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La Colonia de Santo Domingo en el Siglo XVII (Las Devastaciones) (página 2)


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En esas condiciones se fue estabilizando el nuevo núcleo colonial por medio de la ocupación permanente de todas las zonas costeras del occidente de la isla. Con los años, las dos categorías fundamentales de la población de aventureros—bucaneros y filibusteros— que hacían varios miles de personas, fueron transformando su situación y pasaron paulatinamente a la condición de habitantes, o sea agricultores casi siempre productores de tabaco, lo que aceleró la consolidación de la colonia.

En 1670 los tres grupos de la colonia francesa, habitantes, bucaneros y filibusteros, se coaligaron en una amplia revuelta contra el monopolio comercial de la Compañía. Esto debilité temporalmente a la colonia francesa y dio un respiro a los habitantes de la parte Española. Tras la revuelta se consolidó la transformación de los aventureros en habitantes estables. Asimismo empezó lentamente a ser sustituida la utilización de en por esclavos negros en las haciendas de los habitantes, lo que representaba otro cambio importante en la tendencia a la superación del modelo inicial de La Tortuga.

Por otra parte, el número de ataques piratas en los mares desde la costa occidental de la isla empezó a menguar, sobre todo después de la paz de Nimega en 1678, por la situación en Europa y por la misma necesidad de estabilización de la naciente colafha. En el mismo tiempo, se redujeron también los ataques de bucaneros por tierra. Lo más importante es que desde inicio de la década de 1680, cesaron los ataques de ambas partes, y empezó un proceso de intercambio comercial entre las des colonias de bienes manufacturados franceses y cueros de la parte española.

Los franceses sin embargo no renunciaban a apoderarse del conjunto de la isla. Cierto qué a medida que el modelo de bucaneros-filibusteros tendía a decrecer en beneficio del sistema de los habitantes y de la utilización cada vez mayor de esclavos blancos (engagés) y esclavos negros, los franceses contemporizaron más con los españoles e incluso se llegaron a establecer relaciones comerciales bastante estables, aunque no permitidas, de ganado a cambio de manufacturas europeas. Sin embargo no renunciaban a un proyecto que estimaban fundamental, corno era la posesión de toda la isla, ya que ambas coronas se encontraban en una guerra bastante crónica en el siglo XVII. Los españoles, por su parte, todavía guardaban las esperanzas de expulsar a los franceses de esos territorios.

La chispa de la guerra en la isla fue dada por el inicio de las hostilidades en Europa entre Francia por un lado e Inglaterra y España por el otro. En 1690 el gobernador del Cabo francés De Cussy, emprendió un ataque devastador contra Santiago (el tercern desde mediados de siglo) pillando la ciudad y los hatos de La región. Por entonces se preparaba a emprender una expedición mayor contra la ciudad de Santo Domingo. Al poco tiempo, en Santo Domingo se recibieron refuerzos de la Armada de Barlovento con armas y varios años de situado atrasado. Precisamente entonces llegó una armada inglesa desde Jamaica que traía la orden del rey español de efectuarse una campaña conjunta entre las dos arma- das, con las tropas de tierra de Santo Domingo, contra la colonia francesa con el fin de destruirla totalmente.

El resultado de esto fue la toma de la ciudad del Cabo1 capital de los establecimientos franceses, el incendio de la ciudad y el pillaje de todas las riquezas que pudieron llevarse las tropas, principalmente negros esclavos. Los franceses se refugiaron en la ciudad de Portau-Paix y las tropas coaligadas inglesas y españolas renunciaron a atacar esta ciudad por las condiciones climáticas del período de lluvias.

La guerra continuó y en 1695 de nuevo se formo una coalición de tropas de ingleses, españoles y habitantes de la isla contra los establecimientos franceses del norte. Este segundo ataque no solamente desoló de nuevo la región del- Cabo, sino que culminó con la toma de Port-au-Paix. Sin embargo, la destrucción de la colonia francesa suponía prolongar la campaña contra los establecimientos del Sur, donde se refugiaron los escapados de Port-au-Paix, lo que o se hizo por el desánimo que se había apoderado las tropas de milicias de Santo Domingo que encontraron pequeño el botín logrado y que no se sentían atraídas por seguir en dificultades tan extraordinarias que causaban múltiples enfermedades y muertes entre ellos.

Estos ataques, si bien afectaron profundamente la colonia francesa, no lo hicieron por mucho tiempo ya que el-sistema acolo- nial francés que se instauraba en ella tenía bases muy firmes en cuanto que era un elemento importante para la burguesía comercial y manufacturera de Francia. A los pocas años, ya las haciendas de los habitantes se habían reconstruido y el número de esclavos negros tendía a aumentar sin cesar. Sin bien los franceses no intentaron de nuevo atacar la parte española, no por esa cesaron en los ataques piratas contra colonias inglesas y españolas en el Caribe, como fue el casa de los devastadores ataques contra Jamaica y Tierra Firme entre 1694 y 1697.

Conclusión

Habiendo dado por finalizado la elaboración de éste trabajo, sobre "El Siglo XVII", en otro orden de ideas, el Estado español interpretaba el comercio ilegal como fuente de enriquecimiento de los países enemigos, por lo que las motivaciones económicas se unían a las dé índole política y militar; asimismo, las reivindicaciones de la clase esclavista y la clase media contra el monopolio español, que como hemos visto tenían casi un siglo de manifestaciones, se habían agudizado con la práctica continua del contrabando durante más de 30 años y la decadencia de España; como también entender que las Devastaciones tuvieron que ver, por último, con el desarrollo divergente de España y otros países europeos. Que las investigación del Siglo XVII, nos han servidos de base, para nuestra futura carrera en derecho, así como también decimos que el tema del Siglo XVII nos gusto; porque hemos aprendido que las devastaciones se llevo a cabo porque se hizo traer un contingentes de tropas del presidio de Puerto Rico, ya que se esperaba que los habitantes de las regiones afectadas resistieran con las armas en las manos.

Bibliografía

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  • Brom, Juan, "Esbozo de Historia Dominicana.", Editora Gripaldo, México, 1973.

  • Peguero, V, De los Santos D., Visiòn General de la Historia Dominicana sexta edición, Rep. Dom., Santiago.

  • Recopilación de diversos Folletos de Historia Dominicana.

 

 

Autor:

Ing. +Licdo. Yunior Andrés Castillo S.

edu.red

Santiago de los Caballeros,

República Dominicana,

2014.

Partes: 1, 2
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