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El Espíritu Santo en Patriarcas y Profetas (página 2)

Enviado por Marcelo Solís


Partes: 1, 2

Los puntos a considerar en esta cita son los siguientes:

  • 1. Los Israelitas tenían la victoria sólo mediante la permanente presencia de Dios entre ellos.

  • 2. Cuando agraviaron al Espíritu Santo, la escritora dice que lo hicieron retirarse de ellos.

  • 3. Si ellos obedecían, Dios mismo estaría con ellos.

  • 4. Pero su pecado lo había separado de Dios.

El punto es que esta cita habla de la relación de Dios con su pueblo. Dios estre ellos. Pero al retirarse el Espíritu Santo, ¿estaba la presencia de Dios entre el pueblo? Claro que no. Entonces, es evidente de que al hablar de la presencia del Espíritu Santo, es hablar de la presencia misma de Dios entre israel. De esa misma manera se puede decir que Dios está presente con su iglesia "hasta el fin del mundo" mediante la persona del Espíritu Santo.

La rebelión contra las autoridades es rechazar a Cristo y un insulto al Espíritu de Dios

"Cuando Coré, Datán y Abiram se rebelaron contra la autoridad de Moisés, creyeron que sólo se estaban oponiendo a un jefe humano, a un hombre como ellos mismos; y llegaron a creer que estaban haciendo realmente la voluntad de Dios. Pero al rechazar el instrumento escogido por Dios, rechazaron a Cristo; e insultaron al Espíritu de Dios" (Patriarcas y profetas, pp. 688, 689).

Un paso peligroso

"Pasar por alto los reproche y las advertencias de la palabra de Dios o de su Espíritu, es un paso peligroso. Muchos, como Saúl, ceden a la tentación hasta que se ponen ciegos y no pueden ver el carácter verdadero del pecado. Se jactan de que tenían un buen propósito en vista, y que no han hecho ningún daño al apartarse de las instrucciones de Dios. Así desprecian el Espíritu de la gracia hasta que ya no oyen su voz, y él los deja entregados a los engaños que han escogido" (Patriarcas y profetas, p. 689).

"El Espíritu de la gracia", se refiere al Espíritu Santo que clama y llama al arrepentimiento, pero su voz es apagada en la conciencia del hombre que le desprecia y se resiste a la voz de Dios.

Tómese en cuenta que Dios actuó en Saúl por medio de su Espíritu según se describe en la página 690. Elena G. de White dice que Dios no abandonó ni dejó sólo al rey de israel. "Hizo que el Espíritu Santo se posara en Saúl para que le revelara su propia debilidad y su necesidad de la gracia divina; y si Saúl hubiera fiado en Dios, el Seño habría estado con él. Mientras la voluntad de Saúl fue dominada por la voluntad del Dios, mientras cedió a la disciplina de su Espíritu, Dios pudo coronar sus esfuerzos de éxitos. Pero cuando Saúl escogió obrar independientemente de Dios, el Señor no pudo ya ser su guía, y se vio obligado a hacerle a un lado. Entonces llamó a un "varón según su corazón" (1 Samuel 13:14), no a uno que no tuviera faltas en su carácter, sino a uno que, en vez de confiar en sí mismo, dependería de Dios, y sería guiado por su Espíritu; que, cuando pecara, se sometería a la reprensión y a la corrección".

Ahuyentar al Espíritu Santo es separarse de Dios

"Nunca se apartó el Señor de un alma que acudiera a él con sinceridad y humildad. ¿Por qué dejó a Saúl sin contestación? Por sus propios actos, el rey había deshechado los beneficios de todos los métodos de interrogar a Dios. Había rechazado el consejo de Samuel el profeta; había desterrado a David, el escogido de Dios; había dado muerte a los sacerdotes de Jehová. ¿Podía esperar que Dios le contestara, cuando había cortado por completo los medios de comunicación que había ordenado el Cielo? Habiendo ahuyentado por sus pecados al Espíritu de gracia, ¿podía acaso recibir contestación del Señor mediante sueños y revelaciones?"

