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El disvalor de la seguridad jurídica


    El disvalor de la seguridad jurídica – Monografias.com

    El disvalor de la seguridad jurídica

    EL DICCIONARIO ESPASA, señala que la "seguridad jurídica consiste en la confianza que tiene un Estado de Derecho, ciudadano al ordenamiento jurídico, es decir al conjunto de leyes que garantizan la seguridad y el orden jurídico." Diccionario Jurídico ESPASA, página N° 906.

    En un caso concreto, la seguridad jurídica en un valor de la conducta en su alteridad. La seguridad como valor está presente en situaciones ciertas, firmes y tranquilas, de modo tal que la certidumbre, firmeza y tranquilidad en la conducta certifican su polo positivo.

    El disvalor correlativo se nos aparece así tipificado en las conductas sociopolíticas tendientes a la incertidumbres, a la intranquilidad y a la falta de protección, que mancomunadas arriban en síntesis, la incoordinación de tareas comunes.

    En lo que a nosotros interesa, esas tareas encomendadas por el pueblo soberano, mediante la Constitución de la República, la Ley y demás normas plenamente jerarquizada establecida dentro del ordenamiento jurídico del Estado ecuatoriano, para los tales efectos son de índole iuspolíticosocial. La presencia del valor de la seguridad jurídica… apunta a la afirmación unitaria de todos los poderes del Estado, entidades e instancias gubernativas y no gubernativas de todo tipo, por ejemplo las personas jurídicas qué encontramos en el sector público del Ecuador por mencionar las principales: la función judicial, el consejo nacional de la judicatura, el ministerio público, la contraloría general del Estado, la asamblea nacional, el gobierno central, los gobiernos autónomos descentralizados, la procuraduría general del Estado, la policía nacional, las fuerzas armadas etc., etc., y por otro lado las organizaciones: políticas, sociales, culturales y religiosas, las mismas que, en su esencia se encuentran conformada por seres humanos (hombres y mujeres, mujeres y hombres), y que durante todos estos siglos estuvieron y están dirigidas y representadas por, "creemos por seres humanos" (mujeres y hombres, hombres y mujeres), que apuntan a la afirmación unitaria de todo el conglomerado social.

    Puede afirmarse algo parecido de los valores orden, seguridad y poder, lo que fácilmente permitiría desaparecer la injusticia, la violencia, la barbarie, la incertidumbre y el dolor para miles y miles de seres humanos ecuatorianos y demás seres humanos del mundo… que por este disvalor de la seguridad jurídica, de la inseguridad física y de la injusticia se convirtieron parte de la cotidianidad ecuatoriana, y por ende la irreparable perdida de miles y miles de nuestros seres queridos.

    La verdad radica en ese tríptico de valores, los mundanales, descansan toda la pretensión de unidad en la sociedad.

    Captada la coherencia jerárquico-simétrica del valor orden, y confirmada la presencia de una certidumbre que fundamenta los asentimientos y disentimientos a través del valor de la seguridad jurídica que sin duda alguna es la que ciento por ciento contribuirá, a la seguridad plena de desarrollo integral de nuestras sociedades y vidas del mundo donde es parte la sociedad ecuatoriana.

    Con aquello, surge la presencia de una conducta básica incardinada a la necesidad de afirmarse en la dinámica central del orden, inasible en sus últimas fases por el ser humano (mujeres y hombres en todos los niveles).

    Aquella conducta pone en ejercicio otro valor con lo que se cierra el ciclo de la escala mundanal, el poder; que en mi concepto es el llamado primero, a respectar los valores de los seres humanos, como lo más sublime de la vida y su fin deberá de ser la lucha infinita por la dignidad del ser humano. Lo que significa que imperiosamente todos y todas debemos de recuperar el valor del ser humano, el valor de la ética, el valor de la justicia, el valor de la paz, que en esta época tiende a extinguirse, estas primicias verdaderas nos permitirá acceder al valor real de la seguridad jurídica que toda sociedad como la nuestra debe de tenerla, atesorarla, cuidarla y asistirla, por que sola aquella nos permitirá implementar justicia y justicia, que para las ecuatorianas y ecuatorianos, en gran parte de nuestra vida republicana es una palabra y un concepto inalcanzable…

    El valor poder, enfrenta directamente la realización de los valores del orden y seguridad, a través de una selección de comportamiento tendientes a la dominación ubicada en la esfera del mundo político. Desenvuelve la posibilidad de desarrollo humano como proyección vital, en un mundo ordenado al que exige certidumbre y que se capta desde un futuro próximo que temporaliza el presente.

    Desde el momento que ubicamos el poder como valor cosmológico, se vislumbra en él la integralidad del mundo y la presión de ciertas situaciones que determinan especiales conductas basamentales. De ahí, es que encontramos el sustento de estos valores, no solamente fuertes sino que además irremplazables para la continuidad de una sociedad.

