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Planificación del huerto


  1. Dimensiones
  2. Diseño del huerto
  3. Elegir especies a cultivar
  4. Establecimiento de la huerta
  5. Protección de huerto

• Para muchas personas es un auténtico placer cultivar sus propias verduras y hortalizas. Constituye una actividad gratificante, saludable y útil 100%. Obtienes productos frescos y sabrosos, incluso más que los que compras en las tiendas. Es una gran sensación cultivar para el consumo propio.

• El ahorro de dinero es considerable, aunque eso sí, exige tiempo y dedicación, pero no demasiado. A medida que vayas ganando en experiencia y aprendiendo de tus errores, la producción irá aumentando.

• El huerto, si está bien organizado, ya sea en hileras o en macizos geométricos, conjugará belleza con utilidad. Hoy hay muchos jardineros que no confinan el huerto al último rincón, sino que lo integran en el jardín con las flores creando un todo artístico y armonioso. Por ejemplo, algunos detalles:

  • Los arcos decorativos pueden soportar parras, kiwi, judías,…

  • Los frutales se pueden guiar pegados a la pared, en espaldera, a modo de trepadora.

  • También hay cultivares de hortalizas decorativos como la lombarda, la col escarlata, la alcachofa de hermoso follaje gris plateado,…

Dimensiones

Asigna al huerto una superficie del jardín. Te doy unos datos orientativos:

> 12 m2 (una parcelita de 3 x 4 metros) es un mínimo para tener un huertecito.

> 20-25 m2 está bien si te limitas a producir verduras de ensalada para la primavera y el verano.

> 40-50 m2 para obtener verduras todo el año.

> 80-120 m2 para cubrir las necesidades de una familia de 3 personas.

Un huerto pequeño no permitirá plantar árboles frutales (aunque hay variedades de poco vigor) ni tampoco especies que requieran mucho espacio, como las sandías, melones, calabazas…

• Los huertos pequeños tienen la ventaja de que se pueden llevar con menos trabajo y se presta más atención a cada una de las hortalizas.

• Si no dispones de terreno, utiliza una terraza o un patio para el cultivo de verduras en macetas, jardineras u otros recipientes. Es una alternativa perfectamente válida. Hoy se ven en las ciudades cada vez más las terrazas, áticos y azoteas de edificios llenas de plantas para comer. Los frutales van bien en un buen macetón.

Diseño del huerto

1. La planificación debe ser muy cuidadosa para sacarle el máximo rendimiento posible al terreno disponible.

2. Es mejor tener el huerto y las hierbas condimentarias cerca de la cocina.

3. Elige una zona que reciba sol la mayor parte del día. Evita la sombra de los árboles, de los setos altos y de los edificios. Si es necesario, poda las ramas bajas de los árboles de alrededor.

4. En un lugar con poco sol (menos de 4 horas), sólo podrán cultivarse algunas hortalizas como lechuga, espinaca o perejil.

5. Protege el huerto del viento levantando cortavientos (setos, vallas, muros…). De esta forma se aisla del viento frío, fuerte o seco.

6. Los cortavientos es mejor que sean permeables, es decir, que el viento los puede atravesar, a diferencia de un muro que no es permeable y provoca turbulencias al otro lado. Hay varias opciones:

Setos. Tienen varios inconvenientes: tarda tiempo en formarse, requiere mantenimiento, ocupan espacio y compiten por el agua con las hortalizas cercanas.

Valla cubierta con trepadoras.

• Lámina de brezo, mimbre o cañizo.

• Mallas de plástico.

  • Si tienes animales como perros o gatos, la protección del recinto con una valla o seto bajo para impedir su paso es fundamental. Los niños pequeños también pisotea.

Elegir especies a cultivar

• Existe un extraordinario surtido de verduras y hierbas para cultivar. Hoy en día, puedes contar al mismo tiempo con:

– Variedades tempranas, tardías o de media temporada. – Normales o enanas. – De crecimiento rápido o de crecimiento normal.

• Mira con frecuencia los catálogos de semillas y compra los cultivares que mejor se adaptan a tu clima, suelo, espacio disponible y a tu paladar. Todos los años salen nuevas variedades.

