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Pequeño Manual de la Solidaridad


Partes: 1, 2

    1. Introducción
    2. El hombre caído
    3. Primera actitud ante la persona caída
    4. Un samaritano
    5. El proceso de la solidaridad
    6. Apéndice

    INTRODUCCIÓN

    El egoísmo provocado por radicalismos religiosos es una enfermedad mortal. En muchos casos la religión provoca individualismo en sus miembros, cuando defienden su verdad a capa y espada. Nadie está dispuesto a retroceder ante una verdad aprendida en su grupo religioso. ¡Qué contradicción! La fe promueve la unidad, pero los hombres, desde su identidad religiosa, hacen de la fe un motivo para estar divididos. Incluso se fundamenta la lucha más cruel y violenta en nombre de Dios.

    La primera condición de la unidad es la concordia, es decir, tener un mismo corazón para sentir el dolor ajeno como propio. Para sentir en común, no individualmente. Somos fuertes frente a las desgracias de los demás, débiles ante las propias. Necesitamos reencontrar el sentido de la solidaridad que brota de la propuesta de Dios. Necesitamos revisar y reorientar la vida de fe y las verdades que defendemos. Necesitamos acercar el mensaje de Dios y hacerlo accesible al nivel de nuestras vidas, de nuestra cotidianidad. Debemos sintonizar con lo más auténtico del querer de Dios para ser sus discípulos, sus amigos, sus hijos, sus hermanos.

    Debemos ser valientes cuando vemos que nuestros esquemas mentales se estrellan con lo nuevo y atrayente, capaz de sacudir los fundamentos, y mover de la indiferencia.

    Alegrémonos porque se abre ante nosotros una gran posibilidad: oxigenar la vida de fe, revitalizar los criterios envejecidos, transformar la existencia, sintonizar con la armonía de Dios.

    Este libro se escribe para hombres y mujeres de fe, no importa la religión que profesen, si creen o no en Dios. Porque la fe es un elemento antropológico,  constitutivo de todo ser humano. Fe es toque de Dios en el interior del hombre, que lo orienta al bien, a la búsqueda del bienestar personal y común, a la felicidad, a la justicia, a la solidaridad, a la tenacidad, al compartir, a la sinceridad, a la verdad, a la transparencia, a la honestidad, a la paz, a la fidelidad, al respeto, a la cordialidad, a la tolerancia, a la cooperación, al amor, a la moderación, al equilibrio, a la responsabilidad… Toda persona que haga suyo uno de estos valores se mueve en el ámbito de la fe, conciente o inconcientemente. 

    Una persona de fe no necesariamente es la que se vincula a un grupo religioso, así como tampoco, quien profese una religión sea una persona de fe. Muchos de los que pretenden estar cerca de Dios se encuentran lejos, y muchos considerados alejados de Dios, están en sintonía con él.

    Este libro está escrito para quien anhele encontrar el sentido de la solidaridad desde el proceder de Dios expresado en la revelación Bíblica. Está dedicado a los grupos humanos, organizaciones de iglesia, organizaciones barriales y comunitarias, líderes religiosos y sociales; especialmente a los jóvenes que sueñan con un nuevo orden de cosas más orientadas a la cooperación, al trabajo en común, al unir manos, cabeza y corazón en un único objetivo: el bien de las personas necesitadas, la felicidad de servir.

    Este libro está hecho para los que tienen deseos de compartir pero no encuentran los mecanismos; para aquellos que ya lo están haciendo y no entienden el porqué.

    Dejo en sus manos estar reflexiones cuyas raíces se remontan a los deseos más auténticos de Dios como proyecto concebido para que sus hijos realicen la existencia de un modo significativo.

    Con este libro quiero sembrar la semilla de la solidaridad desde una plataforma de reflexión con profundo compromiso social y capacidad para mirar la realidad con sentido crítico; con el único objetivo de contribuir en la construcción de una sociedad más sensible ante el dolor y la necesidad de los otros.

    El relato Bíblico marcará la pauta en la reflexión, sin embargo el producto logrado es estrictamente de carácter social. En este sentido pretendo mostrar las implicaciones prácticas, en términos de acciones y opciones, que se encuentran en los textos Bíblicos.

    Jesús Arturo Figueroa Q.

    INSPIRADO EN 

    EL TEXTO BÍBLICO:

    Lucas. 10,30-37.

    "Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, que, después de despojarle y golpearle, se fueron dejándole medio muerto.

    Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verle, dio un rodeo.

    De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo. Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión; y, acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva"

    EL HOMBRE CAÍDO

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