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Camino de la sangre hacia la luz (página 2)


Partes: 1, 2

dejando un reguero de feroces carcajadas

Yo digo tu dolor

y soy un poco el mundo

un poco

tu costado

y persigno la tristeza en tu espina

aunque no sepas nombres

aunque no sepas rostros

y aunque yo para ser más mi imagen

me acerque a tu bondad

y escriba

Poema 10

Mis sombras se agremian en sectas de silencio

silencio adentro

como cotidianas razas de palomas quemadas

Poema 11

Mi voz marcha por tus arrabales

esta noche de escaleras y zaguanes

de la sombra gutural y los mendigos

y la ternura acurrucada en los aleros

mi voz rueda como el ancho otoño tierno del rocío

desde lentas y ahorcadas cañerías

y la irremediable claustrofobia de los ciegos

Este absurdo trajín de calendarios

siempre es siempre

el día es porque paso

me gasta o me completa como un árbol

siempre queda todavía

cuando ya no quede me encontraré

tendido sobre mi propia muerte

Mientras mi muerte será

absurda larva

renuncia y

materia en un punto batallada

Después de estas ciudades

estos espantos asestándome

balcones y oficios de engranajes

Poema 12

Más allá de tu tristeza está tu olvido

Hoy tengo tu tristeza

larga todavía de tardes vacías

con nombres rotos como cartas de lejanas

batallas

largos cementerios

tumbas que suceden

a historias sin respuesta

y estos domingos callados

sonoros de silencio

porque tu tristeza es mía

agregada desde la soledad a la tarde

o recogida de las cosas que son este domingo

más allá de tu tristeza está tu olvido

pero cuánto rastro

mientras tu tristeza todavía

Poema 13

La sangre se empecina en la sien de campanario

goteando sapos

como los relojes de los borrachos en la madrugada

Poema 14

Para clavar en tu silencio la raíz de mi garganta

y derrotar las largas trincheras de rituales sombras

para desenterrar un pájaro de empeño que te empuja

y hacer con mi albedrío la libertad de tus alas

levo anclas de mi barco de destierro sin principio

y desboco de azul mi paloma de diluvios

al otro lado del silencio eres un poco el mundo

y hasta allí levanto el canto que se me vuelve grito

Poema 15

Es la tristeza

estoy de noche como una raza de solitarios

y no conozco mis hermanos

Desde lejos

en el olvido circular de los relojes

vienen aboliendo campanas

gigantescos ritos de mecanos y de álgebras

Las abejas son un error de los insecticidas

y yo no tuve aún la hipocresía de morirme

y ser importante como los silencios

La ciudad es un panal de cuadradas soledades

tras de algunos muros se doblan las parejas

tanteándose brutal los cementerios

Y yo erijo los lutos de mi historia

como un largo camino

canto monocorde de mi sola manera de cantar

Es la tristeza

larga historia

de llorar sin testimonio

y olvidar de madrugada como un loco

Poema 16

Los hombres viscosos de sectas

empujan

atesonados de esquinas

transportando himnos paganos

y arrastrando sexos por las veredas

y un mendigo ciego en el umbral

de un templo

pregunta por el oficio

Poema 17

Mi sangre es un largo silbido y a veces

brama en invierno como los

aleros que se llenan de tormenta

Poema 18

Hay veces en que los mecanos de la vida

se quedan sin sentido

y el alma se levanta para rezar

Poema 19

Si tú supieras lo que es cruzar

ciego y a tientas los inmensos

territorios de silencio y de soledad

por las noches sin luna y sin barandas

mordiendo los ojos con los párpados

apretados de fervor sin fe

y las manos cerradas sobre el lugar

que dejaron las tuyas

y el nombre tuyo dicho a veces

ronca e inconscientemente

como si susurrara

"Dios mío"

Poema 20

El corazón es como una trompeta

de sol que alumbra un canto de

rayos de sangre

Es un empeño de pájaro como un

herrero eterno

como un fogonero

remero inevitable

galeote de puño equivocando mariposas

Es un eco carnecido

que deletrea arietes para la sangre

es un reloj de arena roja

y yo un puñado de laberintos de horas de sangre

Poema 21

El cielo

como un compañero de diálogo

confidente

con el pecho amedallado de luna

como un corazón crucificado

en una cruz de silencio

ya no me responde

Debe estar hablando contigo

Un día era como un beso para dos bocas

hoy es como un río

para dos costas

Poema 22

Esta noche puedo morir de luz

puedo huir despavorido de una vela

¿qué decir?

