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México y China. competencia y Oportunidades


Partes: 1, 2

  1. Abstract
  2. Introducción
  3. Referencia bibliográfica

El comercio, una actividad económica que ha acompañado al hombre a lo largo de su historia, no es sólo un proceso de intercambio de mercancías sino también es un mecanismo que une pueblos, que abre fronteras e integra culturas.

En la antigüedad los fenicios fueron conocidos como intrépidos navegantes además de buenos comerciantes; y precisamente al ejercer este oficio es como ellos marcaron nuevas rutas marítimas y establecieron nuevos centros de comercio, los cuales más tarde se convirtieron en ciudades. Algunos historiadores señalan que Cádiz, Palermo e incluso Barcelona basan su origen gracias a la intensa actividad comercial desarrollada por los fenicios.

Ellos también fueron exitosos por llevar una estricta contabilidad de sus transacciones. Al mismo tiempo fueron prósperos porque constantemente evaluaban los bienes y productos que las personas necesitaban o demandaban, de esta manera su mercado florecía y crecía con nuevos productos y bienes. Entre las mercancías comercializadas incluían especies, telas, piedras preciosas y ámbar; y particularmente conocimiento, ya que tomaban lo mejor de una cultura y lo transmitían a otra, enriqueciendo su propia.

Ya en la Europa medieval, los pueblos comienzan una transformación al no solo depender de la producción agrícola sino que surgen otras actividades productivas como la industria artesanal y el propio comercio; es cuando se desarrollan redes comerciales interregionales más allá del Mediterráneo. Se fortalece el comercio entre con el Cercano Oriente, África y Asia; cobrando importancia el desarrollo del transporte pluvial y marítimo.

Esto provocó un impulso en la construcción de naves para transportar los productos. Para 1320, las galeras venecianas que cubrían la ruta hacia Chipre podían transportar hasta 110 toneladas métricas de carga; y cien años más tarde su capacidad había crecido hasta 170 toneladas. Sin embargo fue a finales del siglo XIV cuando los genoveses toman el liderazgo al construir barcos con una capacidad de flete de más de 440 toneladas; provocando la reducción de costo de algunos productos.

Posteriormente, con la llegada al siglo XX, donde los japoneses después de su derrota de la Segunda Guerra Mundial y teniendo una economía destruida, se dedican a la reconstrucción convirtiendo a su país en una potencia industrial fuertemente apoyada en la tecnología y el libre comercio. Junto con el éxito de Japón emergen paulatinamente otras economías como son Singapur, Corea, Taiwán; y más recientemente India. En este selecto grupo de naciones surge como un gigante imparable China, que con su dinamismo y constante crecimiento, se convierte en la cuarta economía más importante del planeta para 2005.

Ante este surgimiento de economías basadas en el desarrollo del comercio, México tiene el reto de jugar un papel importante pues el contexto globalizado lo exige. Así como los fenicios trazaron nuevas rutas comerciales y los genoveses se apoyaron en su creatividad para convertirse en líderes; los mexicanos debemos prepararnos y actuar para comerciar con China, el nuevo gigante asiático.

Este libro es un excelente instrumento para conocer más sobre este socio comercial, su filosofía de pensamiento, esquemas de negocio y particularmente su cultura para hacer negocios. El documento es también una herramienta muy útil para los empresarios que gustan de embarcarse en esta nueva aventura, el comercio entre México y China.

Abstract

Dentro del marco de las economías emergentes de países como Irlanda, Polonia, República Checa, India, sobresale la de China, el gigante de Asia.

En los últimos años, China con sus más de 1,300 millones de habitantes y con una clase media que rebasa los 300 millones de chinos con un gran poder adquisitivo, se ha ubicado como tercer exportador e importador a nivel mundial, con un mercado de mayor crecimiento en el mundo que ocupa el primer lugar en inversión extranjera y que según analistas, en diez años será la economía más grande del mundo.

China, con su régimen comunista y su economía capitalista de libre mercado, ha desplazado a nuestro país como segundo proveedor del mercado de los Estados Unidos. Las importaciones chinas de México han crecido sustancialmente hasta alcanzar la cifra de los 17 mil millones de dólares. Sin embargo el ritmo de crecimiento de las exportaciones de nuestro país hacia el gigante asiático ha sido muy lento, alcanzando apenas los mil millones de dólares en 2005.

Ante ese gran desequilibrio en la balanza comercial con China, se requiere aumentar la actividad exportadora de los empresarios mexicanos con ese país, para aprovechar ese gran nicho de oportunidades de negocios que representa China. La pequeña y mediana empresa constituye en nuestro país más del 95% de las empresas mexicanas y con su gran variedad de productos y servicios puede ser el detonante para el crecimiento de la actividad exportadora en China.

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