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Más allá de las palabras


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    • 1. LA COMUNICACIÓN

    CONCEPTO E IMPORTANCIA: El ser humano es un ser enteramente social, es parte de una realidad, pertenece a un Grupo social, donde establece una serie de relaciones y está en constante interacción con los demás, con la naturaleza, con su realidad, con todo su contexto, pues de esta interacción nacen sus percepciones y sus vivencias, así como sus preocupaciones, sus temores y sus sueños.

    Desde que nacemos iniciamos ese contacto con los demás, a través de formas elementales o complejas de relaciones comunicativas. Esta capacidad de comunicación con los demás y con todo lo que nos rodea es una característica humana, aunque otros seres vivos de la naturaleza también cuentan con sistemas de comunicación.

    Gracias a la capacidad de comunicación que tenemos, podemos expresamos, entrar en contacto con los demás y con las cosas para dialogar y vivir en sociedad; podemos explicar nuestras ideas, deseos; comprender la naturaleza y los seres que nos rodean y adquirir experiencias, construyendo cosas en común, pensar e inventar, desarrollar nuevas formas de convivencia, organizar instituciones, etc., dejar huella de la capacidad de comunicación y creación. Mediante el proceso de la comunicación, damos testimonio de nuestra existencia y buscamos contactos y respuestas del exterior.

    La palabra comunicar significa "poner en común", es decir, compartir con los demás. Cuando nos comunicamos compartimos información de todo tipo: emociones, ideas, conceptos, advertencias, necesidades, órdenes, etcétera.

    La comunicación está presente en todos los seres vivos. Las abejas, por ejemplo, informan a sus compañeras de la existencia de flores, a través de bailes y movimientos corporales que indican la distancia y dirección de la flor. Animales superiores, como los mamíferos, tienen formas más complejas y variadas de comunicación. Si observamos a nuestro perro con detenimiento, nos daremos cuenta que emite diferentes sonidos para expresar temor, rabia y dolor. Al mismo tiempo, que su cuerpo también le sirve para comunicarse: se contornea para demostrar alegría, esconde la cola entre las piernas traseras en señal de sumisión, exhibe los dientes para manifestar agresión.

    COMUNICACIÓN Y LENGUAJE: Un contacto humano: Indudablemente, dentro del reino animal, el ser humano es quien ha desarrollado las formas más elaboradas de comunicación. Desde los tiempos más primitivos, el hombre ha ideado formas de intercambiar mensajes (señales de humo, sonido de tambores, mímica, lenguaje oral, etc). Si miramos a nuestro alrededor o escuchamos los sonidos de nuestro entorno, descubriremos que el mundo en que vivimos está lleno de mensajes que permanentemente entregan información. De esta manera encontramos:

    • Símbolos universales: como la calavera en productos venenosos, las llamas en sustancias inflamables, la imagen de una mujer a la entrada de un baño, las señales del tránsito, los semáforos, etcétera.
    • Mensajes publicitarios: afiches, avisos luminosos, spots televisivos, propaganda radial, volantes, letreros.
    • Información noticiosa: prensa escrita, revistas, noticieros televisivos, radiales, computacionales (internet).
    • Mensajes gestuales o mímicos: poner el Índice sobre los labios para solicitar silencio; guiñar el ojo en señal de complicidad; sacar la lengua en son de burla, entre otros.
    • Manifestaciones artísticas: cuadros, esculturas, obras musicales, novelas, teatro, poesía, danza, ópera.

    El acelerado avance de la ciencia y la técnica ha permitido al hombre contemporáneo, desarrollar medios cada vez más sofisticados para comunicarse: telefonía celular, redes satelitales que llevan los mensajes de un extremo a otro de la tierra en fracciones de segundo, y que hacen posible, que veamos en nuestros televisores, en vivo y en directo, un partido de fútbol, un recital o una guerra, que están ocurriendo a miles de kilómetros distancia o nos conectemos, vía internet, con museos, bibliotecas, grandes tiendas u otros usuarios de todo el planeta.

    Para nosotros, ciudadanos del siglo XXI, es muy natural encender el televisor y ver a Rivaldo jugando en España; disfrutar de un partido de basquetbol en Estados Unidos, observar las Olimpíadas, jugar con un dibujo animado digitando los números de un aparato telefónico o conectarnos con un canal de vídeo juegos. Sin embargo, estas posibilidades son muy recientes. Nuestros abuelos contaban sólo con la radio y, antes de eso, el único modo de enterarse de lo que ocurría en el mundo eran los periódicos, y cuando éstos no existían y no se había inventado siquiera el telégrafo, las noticias viajaban muy lentamente de un lado a otro, a través de la transmisión oral.

     

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