- Lo utópico y lo no utópico en la filosofía práctica de Kant
- Del "imperativo categórico" a las "leyes de virtud" (contenido manifiesto de la utopía kantiana)
- La gestación del "imperativo categórico" (génesis de la utopía kantiana a partir de sus precedentes utópicos)
- Bibliografía
(Los componentes utópicos del pensamiento práctico de Kant
y sus implicaciones pedagógicas ; precedentes utópicos)
Lo utópico y lo no utópico en la filosofía práctica de Kant
Que Inmanuel Kant no pretendía ser propiamente un escritor utópico lo atestigua él mismo al delimitar, en interpretación de Sergio Sevilla Segura[1] los requisitos que debe cumplir una historia "profética"[2]
a) "… es necesario que la historia profética del género humano no ande en al-guna clase de experiencia".
b) Ha de ser "pensable", conforme a las exigencias de la razón, esto es, de forma
"… compatible con la ley moral".
Kant advierte claramente que él no quiere proponer ninguna utopía al estilo de las que clásicamente se conocen como tales: Moro, Campanella, Bacon, Vairasse, etc. No obstante, Sevilla argumenta que en tal planteamiento kantiano, que considera a lo político como formando parte de la filosofía de la historia, no deja de detectarse un punto de vista al menos "semiutópico", ya que obliga a pensar lo siguiente con referen-cia a esta última[3]
a) Que se tiende a la perfección de la especie, aunque sea de forma negativa.
b) Que ha de haber apoyo en una "ciencia del pasado histórico".
c) Que una filosofía de la historia ha de ser inseparable de una teoría general de la evolución social de la especie humana.
d) Que esta última no ha de limitarse a "lo que es", sino que ha de referirse a "lo que debe ser".
e) Que todo ello ha de ser convertible con una teoría general de la racionalidad.
Con todo, hay que consignar, con José Aleu Benítez[4]que, en efecto, no consta en ningún lugar de la extensa obra de Kant que éste pretendiera sustituir el "imperativo categórico" por un "imperativo social", atribuible, como veremos, a la Filosofía del De-recho. Y Enrique Menéndez Ureña[5]por su parte, abunda en estas mismas consideracio-nes al afirmar que "… la construcción kantiana de la Historia de la Sociedad Humana se comprende … a sí misma como una reconstrucción: no se trata de fantasear un or-den social racional en la historia humana, sino de encontrarlo en ella misma", en interés mismo de la razón. Más adelante[6]continúa diciendo:
"El interés de la razón es un interés critico porque quiere poner ante los ojos de los hombres, con la iluminación propia de la reflexión teórica, el cuadro de una irracionalidad que desdice de la dignidad humana. Y es emancipativo porque la reflexión teórica y retrospectiva sobre el pasado histórico se convierte en una orientación y en un aliento práctico y prospectivo hacia la creación de un futuro más racional, liberando así al hombre del estado infrahumano en el que vive".
En esto detecta Menéndez Ureña[7]un cierto paralelismo con la teoría marxista de la historia, englobable igualmente dentro del concepto de "pensamiento utópico"[8](cfr. la conocidísima "11a Tesis contra Feuerbach"[9]"Los filósofos han interpretado el mundo de diversas maneras ; lo que hay que hacer es transformarlo", aducida al efec-to). Ernst Bloch, por otro lado[10]intenta interpretar la ética kantiana a la luz de su pensa-miento de tinte freudomarxista y no puede evitar el tropezar con sus componentes utópi-cos, saliendo al paso de esta manera de otras interpretaciones más radicales:
"La exigencia de Kant, fundamento de todo lo demás, de no considerar al ser humano nunca solamente como un medio, sino al mismo tiempo como un fin, no es en absoluto burguesa ; ni siquiera se la puede llevar a efecto en ningu-na sociedad de clases. Pues cualquiera de dichas sociedades se basaría, aunque según diferentes modos de producción, en la relación "amo-esclavo", en la utili-zación de los hombres y de su trabajo para fines que no son los suyos propios".
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