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Juan y el Apocalipsis

Enviado por Julio C. Torres


Partes: 1, 2

    1. El apóstol Juan
    2. La revelación de Jesucristo

    Capítulo uno

    Apocalipsis 1:1-20

    Introducción

    El libro de Apocalipsis cierra el canon de las Sagradas Escrituras y culmina la revelación escrita dada por Dios a los hombres. El mensaje de Apocalipsis confirma la certeza del cumplimiento de todas las promesas de Dios. Por eso este libro es la revelación de Jesucristo.

    El autor del libro fue Dios. El tema principal Cristo, mientras que el escritor fue el Apóstol Juan. El lugar donde fue escrito era la isla de Patmos frente a las costas de Asia, al sudoeste de Efeso. Esta isla era una prisión. La fecha en que se escribió el libro fue entre los años 64 y 90 DC.

    El Apocalipsis es el único libro de la Biblia que contiene una promesa especial para los lectores obedientes (1:3), y al mismo tiempo pronuncia una maldición para los que alteren su contenido (22:18-19).

    Siete es el número dominante del libro: Siete candeleros, iglesias, sellos, ángeles, trompetas, truenos, tazas, espíritus, estrellas, etc.

    El primer capítulo del Apocalipsis descorre las cortinas de la revelación divina para descubrir ante los ojos del lector la persona gloriosa del Señor Jesucristo.

    En este libro hay tres divisiones importantes: Ap. 1:19. Aquí tenemos la clave a la comprensión de este libro. Contiene un pasado, un presente, y un futuro:

    • 1. Pasado: «escribe las cosas que has visto.» Se trata de la visión de los vv. 10-18, en la que Cristo, en medio de los siete candeleros de oro es el objeto central.

    • 2. Presente: «escribe las cosas. que son.» Éstas quedan expuestas en los capítulos 2 y 3, donde se traza el camino de la iglesia profesante a través de etapas contemporáneas y sucesivas de su historia, desde su decadencia (2:4) hasta su rechazamiento (3:16).

    • 3. Futuro: «escribe las cosas. que han de ser después de estas.» Esta división comienza con el capítulo 4 y sigue asta el 22:5. Ésta es esencialmente la parte profética del libro: Los sellos, las trompetas y las copas; Babilonia, las bodas, el reinado, etc., son todas cosas que esperan su cumplimiento. Concretamente, esta tercera división tiene que ver con el cumplimiento de «el día del Señor», que comienza con los juicios de la gran tribulación o la semana setenta de Daniel.

    El apóstol Juan

    El apóstol Juan era el más anciano que quedaba vivo cuando se escribió este libro. Tal vez se le estimaba como el santo más reverenciado de sus días, pero en lugar de atraer la atención sobre sí, enseguida se identificó con la gente al afirmar: «Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación». Esta tribulación es diferente a la gran tribulación de la que habla como un seceso futuro (capítulos 4- 18). Atravesaba sufrimientos como miembro de la iglesia primitiva, perseguida sin misericordia por los emperadores romanos que cobraron la vida de Pedro y Pablo, y quizá de la mayoría de los otros apóstoles. El Señor Jesucristo le hace saber a Pedro lo que él quería del apóstol Juan (Jn. 21:20-24).

    El autor presenta a los lectores sus «cartas credenciales». Es evidente que los lectores sabían con toda certeza quién les escribía. «Hermano y copartícipe» (adelphós kaí synkoinonós) son dos sustantivos que expresan tanto intimidad como humildad. Dichos vocablos expresan que «él estaba unido por lazos de vida espiritual y relación familiar. Por lo tanto, era copartícipe (participante en común) con ellos en su tiempo de tribulación».

    La revelación de Jesucristo

    A. «La revelación de Jesucristo»

    Es la frase con la que abre el Apocalipsis. No hay artículo determinado en el texto griego, de modo que la frase dice: «revelación de Jesucristo». El sustantivo «revelación» (?p????????), es singular y por lo tanto, habla de unidad. Dicho vocablo sugiere la idea de "desvelar", "descorrer la cortina", "poner a la vista", "quitar el velo".

    «Ángeles» Significa «mensajeros» y contiene dos ideas:

    • 1. Representan a otro.

    • 2. Ejecutar autoridad delegado por otro.

    Probablemente por eso se usa la figura de «estrellas», puesto que como tales:

    • 1. Brillan: aunque no tienen luz propia.

    • 2. Han sido designados para ministrar en una esfera de servicio concreto.

    «Candeleros» son luminares o portadores de luz. El candelero no produce ni genera luz, sino que la transporta. Las iglesias deben ser portadoras de la luz del evangelio de la gracia de Dios. Cristo es la luz que debe alumbrar a través de las iglesias del Señor. (Jn. 8:12)

    Partes: 1, 2
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