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Literatura Hispanoamericana y Argentina

Enviado por Franco Bottini

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    La Eternidad o el Cambio

    Todos sabemos que uno de los temas que Jorge Luis Borges trata frecuentemente es la eternidad. En esta monografía pretendemos demostrar por qué este autor se ve tan interesado por esta temática: ¿será porque lo seduce la idea de la vida infinita? ¿Será porque lo aterran los inevitables cambios producidos por el correr del tiempo?

    Para analizar esta hipótesis nos vamos a remitir a la lectura de tres cuentos: "El Sur", "El Aleph" y "El Inmortal" ya que en ellos nuestra temática representa un punto muy importante dentro de su desarrollo y por lo tanto nos da lugar a un interesante análisis de la misma.

    El primer cuento lo analizaremos debido a que su personaje principal (estrechamente emparentado con el nuestro autor) comienza a cuestionar el vivir en la continua sucesión del tiempo; desea librarse de las limitaciones ejercidas por el mismo. Va a buscar cómo hacerlo y al final llegará a lograrlo.

    El segundo cuento nos llama fuertemente la atención debido a que Borges nos hace notar, a través del discurso de un personaje (otra vez fuertemente asociado a él), cómo lo horroriza el cambio y trataremos de relacionar esto con una posible voluntad de eternidad.

    La tercera obra a tratar es "El Inmortal". En esta se evidencia un alejamiento entre el autor y la eternidad ya que este se muestra reacio al sedentarismo que puede engendrar una vida infinita.

    Finalmente, nos basamos en Historia de la Eternidad, sobre todo en la eternidad denominada por Borges como "eternidad platónica" ya que, a través de esta, comenta su desagrado e intolerancia hacia la sucesión del tiempo. Da su propia definición de "eternidad" y de "tiempo". Apoyándonos en ellas podemos analizar cómo afectan estas dos nociones a Borges y tratar de justificar nuestra hipótesis

    A estos textos del autor vamos a sumarle las opiniones e interpretaciones de reconocidos estudiosos del tema. Entre ellos, un ensayo de Cecilia Ibarra llamado Borges, la eternidad, en el que ella analiza en especial el cuento "El Inmortal". En este ensayo, Ibarra nos muestra una serie de sentimientos y pensamientos que podrían invadir a un hombre en caso de alcanzar la infinitud y ser librado a un mundo sin tiempo. Sus justificaciones son de gran utilidad ya que nuestra hipótesis pretende plantear (al igual que la de ese ensayo) que a pesar de que la finitud del tiempo nos limita, alcanzar el infinito nos aniquilaría. Otro texto del que vamos a hacer uso es "Desintegración del Tiempo" de Barrenechea, Ana María,  que nos aportará un análisis de la eternidad borgeana tanto cristiana como platónica, basándose repetidas veces en fragmentos de "Historia de la Eternidad" de gran relevancia. Y por último, Alazraki, Jaime, "el Tiempo", dará una clara opinión y un puntual análisis del tiempo cíclico borgeano que nos ayudará a comprender mejor el concepto de eternidad y su relación con la sucesión temporal de los hechos.  

    Remitiéndonos a la lectura de "El Sur", el personaje principal, quien se ve ligado estrechamente al autor, comienza a cuestionar el vivir en la continua sucesión del tiempo; desea librarse de las limitaciones ejercidas por el correr de las agujas del reloj. él está buscando poder vivir "en la eternidad del instante", tal como lo hacía el gato del bar, y va a imitar a esta "divinidad desdeñosa" aún si tiene que morir para alcanzarla. Como en la vida real esto es imposible, Borges se introduce en el mundo ficcional identificándose fuertemente con algunos de sus personajes, a los que encaminará hacia la eternidad.

    En el caso específico de este cuento, es Johannes Dahlmann quien será el encargado de, a pesar de le muerte segura que lo esperaba, aceptar el duelo de navajas. Sólo lo hizo porque estaba confiado de que con esa muerte iba a poder librarse de las barreras del tiempo. La necesidad que este personaje tenía de anular el dominio ejercido por el tiempo se había hecho evidente durante su estadía en el hospital, cuando perdió la noción del mismo y lo sintió pasar muy lentamente, aparentando ser de una extensión mucho mayor a la que realmente fue. Cabe destacar que, cuando el autor nos dice que Juan entra en la planicie, nos esta describiendo un paisaje que por su extensión da la sensación de carecer de límites; esa sensación da una imagen de algo infinito que nos motiva a pensar que el personaje ha accedido a la eternidad. Aquella que suponemos lo librará de la limitación ejercida por el tiempo.

    Este transcurrir inverso o alterado de las horas es un espectáculo común en la literatura borgeana. Son hechos que pertenecen a "un mundo en el que el tiempo se ramifica y el hombre vive un número creciente de vidas que proliferan hasta el infinito" (de Barrenechea, Ana María, "Desintegración del Tiempo", en: La expresión de la irrealidad en Borges) creado por Borges. Otro camino que Borges sigue para alterar el tiempo, o más bien, para negarlo, es "la identidad de dos momentos de la llamada serie temporal. Lo cotidiano y reiterado es para él garantía de eternidad, porque si ahora vivimos un instante idéntico a otro del pasado, quedaría anulado el fluir de las horas" (Barrenechea, Ana María).

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