    Si la sociedad ecuatoriana en todo su conjunto hace caso omiso de los valores antes mencionados; sin duda alguna, los infinitos casos de inseguridad física, jurídica, moral, y ética se expandirá como una pandemia y los descalabros y la descomposición de nuestra sociedad serán incontrolables rumbo a épocas de barbaries…

    Tal como lo afirma la ENCICLOPEDIA JURÌDICA ORDE, "el poder se ubica en la faz más conflictual del ser humano, en la necesidad de que aparece en el choque de lo disposicional con el mundo circundante. Ello trae aparejadas pautas de resistencia que sufre la persona y que orienta una temática de la normalidad –anormalidad; de la conducta adecuada y de comportamiento patológico. No en vano en nuestro siglo tiende a centrar las problemáticas psicopatológicas de la política, en torno a los tópicos de liderazgo".

    Entonces el poder deberá de permitirnos que el Estado se ubique en la faz inconfictual del ser humano, es el Estado quien mediante la real gobernabilidad del ser humano, que en distintamente de su formación ideológica y condición social que posea debe de garantizarle al ser humano y a la humanidad: justicia y justicia, el Estado ecuatoriano, sencillamente como esencia propia de su razón de ser, debe de garantizarle a la sociedad, seguridad jurídica la misma que nos permitirá justicia, paz y bienestar, siendo este un infinito anhelo de las y los ecuatorianos/as y de más ciudadanos en el mundo.

    Los aberrantes acontecimientos de criminalidad de toda índole, en el país durante estos siglos, constituyen el disvalor de la ética, del respecto, de la justicia, de la paz y de la seguridad jurídica, que demos de tener en el Ecuador.

    El correlativo disvalor del poder se centra en la anarquía y la impotencia de quienes somos gobernados. Anudan en el cierre de toda posibilidad de coordinación ordenada y cierta de la comunidad jurídico-política como proyecto vital, anulando de tal modo las potencias humanas hacia la afirmación personalitaria, individual o colectiva.

    Sin dudarlo lo indicado contribuye a establecer la corresponsabilidad del disvalor de la seguridad jurídica en el país y sin duda recae entre el Estado y sus administrados, en no haber sentados bases reales en la sociedad ecuatoriana desde inicio de la República, partiendo desde la formación ética, moral y respectos a la paz y a la justicia que debemos de recibir tanto el núcleo familiar como en todos los centros educativos de diferentes niveles académico, hasta las entidades en la cual se genera el más y mínimo servicio a la colectividad; el mismo que siempre deberá de hacérselo con apego irrestricto al derecho y a la justicia. El disvalor de la seguridad jurídica en Ecuador, hasta ahora es tan escandaloso que cualquier "autoridad y cualquier ciudadano/a común" en forma alegre transgrede las normas Constitucionales, Legales, Reglamentarias y Otras… anteponiendo sus intereses personales, y por ende causando serios perjuicios a los administrados y administradores, contribuyendo con ello al mal sustento del DISVALOR DE LA SEGURIDAD JURÍDICA.

    El Estado ecuatoriano a través de sus diferentes niveles de gobierno y demás entidades del sector público, esto es: la función judicial, la asamblea nacional, el ministerio público, la contraloría general del Estado, la fuerza pública: (policía nacional y fuerza armadas), la procuraduría general del Estado y demás entes del sector público y privados, como ecuatorianos y ecuatorianas en forma individual y colectiva, tenemos la sensata responsabilidad histórica de trabajar apremiadamente en recuperar la credibilidad entre todos nosotros…, la confianza, la justicia, la paz y el valor de la seguridad jurídica que la sociedad ecuatoriana clama urgentemente, para instaurar justicia y justicia, la que deberá de estar por encima de nuestro personalísimos intereses económicos, políticos y clasistas; encima de influencias sociales, étnicas y económicas.

    A efecto de recuperar el valor de la seguridad jurídica en el país, que tanto necesitamos cimentar en las estructuras sociales del país, la necesaria cimentación en la vida de las ecuatorianas y los ecuatorianos de: ética, moral justicia, trabajo, honestidad, lealtad, justicia, paz, civismo, respecto al ser humano, amor a la vida y a la naturaleza, VALORES que nos permitirá implementar y desarrollar la tan esperada y anhelada seguridad jurídica ecuatoriana… y apartarnos de tiempos infaustos, ominosos, azarosos, arriesgados, salvajismos, venganza, incultura, aciagos, oscurantismo, fiereza, funestos, desastrosos, inseguros y de barbarie.

    Recordemos lo que decían los romanos: "se acude al juez para no tener que acudir a las armas", es decir el disvalor de la justicia obliga al ciudadano a continuar cometiendo delitos

    Por la continuidad de la vida y de nuestras raíces ecuatorianas trabajemos incansablemente por el Valor de la Seguridad Jurídica Ecuatoriana.

     

    La estabilidad de las instituciones

    Estimado Secretario General de la UIM:De acuerdo, en el Ecuador existen 221 municipios, yo, estoy vinculado con los municipios desde el año 2003, y podríamos realizar en conjunto un excelente trabajo, lo que lo afinaríamos en el Congreso, cordiales y atentos saludos.  !La acción pública debe de constituir el acto más sagrado del ser humano!     Dr. Alberto Arroyo Preciado

     

     

    Autor:

    Dr. Alberto Arroyo Preciado

    Guayaquil, 19 de julio del 2012