me hace falta una palabra nueva

es como si la sangre

se hubiese hinchado en el corazón

Es como si esa hache de empañamiento

de los ojos bajo el agua estuviese

emburbujando el alma

Creo que si me hiriera

comprobaría mi sangre de madera

Poema 23

La voz de las páginas

tiene una mordaza para su silencio

en nuestros ojos

Estrenamos palabras viejas

simultáneas de sí mismas y enredadas

en todos los instantes desde ellas

hasta nuestros ojos y las comprobamos

viejas

Hay un puente puntual

como un intersticio entre instantes

consecutivos sobre un río que es

lo único que existe

Poema 24

La música es un baile de fantasmas derretidos

es el alma del agua disuelta en las almas

es el humo derramado por itinerarios de perfiles

de rostros y de cosas

Es como escribir palabras con hebras del alma

y dejar entrar por ella una brisa de estrellas

es como liberar banderas en la sangre

y dejar que el carro del corazón

las arrastre

es como hacer flamear una mirada

o dejar evaporar una mano

o peinar con los dedos del corazón

la cabellera de dios

Poema 25

Me bastan

las dos teclas de tu pecho

para cantar sencillamente al amor

tartamudeando de a sorbos la

poesía de la sangre

Poema 26

que sobre la tierra reseca

de mi alma

has podido un altar

de tierra húmeda como un vientre

tendrás

todas las flores de mi huerto

abeja mía

como se afana la tierra

sobre el sitio de un muerto

Poema 27

Tanto silencio he recorrido

tanta soledad he sido

que hoy me bastan estas pequeñas cosas

Poema 28

Mi tristeza

una manera de tus cosas

te nombra por aferrarse

a su propio naufragio

Poema 29

Mi tristeza tiene una puerta

y yo no sé dónde empiezan los muros

Poema 30

Un día iré a buscarte

cáliz de sombras

como la abeja a la callada muerte de la

flor del veneno

Beberé de ti el embrión de la noche

como un

polen amargo

y no podré arrostrar mi propio silencio

y moriré con tu nombre callado

clavado

en la última idea

como la última seca mirada que

ya nadie podrá descifrar

Poema 31

Tras de la niebla un faro hiedra luz

su afónico sonido se propaga

amarillo entre el polvo de humedad

yo busco la noche

me ayuda a callar

No me gusta el silencio

pero mi sola voz no basta para

romperlo

Poema 32

No sé para qué quiero

que llegue el momento

de nuestro encuentro

si cuando debamos

luego

separarnos

querré estar esperando

aún para juntarnos

Poema 33

Un grito naufraga en alaridos neuróticos de fábrica

no hay tiempo de llorar entre teléfonos y válvulas eléctricas

que tienen los gestos de las voces humanas

No hay un gramo de tierra puro de probetas

Ya no quedan guitarras tímidas de esquina

ya no quedan faroles apagados como cómplices

se ha perdido el misterio de los pájaros

Poema 34

La noche fría se me adhiere con

exactitud de lugar

quepo en el

frío duro y vítreo como si la noche

copiara mi contorno como el mar de algún naufragio

Es una manera de soledad

los edificios son calaveras enderezadas

Poema 35

Me desperté a un lugar extraño

y grité y el silencio gritaba con mi voz

como un territorio más extenso que mis pasos

y corrí abriendo ventanas que daban

al silencio

y encendí antorchas

y tuve miedo de descubrir mi muerte

pero la antorcha ardía fuego oscuro

y las palabras que decía no tenían

cosas

y no existían significados

como si hubiese quedado en el andén

del tiempo

y no existieran dondes y no

pasaran cuandos

y el pensamiento detenido en una

letra

en la sola idea en el instante

al costado de las horas

como un reloj caído de la sucesividad

un molino que perdió su sitio de viento

y no tuve tiempo de entender que estaba muerto

Poema 36

Ven a desenredar mi alma

que es un hueco de telarañas

con viejas hiedras de recuerdos

que trepan por mis muros

como la humedad

baja con tu antorcha

a clausurar

el hijo de sombras que embaraza

mis sótanos

Tú que tienes la vela tranquila

de las palabras

para la penumbra de mi silencio

