorno a la fundación de un estilo posthumanista de lecto-escritura entre Heidegger y Derrida
LA TRANSMUTACIÓN DE LA ESCRITURA FILOSÓFICA POSITIVISTA EN ESCRITURA FILOSÓFICO-ESTÉTICA: UN ASUNTO HERMENÉUTICO
A. PRIMERA PARTE: EL DOBLE MODELO Y SU AUFHEBUNG.
Hay dos presupuestos filosóficos que influyen a la hora de plantearse y abordar una lectura, sea ésta filosófica o de cualquier otra disciplina cognoscitiva. El primero está relacionado con la filosofía tradicional, orientada a la escritura filosófica sistemática de modelo científico y el segundo con la filosofía postmoderna, orientada a la escritura filosófica edificante de modelo estético-literario. Esos dos presupuestos son los siguientes:
1) Existe un terreno de lo teórico, el pensamiento puede alcanzar verdades y realizar juicios objetivos, separándose del nebuloso ideológico que circunda las mentes humanas; es decir, se puede llegar a separar la ciencia de la ideología, ya sea total o parcialmente, en mayor o menor grado. Se pueden separar los resultados (ciencia, contexto de justificación) del desarrollo que ha llevado hasta ellos (historia, contexto de descubrimiento), al menos a efectos cognoscitivos, que son los que aquí interesan.
Dentro del presupuesto de la verdad objetiva (lo que desde el plano de la Ontología se ha venido a llamar Metafísica) hay tres variantes principales:
A) El conocimiento se realiza cuando se llega hasta el terreno de los conceptos donde se alcanzan las verdades en la forma de una teoría. La Lógica es la esencia del conocimiento y la base de todo conocimiento en general, pues aunque la mente sólo se llena con experiencias se llena ordenadamente, de acuerdo con la estructura lógica con la que está provista de antemano. Las teorías tienden a articularse en un Sistema acumulativo de pretensiones omnicomprensivas pero siempre abierto a la incorporación de nuevas teorías y a la corrección de las antecedentes. La tradición que avala este punto de vista es lo que generalmente se denomina como platonismo y defiende un cierto espacio trascendental.
B) El conocimiento se realiza cuando se captan hechos brutos indubitables o cuando se acumulan suficientes hechos a favor de una propuesta, o cuando se cuenta con los suficientes hechos del presente con los que elaborar una propuesta sobre la que no quepa duda razonable; hasta que sean desmentidos los antiguos por otros nuevos y haya que rehacer la teoría. La esencia del conocimiento es entonces la experiencia y la mente es una tabula rasa cuyo primer ingrediente es ese espacio vacío dispuesto para llenarse. La tradición que sustenta este punto de vista procede del inductivismo y del positivismo lógico, desde donde se destaca un único espacio de inmanencia para el ser y el pensar.
C) La fusión de los dos anteriores. Teoría y experiencia son igualmente esenciales para el proceso de conocimiento y es sólo a través de ambas como se alcanza la verdad.
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