- Las ciudades y su desarrollo histórico
- Las ciudades en las distintas etapas históricas
- Las ciudades durante la colonización
Las ciudades y su desarrollo histórico
A modo de comienzo podemos decir que el concepto de ciudad proviene del vocablo latino civitas, que se refería a una comunidad autogobernada. Las ciudades comenzaron a surgir en el neolítico, en el cuarto milenio a.C., cuando los grupos de cazadores y recolectores nómadas adoptaron una vida sedentaria y agrícola (véase "Las ciudades en las distintas etapas históricas" – "Edad Antigua" ).
En los primeros asentamientos se construían las viviendas dentro de zonas amuralladas o en espacios con defensas naturales. También era necesario poder disponer de agua, motivo por el cual normalmente se establecían a la orilla de un río o de una fuente de agua. Estos asentamientos estables condujeron a la especialización y división del trabajo. Surgieron mercados en los que los artesanos podían cambiar sus productos por otros diferentes; una clase religiosa iba apareciendo y contribuía a la vida intelectual. De este modo las ciudades fueron el lugar adecuado tanto del desarrollo del comercio y de la industria, como del arte y las ciencias, y desempeñaron una función esencial en el nacimiento de las grandes civilizaciones.
De esta manera se gesto una vida totalmente sedentaria, mediante la cual creció la construcción de las chozas más primitivas, de troncos y estacas de madera; por dentro estaban divididas con estacas o telas colgadas. A medida que surgían las necesidades, se crearon ventanas, puertas y escaleras; en otros lugares se utilizaban materiales parecidos en cuanto a características y propiedades, lo que impulso la construcción de viviendas, unas junto a otras que permitió generar aldeas, poblados y ciudades, estimulando la vida en sociedad y el espíritu comunitario y cooperativo.
De esta manera las ciudades se fueron organizando y sufriendo cambios a través de las etapas temporales como se explicara debajo.
Las ciudades en las distintas etapas históricas
Edad Antigua
Los asentamientos de la edad Antigua eran aquellas primeras ciudades que albergaban a los nómades, convertidos ahora en sedentarios. Estos grupos de personas se establecían cerca de un río o de cualquier lugar del que pudiesen extraer agua. Estos asentamientos estables condujeron a la especialización y división del trabajo; gracias a esto surgieron mercados en los que los artesanos podían cambiar sus productos por otros diferentes; una clase religiosa iba apareciendo y contribuía a la vida intelectual.
De este modo las ciudades fueron el lugar adecuado tanto para el desarrollo del comercio y de la industria, como del arte y las ciencias, y desempeñaron una función esencial en el nacimiento de las grandes civilizaciones
Además de todas las características de las primeras ciudades, había un notorio fervor y respetos por lo muertos, dentro de la cultura aun se mantenía la creencia de la vida luego de la muerte, pero en ese momento los enterrados muertos solo llevaban a su tumba solo algunos elementos del ritual religioso, donde la muerte deja de ser una magia y pasa a ser un mito.
También se ve un claro crecimiento en los conocimientos de la agricultura y la ganadería, donde siempre existió una rivalidad pese a que se necesitaban mutuamente. En esta etapa los hombres poseían conocimientos sobre los periodos de germinación y sobre las estaciones del año, lo que les facilitaba el trabajo; creando así una idea de la mujer como madre de los hijos y dedicada a ellos por completo, tanto en el crecimiento como en la educación.
Este periodo temporal se caracterizo también por algunos avances para las actividades más útiles como la pesca, donde ya se usaban anzuelos y redes. El hecho de poder racionalizar el trabajo aumento el sedentarismo que genero la construcción de edificaciones para la veneración de los dioses o de las religiones. De esta forma se fue obteniendo un panorama general de la ciudad como un conjunto de actividades que agrupaban a un grupo nómade. Con este perfil de ciudad, nombraremos la ubicación de algunas "Nacionalidades Neolíticas" (es decir grandes ciudades que utilizaban estos métodos de construcción y de orden social): la cuenca del río Danubio, la alta cuenca del río Rin, al norte de la actual Italia, al sur de la actual Alemania o en los lagos de los alpes de la región de Suiza.
Sin embargo había una ciudad que sobresalía en la región mesopotámica por la habilidad de sus habitantes para conseguir recursos o piedras preciosas con su forma de negociar: la ciudad de Ur. Esta ciudad resplandecía por sus obras arquitectónicas, además un gran puerto con bodegas y edificios comerciales, la principal característica la forma y ubicación de los templos.
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