• Un experto local te puede asesorar sobre las más apropiadas al clima de tu región.

El suelo que tengas también es muy importante. Por ejemplo, la coliflor no se desarrollará bien en un suelo arenoso y agotado.

• Te recuerdo que junto a las vdes. de hortalizas más conocidas, hay otras más raras y sugerentes: Quimbombó, Chimbolos, Pak choi, Tupinambos, Colocasias, Salfifí, Cacahuetes,… El abanico de especies y cultivares es mucho mayor que lo que se ve normalmente en las tiendas. Experimentar es otro de los atractivos de tener un huerto.

• En el paquete de las semillas suele indicar bastante información:

Con una planificación adecuada de la siembra podrás disponer escalonadamente de verduras frescas gran parte del año.

• No olvides las Hierbas aromáticas y condimentarias (orégano, tomillo, albahaca, romero, perejil, etc.) y poner especies pequeñas en macetas o entre las plantas del jardín para aprovechar el espacio.

Establecimiento de la huerta

Para establecer una huerta se pueden utilizar varios lugares. Puede ser en el patio o solar de la casa o escuela, si no tiene espacio o éste es reducido puede sembrar en maceteros, en los aleros de las construcciones o en otros recipientes.

Las hortalizas que se siembren en recipientes se les debe dar especial cuidado a las necesidades riego y luz, por lo que deben colocarse en un lugar que les facilite recibir como mínimo cuatro horas de luz directa. En épocas calurosas se les suministra agua una vez al día, de tal forma que el substrato (suelo) esté húmedo. No hay que aplicar agua en exceso para evitar la muerte de la hortaliza por falta de oxígeno en el suelo o el ataque de bacterias y algunos hongos que se desarrollan preferiblemente medios húmedos. Es fundamental para el establecimiento una huerta conocer el tipo de suelo y las condiciones climatológicas prevalecientes en la región (temperatura, horas de luz día, precipitación).

UBICACIÓN DEL HUERTO

Haz un pequeño plano en papel del terreno para dibujar la distribución de las distintas variedades a plantar.

Las hortalizas se pueden disponer de dos maneras:

  • En hileras: es el método tradicional.

  • En macizos rectangulares, cuadrados, círculos, media luna,… En ambos casos hay ventajas e inconvenientes. En los macizos salen menos malas hierbas que en líneas al no existir un surco de tierra desnuda en medio.

Si cultivas en macizos, el centro tiene que ser fácil de alcanzar desde el borde, sin necesidad de pisar el suelo para nada. Para ello, cada era o banda de plantación, tendrá una anchura máxima de 1,2 metros. Se delimitan con ladrillos, tablones o con borduras de plantas, como perejil, orégano, cebollas, aromáticas (santolina, romero o lavanda), boj, evónimo enano,…

No siembres ni diseñes muy apretado que luego engaña. Las plantas crecen y se puede convertir en una selva que impida entrar para las labores además de competir entre ellas por el espacio y la luz.

Traza caminos suficientemente anchos y cómodos para el paso de las personas y de una carretilla sin tener que ir haciendo "malabarismos".

Un invernadero proporciona una oportunidad adicional de ampliar la temporada de cultivo. Es ideal para hacer semilleros. Si puedes, instala uno, tendrás más posibilidades. Sitúalo en un lateral.

Reserva otro espacio para elaborar compost. Los compostadores son unos cajones de madera o unos bidones de plástico en los cuales se echan todos los desechos de hierbas y productos orgánicos del huerto y la cocina. Regándolos, estas substancias fermentan y se convierten en compost, un abono que sirve para enriquecer el terreno.

Es mejor no plantar los frutales en la misma tierra de las hortalizas para que no se produzcan competencias entre las raíces de unas y otras por el agua y los nutrientes. Los árboles frutales se deben colocar en una parcela aparte o bien diseminados por el jardín.

En climas secos es muy interesante disponer de un aljibe o un tanque en el que se vaya recogiendo el agua de lluvia para regar. Siembra en almácigo

Es una forma de adelantar tiempo, de asegurar mayores cuidados a las plantas y así tener mayor seguridad de que éstas crecerán sin problemas. Se siembran en almácigo: lechuga, repollo, coliflor, puerro, cebolla, brócoli, tomate (tienen semillas chicas). También pueden sembrarse así la acelga y la remolacha (tienen semillas más grandes).

