El ingreso de la globalización y las transformaciones culturales en América Latina; el caso de Chile (página 2)

Revisemos entonces qué es lo que pasa con América Latina en este sentido. "Los efectos negativos de la globalización se observan con mayor gravedad en la población de los países más pobres y en los frágiles mecanismos internacionales para asegurar la paz mundial. En los países en desarrollo, las políticas globales de privatización, corte de gastos públicos, y la liberalización de regulaciones económicas, han reducido la capacidad de los gobiernos nacionales para invertir en programas de desarrollo y justicia social. Para muchos de estos países, como lo afirma el escritor Mexicano Carlos Fuentes (2000), lo que esta ocurriendo es la "globalización de la pobreza."

Los procesos de cambios acelerados y continuos que comienzan entonces con un carácter económico no se alejan para nada de la realidad que pretende vivir la región latinoamericana, la mayor presencia de habitantes aborígenes, marca una pauta de comportamiento-tradición muy distinta a la del resto del mundo. La conformación de los estados-nación dentro de la misma, por ende, debiese estar mediada bajo criterios de unificación cultural dentro de los programas políticos y agendas públicas de las administraciones pertinentes, algo que claramente no esta sucediendo.

Favorecer el roce entre la cultura latinoamericana y la globalización, es introducir al sujeto-actor a un plano y realidad temporal y espacial que renueva los espacios culturales dentro de la región como el país. La tecnología ha contribuido también a alterar significativamente la velocidad y el cambio de la sociedad y la cultura, facilitando las relaciones a distancias.

De esta manera pondremos atención, para finalizar este breve comentario sobre el caso Chile.

Hemos de suponer que la realidad del Chile económico y el Chile cultural frente al ingreso de la globalización, contienen características muy disímiles entre sí. En este breve apartado y como finalización de este comentario nos centraremos sobre la relación (negativa o positiva, dependiendo de la perspectiva con la que se mire) entre la globalización y el Chile cultural.

Así, nos encontramos en un contexto insuficiente para la potenciación cultural dentro del país y aquí, que se tenga claro, no tratamos de referirnos a programas culturales del bicentenario para Chile o cómo vivirá Chile el bicentenario, pues se nos hace evidente que bajo la cercanía del proceso de elecciones, cualquier administración hubiere reforzado eventualidades culturales.

Entonces claramente si entendemos los cambios que la sociedad contemporánea experimenta, nos enteramos que la globalización es el primer fenómeno mencionado y al respecto el Chile cultural se ve afectado de manera creciente en relación al mismo intercambio cultural que ingresa de una manera completamente distinta, mediante ideologías nuevas que parecieran ofrecer una interpretación distinta y mejorada de la calidad de vida y situaciones sociales.

En consiguiente, el espacio cultural que representa Chile frente a sus habitantes, desde mi humilde opinión, no se ve reforzado por los avances, intensificaciones o intencionalidades culturales que rescaten la identidad, la definan y convoquen a la formalización de los rasgos y características identitarias que desde el mestizaje y los tipos de gobiernos mas bien militarizados engendraron una distorsionada Identidad de la Nación Chilena.

Por otro lado se hace necesario que a este espacio cultural que representa Chile se le deje de entender como Santiago y se emplace a una desconcentración y descentralización del poder económico-político-cultural, en la amplitud de ambos términos, necesariamente enfocados al desarrollo (quizás endógeno) para enfrentar este fenómeno de la globalización y que ésta no mantenga la facilidad con la que desprende las culturas de los lugares de orígenes (entendamos que la relación globalización-imperialismo existe, de manera directa o indirecta, abierta o encubierta, la encontramos en los afanes de conquista terrestres como espaciales lo que conlleva al llamado control económico mundial, por medio de la introducción de creencias que no son pertinentes a las realidades de por ejemplo los países en vías al desarrollo).

Es entonces Chile un enclave para el proceso de Globalización, Es quizás un recurso, es necesario que por medio de la economía deban desaparecer patrimonios, biodiversidad, costumbres, tradiciones, es el 18 de septiembre el periodo del "recuerdo de la cultura chilena".

Debemos concluir que la globalización, a mi gusto, no regenera los espacios culturales y esto va tanto para Chile como para la región latinoamericana, sino mas bien impone la cultura de la potencia de turno, provocando viejas rencillas entre nacionalismos reencontrados por contraculturas a las que se les dice potenciales violentistas o extremistas, quizás terroristas, y que no ingresan dentro de la lógica rentable para los pequeños grupos económicos que sostienen el poder y manejan cultura y política a su antojo.

Así por ejemplo la no capacidad política de llamar a integración y reformar la constitución postpinochetista que aún mantiene estancado al país y que será tema a tratar en una siguiente ocasión.

Autor:

Giovanni Pellegrini

Martes 06 de octubre del año 2009