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La masturbación, el instinto sexual y los trastornos del comer (página 2)

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

Hay un detalle de importancia que recordar en este momento, y es que entre los simios grandes:

El ser humano, se alimenta en público y se aparea en privado.

Mientras que los demás antropoides comen en privado y se aparean en público.

Por supuesto, que esto varía con las circunstancias.

El propósito de esta tesis es el de demostrar que nuestras actividades sexuales y alimenticias — como género dotado con la mayor de todas las inteligencias y de otras aptitudes especiales — puede que, recientemente, hayan sido subvertidas y transformadas en mecanismos mal adaptivos que conllevan a la obesidad, a la dependencia en las drogas y al abuso del hedonismo sexual, que algunos profesionales del comportamiento desean agrupar bajo el palio de la "adicción al sexo".

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Familia del paleolítico

En mi ponencia el Onanismo de Nando, describo el caso de una enfermedad obsesiva-compulsiva en un joven cuya tendencia a masturbarse era tan pertinaz que terminó en una hospitalización donde recibiría electrochoques, como parte de su tratamiento.

Tan descontrolada estaba su pulsión sexual.

De interés para nosotros, es que antes de comenzar sus actividades auto eróticas, Nando era bastante gordo, como asimismo lo fueran sus siete hermanos y hermanas, sus padres y todos sus tíos y tías, en ambos lados de su familia.

La familia era próspera y manejaba muchos negocios.

De todos los negocios, el que se constituyó en la némesis de Nando, fue una panadería que la familia adquiriera de unos inmigrantes italianos que decidieron volver a Sicilia, luego de no poder hacerla rentable.

Antes de caer enfermo, Nando dedicaba los días a comer el pan fresco y las pastelerías que se horneaban en abundancia en una industria cuyo nombre pasó de ser una simple panadería, a ser la "industria panificadora del valle".

El poder de los nombres…

Mientras más tiempo dedicara a satisfacer uno de sus instintos de auto preservación, fuera de control. Ingiriendo copiosamente, los panes hechos con harina refinada, acompañados por el azúcar y las grasas provistas por la ubicua mantequilla, su peso se disparaba a velocidad vertiginosa, y con resultados poco estéticos.

Lo que todo cambiaría cuando Nando hiciera su entrada fisiológica al salón de la sexualidad, vía el "amor" platónico que profesaba a su Dulcinea del Toboso, la joven Rebeca, con quien aparece en la otra lección mencionada.

Entonces, Nando adelgazó y se preocupaba porque su figura fuese aceptablemente esbelta, como asimismo comenzó su obsesión con la apariencia de su cabello.

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Consumo agrícola

Si la gordura era común en su entorno inmediato, asimismo la actividad sexual precoz (posiblemente, producto de sus gorduras) también lo era.

Dos hermanas tuvieron que contraer nupcias, por estar embarazadas y su hermano menor fue forzado a hacer lo mismo por haber compartido el tálamo concupiscente con una noviecita, muy joven.

Lo de la "concupiscencia" fue el término empleado por una tía solterona que residía con la familia.

La gordura y el sexo: ¿Entidades paralelas?

Veamos

Parece ser, que existe un balance entre las fuerzas del entorno y del cuerpo de los animales que deben medrar en situaciones, a veces, difíciles en extremo.

Esto es necesario para sobrevivir.

No se puede concebir que durante tiempos de escasez alimenticia se tengan hijos.

Pero, ¿qué sucede, cuando la alimentación se torna, sino en alimentación abundante, en alimentación en exceso?

En la mente, surgen imágenes del corpulento Henry VIII, sediento y ávido por mujer y comida, urgencias que satisfizo con mucho entusiasmo, antes de morir a la edad de 54 años.

Evidentemente, este fenómeno no era posible en el pleistoceno, a cuyas condiciones nuestro cuerpo estaba adaptado evolutivamente.

En este último caso los dos instintos estaban en reciprocidad harmoniosa.