Ven

ven

quédate conmigo

con los candelabros de tus

manos como

flores de oro o de pan

entra a mi alma como

a una casa abandonada

y abre los postigos

y saca el polvo de los nombres viejos

como limpiando imágenes

Y dame el puño de tu corazón

dámelo como si fuera

una paloma de miga

y deja que se tomen

las almas de las manos

como gotas confundidas

como alas de sombra

que se injertan

Quédate

no te vayas

ya tengo un nombre

para llamar a dios

no digas nada y déjame

callar con tu silencio de gruta

que afuera llueven gritos

y podemos perdernos

Poema 37

Voy a indagar en tus rincones

de panal para encontrar las larvas

de tus palabras aún no

dichas

Poema 38

Quiero de ti dos cosas

Tu imagen para mis sueños

y tu mano para mi cegera

Poema 39

No preguntes dónde vamos

Calla y sígueme

encontrarás dos que

forman uno

Somos nosotros

Poema 40

Soy topo y horado como el

hambre en tus orillas

barrosas y de pasto y algunas noches

perfumadas de luna

te decía amor pero más te amaba amor

Poema 41

Yo grito hacia arriba

lancero del

silencio

como aleteando estocadas

al vacío

buscando un enemigo

mientras el terror

ciego

Yo grito hacia arriba

poniendo en mi arco una flecha

de alarido

yo grito y digo amén

y el exilio infranqueable me

contesta

con un silencio con el que hago la

fe que se rompe contra el rezo

Poema 42

Te pienso aquí

acorralado contra mí mismo

por tantos pasos que de atrás me aprietan

contra el camino terminado

Desde la última vez de tu palabra

eres un modo de silencio

y tu imagen me vigila desde mí

porque sigo mostrando para tus ojos

que ya no son míos

En el lugar de tu nombre

ha crecido un recuerdo sin rostro

como un camino de música callada

que floreciera en una rama de silencio

Poema 43

En esta hora las olas del viento del silencio

rompen en los ventisqueros de las

manos dejadas

Siempre te pido perdón desde mi

hondo recuerdo

como rezando por los muertos de mi

propia espada

Y esta noche con las manos llenas del vacío de tu mano

faltas más que nunca

porque te recuerdo

Poema 44

No olvido que tus vértices por dentro

imprimieron abismos a mi gravedad de

pájaro muerto

Eras perfectamente tú y mi alma te copiaba

todo se hundía en tu voracidad de ciénaga

Iba contigo a claudicar silencios

fácilmente como cuando corríamos

por las plazas de la mano

Ahora muchas cosas son incomprensibles

y muchas veces acomodo tu recuerdo

sobre lo que era contigo fácilmente

Contigo y mis pasos hice tu recuerdo

las baldosas juegan el tácito ajedrez

y siempre al recordarte delante de un

vacío

pienso cómo era antes contigo

Poema 45

El eterno infinito se rompe en el estuario

hondo de los túneles que

desembocan sobre la mañana

Poema 46

Todo se sueña en el primer silencio

Hasta parece fácil el sol y la mañana nueva

Podrías venir sin sorprenderme y el recuerdo

después tendría dos veces distintas

Poema 47

yo te quería azul y dorada como las

mañanas enormes

con tus manos transparentes como los místicos

silencios en el templo

yo te quería cotidiana y tibia

llena de las

mariposas silvestres que giraban en tus

ojos

yo te quería así

como eras fácilmente

sin la severa gesticulación de los que ya no

son niños

yo te quería indestructible y frágil

como una espada de cristal en la

fuente de un jardín al alba

eras amarilla y azul como yo te quería

tu voz polvorienta parecía agua fibrosa y

seca

y estabas llena de caminos sin

senda porque nunca fuiste caminada

yo te quería honda como los túneles pero pura

como las catedrales

de cristal

como la dimensión en que

los peces entre la mañana y la arena

son abejas sobre los caracoles

pero tenías un hueco a la espalda

como el acceso indescifrable del silencio a la muerte

y en ti la mañana

redonda al otro lado

de los túneles

rompía el eterno infinito

descifrado y no encontrado

desde ti me llegaba la piedad de la leña

