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Philosophia perennis

Enviado por gerpas


    Un modelo integral de la Gran Cadena del Ser

    Dice Aldous Huxley: "Philosophia Perennis: la frase fue acuñada por Leibniz; pero la cosa -la metafísica que reconoce una Divina Realidad en el mundo de las cosas, vidas y mentes; la psicología que encuentra en el alma algo similar a la Divina Realidad, o aún idéntico con ella; la ética que pone la última finalidad del hombre en el conocimiento de la Base inmanente y trascendente de todo el ser-, la cosa es inmemorial y universal" (1)

    "La Filosofía Perenne se ocupa principalmente de la Realidad una divina, inherente al múltiple mundo de las cosas, vidas y mentes. Pero la naturaleza de esta Realidad es tal que no puede ser directa e inmediatamente aprehendida sino por aquellos que han decidido cumplir ciertas condiciones haciéndose amantes, puros de corazón y pobres de espíritu… Análogamente, nada, en nuestra experiencia diaria, nos da mucha razón de suponer que la mente del hombre sensual medio posea, como uno de sus ingredientes, algo que se parezca a la Realidad inherente al múltiple mundo o que sea idéntico con ella, sin embargo, cuando esa mente es sometida a cierto tratamiento harto duro, el divino elemento, de que, por lo menos en parte, está compuesta, se pone de manifiesto, no sólo para la mente misma, sino también, por su reflejo en la conducta externa, para otras mentes". (2)

    Y continúa afirmando: "En el núcleo de la Filosofía Perenne encontramos cuatro dogmas fundamentales:

    Primero: el mundo fenoménico de la materia y la conciencia individuada -el mundo de las cosas, los animales, los hombres y aún los dioses- es la manifestación de un Fundamento Divino dentro del cual tienen su ser todas las realidades parciales, en tanto que separadas de él no tendrían existencia.

    Segundo: los seres humanos no sólo son capaces de conocer por inferencia este Fundamento Divino sino que también pueden percibir su existencia por una intuición directa, superior al razonamiento discursivo. Este conocer inmediato une al conocedor con lo conocido.

    Tercero: el hombre posee una naturaleza doble, un ego fenoménico y un ser eterno que es el hombre interior, el espíritu, el destello de divinidad en el alma. Si así lo desea, el hombre puede identificarse con el espíritu y por tanto con el Fundamento Divino, que es de naturaleza igual o parecida al espíritu.

    Cuarto: la vida del hombre en la tierra tiene un solo fin y propósito: identificarse con su ser eterno para llegar así al conocimiento unitivo del Fundamento Divino". (3)

    Como podemos apreciar la Filosofía Perenne da cuenta de una sabiduría antigua en el sentido de que hace referencia a una Verdad a-temporal y por consiguiente, eterna, amen de a-espacial. Es lo que Frithjof Schuon denomina "la unidad trascendente de las religiones". La Verdad es una, pero la forma en y como ella puede ser expresada es infinita, es decir, la Verdad es atemporal, aespecial e inmutable, pero puede ser expresada a través y mediante una diversidad de formas, las que si existen en el mundo espacio-temporal.

    A dicha Verdad se accede a través del conocimiento intelectual, ateniéndonos a la definición que de ello da F. Schuon: "…no procede de una creencia ni de un razonamiento, él sobrepasa el dogma en el sentido de que, sin contradecirlo jamás, lo penetra en su "dimensión interna", que es la verdad infinita que domina todas las formas". (4) Y posteriormente afirma: "Una verdad, en efecto, puede ser comprendida en diferentes grados y según dimensiones conceptuales diferentes, o sea, según una serie indefinida de modalidades que corresponden a los aspectos, igualmente indefinidos en su número, de la verdad, es decir, a todos sus aspectos posibles".(5)

    Esto mismo puede ser comprendido a través de la distinción que realiza Ken Wilber entre estructuras profundas y estructuras superficiales. Las primeras son de carácter universal, son independientes del tiempo-espacio, son eternas, pero las estructuras superficiales en cambio son su expresión local, adecuándose a cada cultura en particular.

    La Filosofía Perenne también ha sido reconocida a través de uno de sus axiomas fundamentales: la Gran Cadena del Ser. Aquí se encuentra implícita la idea de que la realidad no es mono-dimensional sino pluri-dimensional, existiendo una serie de grados o niveles desde los más burdos a los más "iluminados" o "despiertos".

    En la actualidad Wilber ha realizado una redefinición enriquecedora y amplificadora de lo que es la Filosofía Perenne tendiente a la génesis de un modelo integral omni-nivel y omni-cuadrante, así como multi-lineal.

    Una de las puntualizaciones que lleva a cabo este autor es en lo referente al concepto de jerarquía. Recordemos que el término en si fue acuñado por san Dionisio, en latín "hiero" significa sagrado o santo y "arch", gobierno o regla, por lo cual, etimológicamente hablando, jerarquía estaría implicando un ajustar nuestra vida a reglas sagradas o espirituales.

