(La educación formal-tradicional: cambios paradigmáticos; El sistema de educación implementado desde las "Misiones" impulsadas por el gobierno nacional)
–ENSAYO–
Para tratar de comprender las diferentes concepciones de la educación a lo largo de la historia, resulta necesario evaluar los diferentes paradigmas que tuvieron vigencia en cuanto al tema educativo en el país que ahora es… ¡de todos!
Por ejemplo, anteriormente -entre los años 70 y 90-, hay que decir que a pesar de ciertas iniciativas del gobierno nacional por atender las complicaciones relacionadas con la educación; el crecimiento acelerado de la población, la falta de capacitación profesional, así como la reducción del gasto público, trajo como consecuencia un deterioro tanto de estructura como de fondo en la educación del país.
Siendo la clase social de bajos recursos –obrera trabajadora-, la más afectada. Y es que las desigualdades sociales se hacen cada vez más notorias en un mundo globalizado y en continuo estado de competencia. Es por ello que el estado debe garantizar el derecho a la educación y hacer lo posible por solventar problemáticas como el analfabetismo y los no incorporados, además del deterioro y la segmentación de la calidad entre otras.
Para ello, los gobiernos anteriores habían intentado erradicar el analfabetismo con planes coyunturales como ACUDE (plan equivalente al Róbinson actual), nacido con el Ministerio de la Inteligencia a cargo del ministro Machado, pero nos preguntamos: ¿a cuántas personas alfabetizó ACUDE y en cuánto tiempo lo logró? ¿Fue mejor ACUDE que el plan Róbinson? Los resultados manifestados a simple vista demuestran que NO.
Otro punto que vale la pena analizar es la educación de adultos o los llamados "parasistemas" (equivalente al plan Ribas de la actualidad) que antes de 1998 fue entregada a manos privadas, salvo algunas excepciones que no nos interesan analizar en este momento.
Esos parasistemas ofrecían una alternativa para las personas que por uno u otro motivo no pudieron acceder a la educación formal, pero los horarios eran excluyentes porque sólo se podía asistir a esos centros educativos en horas de la noche, previo pago de una matrícula y mensualidades por parte del alumno.
Ahora bien, teniendo una visión de lo acontecido anteriormente, pasaremos a evaluar las nuevas políticas educativas en Venezuela.
Siempre se ha dicho que la educación es el único medio honrado (ganarse la lotería o una herencia podrían ser otros medios, pero en este caso no cuentan) para lograr ascender de posición social y tener así una mejor calidad de vida.
Por ende, los gobiernos de todos los países centran mucho del esfuerzo y dinero de la nación en tratar de afianzar y mejorar la educación y lograr así que sus ciudadanos y ciudadanas sean personas más libres, reflexivas y consientes de sus raíces para vivir en armonía e igualdad.
Ese es el ideal, la meta, el sueño de todo gobierno y, en otros casos, la consigna demagógica; pero éste no es el caso.
Por tal motivo, en Venezuela se han implantado nuevas políticas educativas, especialmente desde que se estableció el gobierno socialista del presidente Hugo Chávez Frías, el cual pretende desterrar muchas de las anormalidades y deficiencias que se venían presentando en la educación venezolana, tales como: erradicar la exclusión educativa que generaba una sociedad capitalista, formar una nueva generación de personas más solidarias, colectivas, comunitarias, dispuestas a trabajar en equipo en función de las necesidades de la sociedad; inculcar en la población un mayor sentido de pertinencia de nuestra cultura, fomentar la culminación de los estudios de cada uno de sus ciudadanos y ciudadanas y garantizar un puesto de trabajo justo y acorde a sus conocimientos para lograr una sociedad homogenizada y equitativa donde todos tengan los mismos deberes, derechos y preferencias. Al menos eso es lo que se dice en los papeles.
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