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El amor de mis amores…

En otros casos, como en tiempos presentes — donde la comida abunda en exceso — existe un desacoplamiento entre ellos, resultado de las influencias del entorno, como más adelante veremos.

El sexo no-reproductivo como una de las soluciones posibles

Cuando, como resultado de la alimentación, existe una discrepancia entre el impulso sexual y las oportunidades para satisfacerlo, para aliviar las tensiones de sus demandas, pueden gobernar todas las variedades de sexo no-reproductivo: desde el sexo oral en todas sus guisas, la masturbación para ambos sexos, y aún para quienes crecen en la proximidad de ganado y caballos, montar los animales con fines eróticos.

Entonces, ya hemos establecido la reciprocidad de los instintos, con sus confluencias psicológicas, de acuerdo a Jung, y con sus conflictos, para no quedar por detrás, de acuerdo a Freud.

Lo que aún no hemos discutido es el instinto de la auto preservación y de cómo éste ejerce sus influencias en la expresión de los del comer y reproductivos.

En tiempos de catástrofes naturales, la prioridad, la adquiere escapar la amenaza para llegar a un lugar salvo donde estaremos seguros y sin peligros.

Mientras huimos, no pensamos en comer o en el sexo, tendencias que no retornarán por el tiempo necesario para lograr la estabilidad perdida.

Pero, repetimos, cuando no existen peligros aparentes, cuando la comida sobra y las hormonas vibrantes del sexo nos impulsan — sin poder satisfacerlas — un vehículo poderoso es la masturbación para satisfacer el sexo. O la comida, para lograr los mismos fines.

O, quizás, la comida y la masturbación en conjunto para satisfacer, ambos instintos. (Véanse mis artículos acerca del celibato y las parafilias).

El caso de Mario

Este caso es ilustrativo, porque Mario, siempre había sido extremadamente obeso, como asimismo lo fuera una hermana.

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Masturbación

Pesando cerca de las trescientas libras, nunca había gozado de la proximidad sexual de ninguna persona de cualquier sexo.

Admitía, que el sexo, como actividad, "era algo que no le interesaba", y, que la comida le proporcionaba toda a satisfacción sensual que necesitaba.

Nunca se había masturbado, y, tampoco había tenido los famosos "sueños mojados" (o poluciones nocturnas).

Sus padres se sorprendían de que, nunca usó su computadora para algo más que para sus labores escolares.

Para Raoul, era distinto.

Éste había sido obeso desde la niñez y lucía como Mario — porque era tan obeso como Mario lo fuera — lo que no impidió que contrajera nupcias con una mujer que creyó que se casaba con un hombre de mucho dinero, lo mismo que él pensara de ella, cuando se casaron.

La primera noche de su luna de miel, Raoul, la dedicó a "confesar" a su joven esposa, que la quería mucho, pero, que para evitar su rechazo, mintió acerca de sus posibilidades económicas.

Aunque, estaba dispuesto a trabajar en lo que fuera — dentro de las industrias de la familia de ella — para ganarse la vida, y proveer para ambos y sus futuros descendientes.

Cuando ella le confesó haber hecho lo mismo con él, la comedia no terminó, sino que, habiendo consumado las ceremonias rituales del himeneo, procedieron a tener varios hijos, mientras luchaban para sobrevivir.

Para él, la vida eran sus platos atiborrados de comida, los que consumía por placer y "deporte", ya que era su único pasatiempo formal.

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Idealismo de tiempos pasados

Cuando se hizo una reducción gástrica del estómago, en muy poco tiempo, la circunvaló exitosamente, porque ingenió métodos de comer helados batidos con bizcochos, los que ingería continua y cautelosamente durante el día para evitar el síndrome dumping.

Hablando de su libido sexual, respondió, "si tengo mis comidas, a mí eso nunca me ha importado…"

Quienes hayan seguido mis artículos acerca de las funciones de los centros de la gratificación cerebral podrán bien entender cómo la comida puede constituirse en una de las tantas recompensas, a las que — sin saberlo — algunos padres introducen los hijos desde su niñez más temprana.