    Si a esto le sumamos el aporte de Arthur Koestler y su concepto de "holón" para referirse a aquello que es a un tiempo totalidad y parte, Wilber llega a hablar de la Gran Cadena del Ser como de una holoarquía de capacidad integradora, a través de una secuencia evolutiva orientada hacia una mayor profundidad y una más elevada complejidad, donde nada se pierde sino que todo se transforma en unidades más abarcativas , que no niegan lo anterior sino que lo subsumen dentro de sí (así por ejemplo, los átomos no desaparecen con las moléculas, sino que forman parte integrante de estas; así también sucede con las células respecto a los tejidos y de estos respecto a los órganos). En este sentido hablamos de un modelo multinivel.

    Pero debemos tener presente que todo holón presenta dos facetas, una interior y otra exterior, al tiempo que es una totalidad individual y parte de un colectivo. Ello da lugar según Wilber a la génesis de cuatro cuadrantes: el interior individual, el exterior individual, el interior colectivo y el exterior colectivo. Y ateniéndonos al lenguaje por cada cuadrante utilizado para la descripción de la realidad, llegamos a la noción de "El Gran Tres": el interior individual se expresa en el lenguaje del "yo"; el interior colectivo lo hace a través del "nosotros", y ambos exteriores, individual y colectivo, lo hacen a través del lenguaje impersonal y objetivo del "ello".

    En lo que hace a este trabajo, manejaremos lo que hace al espectro de la conciencia como eje de la Filosofía Perenne Integral, teniendo muy presente que es una mera abstracción de una realidad -y lo repetimos- omninivel, omnicuadrante y multilineal (la multilinealidad hace referencia a la existencia de diferentes líneas de desarrollo evolutivo que se basa en la teoría de las inteligencias múltiples de H. Gardner).

    En este sentido, muchas sabidurías axiales o perennes han perdido de vista o no han tenido en cuenta la existencia de tres grandes niveles de conciencia, a las que podríamos denominar como pre-racional o pre-personal, racional o personal, y trans-racional o trans-personal.

    Esto nos conduce a un importante concepto desarrollado por Wilber, al que ha denominado como "falacia pre-trans" y que consiste en elevar los estados pre-personales con los trans-personales en tanto en cuanto ambos son no-personales y no-racionales (error común de los junguianos), o por el contrario, reducir los ámbitos trans-personales a niveles de carácter pre-personal (error común de los freudianos).

    La solución al primer error que es de carácter elevacionista radica en darnos cuenta de que nunca perdemos nuestra identidad y unión con la "totalidad-espíritu-dios-tao-…", pero la diferencia está en el grado de conciencia que tengamos acerca de ello.

    La segunda confusión sería solucionada si salvamos su reduccionismo atendiendo a que la espiritualidad no significa una regresión a estadios anteriores del desarrollo evolutivo.

    Un último tema que consideramos pertinente destacar es el referente al modo de conocimiento y a sus respectivos criterios de validación. Wilber hace aquí referencia a "los tres ojos del conocimiento", distinguiendo entre un ojo carnal o empírico; un ojo racional o fenomenológico; y un ojo contemplativo o trascendente. El primero sería el ojo propio de la ciencia empírico-analítica; el segundo daría cuenta del abordaje del mundo mental o de la razón (matemática, lógica, filosofía, etc.), mientras que el tercero y último permitiría el acceso al mundo transracional, transmental y translógico de la gnosis.

    ¿Y cómo se podría confirmar el conocimiento proporcionado por cada uno de estos tres ojos? Pues siguiendo las siguientes tres vertientes:

    a) Prescripción instrumental: da cuenta de una metodología, de una instrucción a seguir;

    b) Aprehensión directa: consiste en la experiencia inmediata de los datos procedentes de cada ámbito cognoscitivo; y

    c) Validación consensual: refiere al criterio de falsabilidad popperiano, donde el cotejo de los datos obtenidos permitiría su confirmación y/o rechazo, total y/o parcial.

    Dado que lo anteriormente expuesto es un leve acercamiento a las múltiples implicaciones de la Philosophia Perennis y a la Filosofía Integral (Wilber), consideramos oportuno recomendar un sitio para el intercambio de ideas y la reflexión conjunta en:

    Ello pretende profundizar en cuanto a la consideración de modelos emergentes con el nacer de este nuevo milenio y tendientes a generar una verdadera revolución transformativa a nivel personal, social y universal.

    BIBLIOGRAFÍA CITADA

    1. HUXLEY, Aldous: "La Filosofía Perenne", pág. 7 – Ed. Edhasa – 1992
    2. Ibid.: págs. 8-9
    3. Anónimo: "Bhagavad Gita", págs. 8-9 – Ed. Dédalo – 1991
    4. SCHUON, Frithjof: "De la unidad trascendente de las religiones", pág. 5 (Versión Internet)
    5. Ibid.: pág. 10

    BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

    – SCHUON, Frithjof: "Tras las huellas de la religión perenne" – (Versión Internet)

    – WILBER, Ken: "La conciencia sin fronteras" – Ed. Kairós – 1989

    – WILBER, Ken: "Los tres ojos del conocimiento" – Ed. Kairós – 1991

    – WILBER, Ken: "Breve historia de todas las cosas" – Ed. Kairós – 1991

    – WILBER, Ken: "El ojo del espíritu" – Ed. Kairós – 1991

     

    Lic. Germán H. PASTORINI

    Licenciado en Psicología

    Montevideo-Uruguay