"Saúl no se volvió a Dios con humildad y arrepentimiento. Lo que él buscaba no era el perdón de su pecado ni la reconciliación con Dios, sino que se librara de sus enemigos. Por su propia obstinación y rebelión, se había separado de Dios. No podía retornar a él sino por medio del arrepentimiento y de la contricción; pero el monarca orgulloso, en su angustia y desesperación, decidió solicitar ayuda de otra fuente" (Patriarcas y profetas, p. 732).

Camino de oscuridad

"¡Cuán obscuro es el sendero que elige para sus pies en el que insistió en hacer su propia voluntad, y resistió a la santa influencia del Espíritu de Dios! ¡Cuán terrible es la servidumbre del que se entrega al dominio del peor de los tiranos, a saber, él mismo!" (Patriarcas y profetas, p. 733).

El peligro de jugar con las invitaciones de la misericordia del Espíritu Santo

"Los que están tratando de tranquilizar una conciencia culpable con la idea de que pueden cambiar su mala conducta cuando quieran, de que pueden jugar con las invitaciones de la misericordia, y todavía seguir siendo impresionados, lo hacen por su propia cuenta y riesgo. Ponen toda su influencia del lado del gran rebelde, y creen que en un momento de suma necesidad, cuando el peligro los rodee, podrán cambiar de jefe sin dificultad. Pero esto no puede realizarse tan fácilmente. La experiencia, la educación, la práctica de una vida de pecaminosa complacencia, amoldan tan completamente el carácter que impiden recibir entonces la imagen de Jesús. Si la luz no hubiese alumbrado su senda, su situación habría sido diferente. La misericordia podría interponerse, y darles oportunidad de aceptar sus ofrecimientos; pero después que la luz haya sido rechazada y menospreciada durante mucho tiempo será, por fin, retirada" (Patriarcas y profetas, p. 274).

Las invitaciones de misericordia las hace el Espíritu Santo. La luz rechazada y menospreciada por mucho tiempo, será retirada. O sea, si rechazas la invitación del Espíritu, Dios te abandona a los engaños sutiles de Satanás.

Observa lo que el apóstol escribió a los tesalonisenses:

"El malvado vendrá, por obra de Satanás, con toda clase de milagros, señales y prodigios falsos. Con toda perversidad engañará a los que se pierden por haberse negado amar la verdad y asi ser salvos. Por eso Dios permite que, por el poder del engaño, crean en la mentira. Así serán condenados todos los que no creyeron en la verdad, sino que se deleitaron en el mal.

"Nosotros, en cambio, siempre debemos dar gracias a Dios por ustedes, hermanos amados por el Señor, porque desde el principio Dios los escogió para ser salvos, mediante la obra santificadora del Espíritu y la fe que tienen en la verdad" (2 Tesalonisenses 2: 9-13, NVI).

Necesitamos estar bajo el dominio del Espíritu Santo

"No hay en nuestra naturaleza impulso alguno ni facultad mental o tendencia del corazón, que no necesite estar en todo momento bajo el dominio del Espíritu de Dios. No hay bendición alguna otorgada por Dios al hombre, ni prueba permitida por él, que Satanás no pueda ni desee aprovechar para tentar, acosar y destruir el alma, si le damos la menor ventaja. En consecuencia, por grande que sea la luz espiritual de uno, por mucho que goce del favor y de las bendiciones divinas, debe andar siempre humildemente ante el Señor, y suplicar con fe a Dios que dirija cada uno de sus pensamientos y domine cada uno de sus impulsos" (Patriarcas y profetas, p. 446, la cursiva es agregada).

Si usted observó, en este párrafo Elena G. de White menciona tres palabras clave: dominio, dirija, domine.

Dominio, se refiere a que el Espíritu Santo domine o tome el control en la vida del hombre humilde.

Dirija, se refiere a que Dios dirija cada uno de sus pensamientos.

Domine, se refiere a Dios, a que él domine cada uno de los impulsos.

Esta cita nos refleja que la obra del Espíritu Santo de tomar el dominio y el control sobre los impulsos humanos es la misma obra de Dios, entonces, podemos decir con seguridad que Elena G. de White identifica al Espíritu Santo como Dios.