Preparación del Almácigo:

Para preparar un almácigo pueden usarse: cajones de madera, latas grandes (como las de dulce), macetas.

En el fondo podemos colocar una capa de paja que conservará la humedad, luego una capa de tierra (la mejor que consigamos) y, en la superficie, una capa de tierra fina mezclada con abono compuesto bien fino (esta mezcla puede pasarse con un tamiz de 1 cm. de malla).

Para sembrar, marcamos surcos paralelos a 10 cm. con una tablita, colocamos las semillas con la mano, cubrimos con la tierra preparada y regamos con lluvia fina.

Algunas hortalizas como zapallo, zapallito, melón, pepino, sandía, las podemos sembrar en vasitos de yogur. Con este método aseguramos que las raíces no sufran con el transplante ya que solamente tenemos que invertir el vasito manteniendo el plantín entre los dedos y retirar el vaso con cuidado.

Lo usamos cuando queremos obtener cosechas más tempranas o cuando es un poco tarde para hacer la siembra directa. Al llevar a la tierra una planta ya crecida (y seleccionada), tenemos mayores posibilidades de obtener buenas cosechas.

Cuidados del Almácigo

Una de las ventajas de hacer siembras en almácigos es que pueden protegerse mejor del frío o calor excesivos (podemos trasladarlos o cubrirlos) y pueden recibir un riego más cuidadoso.

En verano, para protegerlos del sol de mediodía, podemos construirles un techito de cañas o paja para que los plantines reciban media sombra.

Conviene que los riegos se hagan por la mañana temprano o por la tarde, cuando ya bajo el sol, evitando encharcar la tierra.

En invierno los protegeremos de las heladas con un plástico, sostenido por estacas, o con vidrios, que descorreremos un rato durante el día para que la almaciguera se ventile y no se formen hongos en su interior.

Siembra Directa.- Se hace directamente sobre el tablón. Así se siembran: acelga, rabanito, poroto, maíz, zapallo, perejil, arvejas, habas, remolachas, zanahorias. Al momento de la siembra se corre el mantillo, se marca el surco y se riega. Se agrega abono compuesto y se siembra (la profundidad depende del tamaño de la semilla). Tapamos la semilla con abono y apisonamos suavemente. Cubrimos con mantillo y regamos con lluvia fina.

Transplante.- El transplante se hace cuando las plantas tienen tres o cuatro hojas, en el caso de lechugas, repollos, acelgas, coliflores, etc, y cuando el tallo llega al grosor de un lápiz, en el caso de los tomates, berenjenas, pimientos, cebollas y puerros.

Pasos a seguir

  • Regamos bien el almácigo.

  • Sacamos los plantines, de a uno ayudándonos con una cuchara.

  • Marcamos una línea sobre el tablón (podemos usar estacas e hilo).

  • Abrimos agujeros usando el plantador o un palo de madera. Regamos.

  • Colocamos los plantines, evitando desprender la tierra de las raíces. Si tenemos abono compuesto, lo usamos para tapar los hoyos.

  • Presionamos la tierra junto a la planta con ambas manos para queden firmes y regamos alrededor de los plantines. Cubrimos la tierra con paja para proteger la tierra del sol y los golpes del agua de riego.

Protección de huerto

  • El cerco

Hemos dicho que el cerco cumple múltiples funciones, porque aprovecharemos su estructura para hacer siembras. Estas aumentarán la producción y crearán un clima particular de protección.

Ubicados en dos o tres lados del cerco, preparamos canteros de 0.50 m. de ancho. Como ejemplo: un lado puede ir con habas o arvejas en invierno y maíz y poroto en verano. Otro lado, con poroto japonés en verano y verduras bajas en invierno. El tercer lado, con esponja vegetal o chu-chu (Papa de aire) en verano y habas en invierno.

Además, podemos alternar con plantas aromáticas y flores que no sólo alegrarán nuestra vista, sino que protegerán la huerta de insectos dañinos.

  • Rotación, secuencia y asociación de plantas

 

 

 

Autor:

Roque Mauricio Palacios Zuniga