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Acercamiento a la obra literaria de Sor Juana Inés de la Cruz

Enviado por giselle_repeluco


Partes: 1, 2

    1. Desarrollo
    2. Bibliografía

    1. Introducción

    Sor Juana Inés de la Cruz sobrepasó los límites de la época que le tocó vivir, creciendo con los años como figura literaria. Admirable como escritora en prosa y como poetisa. Escandaliza a la sociedad que la rodeó con su compleja personalidad y con el raro ejemplo de su vida, en la que tuvo que lidiar con dificultades que parecían insuperables, con intolerancias, envidias y ojerizas de quienes la sabían genial aun sin comprenderla.

    A continuación les brindo una síntesis biográfica de esta singular mujer para situarlos en cuanto a su personalidad y momentos más importantes de su vida, con la intención de abordar en el desarrollo del trabajo los aspectos que más me impresionaron de su obra literaria, haciendo énfasis en su poesía lírica.

    Nació en el año 1648 y muere en 1695. Conocida por su nombre de pila: Juana de Asbaje y Ramírez, aprende a leer a la temprana edad de tres años. Su crianza estuvo a cargo del abuelo materno Don Pedro Ramírez en cuya hacienda leyó sus primeros libros a escondidas. Posteriormente a la edad de ocho años, se muda con su hermana a la capital, favoreciendo el proceso de su formación intelectual, en la cual tienen influencias ilustres figuras de las letras mexicanas, como el bachiller Martín de Olivas quien le enseñó en solo veinte lecciones la gramática de la lengua castellana.

    A la edad de trece años fue llamada a la corte virreinal para servir como dama de compañía de la virreina Doña Leonor Carreto, Marquesa de Mancera, quien sentía un gran amor por las letras. Este ambiente cortesano influyó vivamente en Juana Inés. La historia recoge diversas memorias acerca de su inteligencia sin nombre. Una de ellas cuenta que, asombrados los virreyes con la sagacidad de la bella adolescente, convocaron a cuarenta letrados de las facultades más prestigiosas de Nueva España, para que le aplicaran un examen extraordinario que la joven superó en condiciones de excelencia.

    Admirada y distinguida por los personajes mas ilustres de su época, renuncia sorpresivamente a la edad entre los quince y dieciséis años a los halagos y promesas de la corte, a cambio del aislamiento proporcionado por la vida conventual, a la que se acoge como resultado de una elección entre sus posibilidades reales de desarrollo intelectual como mujer, en una sociedad colonial discriminatoria y el único camino a seguir si prefería la vida doméstica, que no era otro que el matrimonio. Supuso que el entorno de clausura le proporcionaría tranquilidad para sus estudios y su vida le demostraría que ni allí encontraría el sosiego.

    Ingresa en 1667 al Convento de San José de las Carmelitas Descalzas, donde permanece poco tiempo por problemas de enfermedad provocados por las condiciones precarias de existencias de esa orden; luego tomó los votos definitivos, recluyéndose en el Convento de San Jerónimo donde escribió la mayor parte de su obra y alcanzó la madurez literaria; dándose a conocer por sus múltiples escritos, teniendo un desenlace infeliz producto de una crítica salida de su puño y letra a un sermón de una de las autoridades eclesiásticas de la época, que le mereció el reproche de sus superiores y el cuestionamiento de la comunidad religiosa a la que pertenecía.

    Instada a concentrarse exclusivamente en la fe cristiana, renuncia a todas sus inclinaciones intelectuales deshaciéndose de su famosa biblioteca personal, considerada como la mejor de Hispanoamérica, de sus instrumentos musicales y cuanto tenía para dedicarlo a los pobres. Muere asistiendo a sus hermanas de fe en una gran epidemia de peste que asoló a la ciudad, extinguiéndose así la persona a quien se considero en vida la Fénix de México.

    2. Desarrollo

    Tras los hábitos de monja se escondía una musa de gracia singular que impactó a su generación con su atrevimiento e inteligencia; llegando hasta nosotros como un paradigma incuestionable de rebeldía de espíritu y pasión por el conocimiento verdadero. Sus inquietudes intelectuales, su amor por cuanto la rodeaba, las mejores y peores expresiones de cuanto sentía en su alma de mujer joven, las expresaba a través de las letras, concentrándose en escribir en prosa y en verso.

    PROSA:

    Prefiero referirme a los trabajos que más se distinguen de sor Juana, los que le merecieron un lugar meritorio en la historia de las letras de la lengua española, sin dejar de mencionar por supuesto sus demás escritos de marcado carácter religioso. Estos son: la conocida Carta athenagórica y La Respuesta a sor Filotea de la Cruz.

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