El Espíritu Santo es capaz de enseñar

"En las escuelas de antaño, el gran propósito de todo estudio era aprender la voluntad de Dios y la obligación del hombre hacia él.

"Se fomentaba un espíritu de devoción. No solamente se les decía a los estudiantes que debían orar, sino que se les enseñaba a orar, a aproximarse a su Creador, a ejercer fe en él, a comprender y obedecer las enseñanzas de su Espíritu" (Patriarcas y profetas, p. 644).

El Espíritu se manifiesta en profecías y cantos sagrados

"Intelectos santificados sacaban del tesoro de Dios cosas nuevas y viejas, y el Espíritu de Dios se manifestaba en profecías y cantos sagrados" (Patriarcas y profetas, p. 644).

El Espíritu Santo influye en la mente

"Habrá de ayudarnos la influencia permanente del Espíritu Santo, que atraerá la mente hacia arriba y la habituará a pensar sólo en cosas santas y puras" (Patriarcas y profetas, p. 492).

La dulce influencia del Espíritu de Dios

"¡Cuán preciosa y valiosa es la dulce influencia del Espíritu de Dios cuando llega a las almas deprimidas o desesperadas, anima a los de corazón desfalleciente, fortalece a los débiles e imparte valor y ayuda a los probados siervos del Señor! ¡Qué Dios tan bondadoso el nuestro, que trata tan suavemente a los descarriados, y muestra su paciencia y ternura en la adversidad, y cuando estamos abrumados de algún gran dolor!" (Patriarcas y profetas, p. 712).

Si usted le pone mucha atención a estos dos párrafos, Elena G. de White, al exclamar: "¡Qué Dios tan bondadoso el nuestro,.!" Se refiere a "la dulce influencia del Espíritu de Dios". No hay duda de que aquí, una vez más, la autora de Patriarcas y profetas, destaca la divinidad del Espíritu Santo y le llama "Dios tan bondadoso".

El Espíritu Santo se retirará de la Tierra

"Cuando Cristo acabe su obra mediadora a favor del hombre, entonces empezará ese tiempo de aflicción. Entonces la suerte de cada alma habrá sido decidida, y ya no habrá sangre expiatoria para limpiarnos del pecado. Cuando Cristo deje su posición de intercesor ante Dios, se anunciará solemnemente: "el que es injusto, sea injusto todavía; y el que es sucio, ensúciese todavía; y el que es justo, sea todavía justificado; y el santo sea santificado todavía" (Apocalipsis 22:11). Entonces el Espíritu que reprime el mal se retirará de la tierra" (Patriarcas y profetas, p. 199).

Cuando Cristo estaba en la tierra, prometió a sus discípulos que no los dejaría huérfanos. Le dio la promesa de la venida del Espíritu Santo.

"Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos" –dijo el Señor.

Continuó – "Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre: el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con ustedes y estará en ustedes. No los voy a dejar huérfanos; volveré a ustedes" (Juan 14:15-18).

Los huérfanos son los que no tienen Padres. Pero Jesús prometió no dejarnos huérfanos. Luego dijo: "volveré a ustedes". Entonces, ¿puede ser Jesucristo un Padre para nosotros? Realmente, ¿quién fue el que vino? ¿No fue acaso el Espíritu Santo? De acá podemos destacar la importancia de comprender la igualdad que hay entre las tres divinas personas.

Dios, es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. No se trata de tres dioses. Es un solo Dios manifestado en tres personas divinas coherternas.

Jesús continuó diciendo: "Todo esto lo digo ahora que estoy con ustedes. Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas, y les hará recordar todo lo que les he dicho" (versículos 25, 26).

Claramente se muestra en estas declaraciones que el Espíritu Santo es una persona capaz de enseñar y hacer recordar las palabras de Jesús, ¿por qué? Porque el Espíritu Santo es el mismo omnisapiente Dios.

 

 

 

 

Autor:

Pastor Marcelo Solís

Partes: 1, 2
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