La comida, como el sexo, es ambas cosas, proceso y función.

En el caso de la masturbación, puede que ésta no sea, necesariamente, la actividad erótica que aparenta ser.

Otra razón más por la cual es tan difícil, para muchas personas tratar de perder de peso.

La masturbación, como el atracón nocturno es actividad furtiva, colmada de sentimientos conflictivos y, acompañados, a veces, de sentimientos de culpa.

Así engordamos…

Nuestros genes han cambiado muy poco durante la evolución. Estamos programados hereditariamente para el acumulo transitorio de grasa en nuestro cuerpo. Grasa que almacenábamos porque la Naturaleza lo permitiría para compensar por los períodos alternativos de escasez y abundancia.

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Confluencia de los instintos

Actualmente, en nuestro medio, sin períodos de escasez alguna; estamos rodeados de comestibles excesivamente grasosos y adulterados en demasía con la adición del azúcar. Esta forma de abundancia es factor que contribuye al avance de la epidemia de la obesidad en todas las edades.

Las respuestas condicionantes son increíblemente poderosas en lo que respecta a los alimentos: cuando se pasa frente a una máquina que vende golosinas y se ven las barras de chocolate, éste último se desea aunque no se tenga hambre — lo mismo sucede si es que se observa en una revista.

Esas fantasías de comer la golosina apetecida viajan por las mismas rutas neurales en que transitan las fantasías sexuales.

Pero, de no verse, los chocolates y su consumo no entrarían en la mente.

Se sabe, como resultado de estudios de grupos de gemelos que el 50% de las adicciones de comida y drogas es combinación de factores genéticos y del entorno.

Lo que sucede, es que los genes envueltos entran en juego a niveles de actividad diferentes — desde la divergencia de cómo distintas personas metabolizan las drogas o lo que comen; a diferencias tales como son la posibilidad de que algunas personas y no otras se encontrarán envueltas en comportamientos que indican riesgos.

En el caso de la obesidad, algunas personas, pueden estar a mayor peligro para el desarrollo del comer compulsivo porque son hipersensibles a las propiedades compensadoras de la comida.

Un estudio demostró que algunas personas obesas poseen una eficacia gustativa incrementada en respuestas provenientes de la boca, de los labios y de áreas localizadas en la lengua.

Para ellos, comer, puede ser mucho más placentero que ningún otro reforzador natural, incluyendo la actividad sexual.

Mientras que, para algunos, el éxtasis de la comida resulta en la acumulación enorme de libras, para otros, puede que se encuentre en otra actividad, igualmente placentera, como Carl G. Jung postulara cuando concibiera su principio de la confluencia de los instintos para explicarlo.

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El "nuevo paradigma"

En resumen

Que, todos los factores siendo iguales, que en nuestras etapas evolutivas originales, como género, carecíamos de la comida en abundancia que hoy nos ahoga.

Como consecuencia, habiendo agotado todos los senderos del placer, debemos de aumentar sus efectos meramente sibaritas, utilizándolos como si fueran drogas — a veces, sin soslayar las mismas drogas.

Entonces, nos preguntamos, ¿es posible tratar la gordura con dietas y operaciones, mientras ignoramos sus causas?

Caveat emptor…

Fin de la lección.

Bibliografía

  • Diamond, J: (1992) The Third Chimpanzee: The Evolution and Future of the Human Animal Harper Collins

  • Larocca, F: (2007) TOC y el onanismo de Nando en monografías.com

  • Larocca, F: (2007): Las dietas para reducir: La cuarta disorexia: Ahogándonos en medio de un alud de ilusiones en monografías.com

  • Larocca, F: (2008) La regulación afectiva y sus vicisitudes aplicadas al sobrepeso en monografías.com

  • Larocca, F: (2008) La obesidad como comportamiento adictivo en monografías.com

  • Larocca, F: (2009) La relación entre el embarazo precoz y la gordura en Blog Sistema Límbico

 

 

 

 

 

 

Autor:

Dr. Félix E. Larocca

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