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Las Políticas de la Gordura ¾ ¾ y la Indiferencia hacia lo Irrefutable (página 2)

Enviado por Felix Larocca


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Antes de volverse gordos, los indios Pima, fueron desplazados fuera de su hábitat por el gobierno estadounidense por consideraciones de conveniencia políticas y económicas.

Para compensarlos, se les suministraron subsidios monetarios y de vivienda en los suburbios de las ciudades mayores del estado de Arizona y Nueva Méjico.

Esta dislocación resultó en un cambio muy drástico en sus estrategias de nutrirse y en su modo de ganarse la vida.

En Australia, en otro lugar muy apartado, la historia se repite. Allí a los aborígenes cuya vida natural era de nómadas, el gobierno les asignó estipendios compensatorios sin tener que laborar.

Ahora, los aborígenes, de naturaleza errabundos, residen al aire libre en los parques públicos de las ciudades adyacentes al desierto, donde viven en grupos seminómadas cuyos recursos económicos les ha facilitado la adopción de modos de alimentación distintos a los que habían acostumbrado por milenios y viven comiendo en exceso y sin tener que hacer ninguna labor física.

Como antes dijéramos, en Nauru, entre los aborígenes australianos y en medio de los indios Pima, hoy florecen algunas de las poblaciones que sufren del problema más grave de la obesidad morbosa acompañadas de todas sus complicaciones relacionadas.

La dieta escueta que la vida en una isla remota les brindara a los nauruanos, la dieta espartana que el suelo les ofrecía a los Pima y la dieta escasa de los aborígenes australianos, fueron reemplazadas por la dieta de alta densidad en calorías que caracteriza la dieta de los Estados Unidos; donde hoy reside la población más gorda del mundo.

Lo mismo que ha sucedido en Australia, en Nauru y en Norteamérica está sucediendo en el Japón, está sucediendo en Hong Kong, y en Singapur y en muchos otros países, incluyendo el nuestro, donde las personas comenzaran a engordar desde que se introdujeran las comidas que se venden en los establecimientos de las cadenas internacionales de pizzas, hamburguesas, helados, sándwiches, bebidas edulcoradas y donde se promueve la creencia de que esas preparaciones repletas de calorías apetitosas, de consumo fácil y de textura agradable son parte de nuestra alimentación normal ¾ ¾ que, decididamente, no lo son.

El problema norteamericano de la gordura posee un sendero paralelo al de la introducción en ese país, a mediados del siglo pasado, de las cadenas de hamburguesas, seguido por todas las otras variedades de comidas afines luego de la conclusión de la Segunda Guerra Mundial.

Mujer Pima siglo XX

Antes, durante y un poco después de que los conflictos bélicos mundiales cesaran, el americano "típico" era una persona delgada; como lo demuestran las películas cinematográficas de entonces, como es evidente en las fotos que se encuentran en álbumes familiares del período y en los retratos de las graduaciones de la época, preservados en las bibliotecas donde se atesoran las crónicas de memorias pasadas.

La gordura, entonces, era fenómeno muy raro. Pero hoy, todo ha cambiado, ya que la gordura se considera una plaga que está costándole al gobierno de los Estados Unidos una suma inmensa de dólares además de las pérdidas que causa con sus efectos perjudiciales a la salud pública.

Para tratar de resolver este problema que se intensifica de manera insidiosa y constante, muchas tácticas se han intentado en vano; forzando la aceptación de la conclusión, de que nada basta para detener la progresión de este azote maligno que reclama un mayor número de víctimas cada día que pasa.

La industria de dietas para rebajar, industria que recauda miles de millones de dólares al año en los EE.UU. ha confirmado de modo conclusivo la futilidad de los afanes que esos programas endosan ¾ ¾ simplemente, es cuasi axiomático el dicho que nos avisa que las dietas para nada sirven.

Joven de la tribu Pima, cerca del año 1890

En medio de esta confusión reinante, el público se ve bombardeado por anuncios que le ofrecen la pérdida de tantas libras en tanto tiempo, como si perder el peso fuese un asunto trivial. Algo que todos, por la experiencia, sabemos que no lo es.

En Norteamérica, los gobiernos estadounidense y canadiense han tratado de enfrentar esta situación de emergencia, concediendo finalmente que la solución al mismo les continúa siendo evasiva y que la adopción de nuevas tácticas para solucionarlo son necesarias.

Para lograr satisfacer la necesidad de asistir a quienes sufren de la obesidad morbosa, en los Estados Unidos se ha iniciado un movimiento que trata de definir la gordura como si ésta fuera una "enfermedad", para que de esa manera sea cubierta por los seguros médicos, los cuales oponen esa definición. Pero, por diseño clínico, la gordura no es una enfermedad.

Sin embargo, eso no quita que como condición, afecta negativamente la vida y la salud de un sinnúmero de adultos y niños de modo alarmante y serio.

De ello derivamos la posición, de que todo gobierno responsable y todo gobernante sincero deben de tratar de mejorar el bienestar de los ciudadanos de su país, proveyendo a todos, acceso a métodos de información, de asistencia profesional y de educación para sus aflicciones ¾ ¾ en este caso, la gordura.

Desafortunadamente, con la gordura, la acción gubernamental efectiva es muy difícil por razones muy complejas. Siendo por ello que denomino este dilema como: "Las Políticas de la Gordura."

Mujer Pima 1990

En éste y en los artículos que seguirán, relacionados al mismo tema, les ofreceremos a nuestros lectores un análisis detallado de la obesidad, de la anorexia nervosa, de la bulimia, y de la dieta para adelgazar; como asimismo de sus condiciones asociadas.

Como parte de este proyecto, soluciones basadas en documentos científicos se ofrecerán a los seguidores de estas columnas.

Referencias:

La dieta paleolítica, Paraíso Perdido ((Trabajo presentado en La Primera Conferencia de Arqueología del Caribe en el Museo Regional de Arqueología de Altos de Chavón, el 19 de agosto del año 1995. Evento patrocinado por la Organización de Estados Americanos [OEA].)

Johnson, G: Fire in the Mind: Science, Faith and the Search for Order (1996) Vintage Books NY

 

Dr. Félix E. F. Larocca

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