y las llamas eran tiernas pero las sombras

veladas

y el fuego era un jardín

como tus manos

y la sombra del fuego procesiones de fantasmas

yo no sé si te amaba pero te era fácilmente

podía rezar con tus dogmas porque creía

en ti como creo en la mañana

y ahora tengo miedo de la noche infinita

y quiero retroceder el túnel que no

avisa el sol del otro lado

ahora sí te amo porque ya no eres mía

y ahora tengo el miedo que no tuve

mientras eras dorada porque podías

ahora ser recuerdo hace mucho

Poema 48

ahora comprendo que el

destino es posterior

al tiempo

Poema 49

la tierra también tiene raíces

y sangre

y garganta

y canta por los hormigueros

Poema 50

tu voz esbelta

tallo de gaviota y luna

manantial

mana de la entraña del

silencio

como una flor crecida de la

arena o un pino de fuego proferido por el agua

Poema 51

quiero desenredar la música

en tus manos de piano

resucitar de las algas de tus dedos un tesoro

largamente enterrado

y luego deletrear cada hebra de mi bandera de amor

y habré escrito un poema para los pentagramas de tus manos

Poema 52

empiezo

y la boca se hincha de

te quiero

el alma es el papel

donde está escrito este verso

pero

qué poco suena lo que tanto siento

quisiera decirte mucho

ligero

con continuidad de viento

como la luz

fugada del fuego

se haga luz mi voz

mientras ardo dentro

quererte en la boca

recién lo encuentro

¿me entiendes ahora?

hablar lo que siento

que el amor sea

diciendo

Poema 53

yegua de alto oro marino

vengo los pasos de quedarme

como el silencio

como se enciende la sombra

cuando se cierra una lámpara

vengo a poblarte los pájaros

bajo de otra savia que me nombra la espalda

vengo de nunca

como el tiempo

de nunca y nadie como la soledad que

siempre es alguien

aunque la gente que llevamos

por eso vengo de naves

de buzos y de

náufragos

reconociéndolo todo como un

ciego abierto

aprendiendo mi propia travesía

vengo de templos

de altares destituidos

de ojos desmentidos y de puertos

Poema 54

estás ahorcada de mar como una isla

como una isla de agua

como una luna quemada una noche oscura

y todos pasan a tu orilla

sin escuchar tus gritos de silencio

y levantan tus llamados roncos

como piedras o como caracoles

sin darse cuenta de que son gritos

con que estás gritando

Poema 55

el viento de tu sangre se repite

sobre tu corazón de molino

tu piel es de manos tendidas no tomadas

estás toda llena de abandono

como un muelle

tus ramas vanas

traman el rito de la savia

el dogma de las golondrinas te ha dejado esperando

las olas nunca borran castillos de tus playas

nadie escucha el mar quedado en el hondo caracol

los faros se han secado

las manos dimitieron

los aljibes clausurados están llenos de sal

y el viento de la sangre se repite en el molino

como un vano rito de no morir hasta morir

Poema 56

tu luna es un corazón de pan y el viento

de sangre una voz de silencio

estoy pensando en ti

por eso me siento como se sienten los poetas

me siento poeta

como para decir que naufrago a silencio

o que canto con las manos

como un árbol

de lenguaje ciego

todos los himnos quietos

me vienen por la saliva de la noche

como el barco pájaro del beso

el silencio es el himno de sonar a uno mismo

tengo la sangre en plenilunio

como el mar desbocado que se

hincha de potros

remé durante tanto viento vacío

que ya no tengo fuerzas para izar las velas

ahora que hay viento

y de repente tú

fantásticamente

real

como algunas emanaciones

de espíritu que en la mañana

confundo con sueños

Poema 57

todo lo callo

aunque recorra todas las cosas con la garganta

aunque asuma todas las palabras

aunque me ponga lenguajes en el canto

aunque grite

y me vaya por una lanza de sol que voy creciendo

aunque ordene rostros y cosas sobre las palabras que me extiendo

aunque viva el canto que me existe

todo lo callo

que todo es mucho más que las palabras

como un pájaro

que nunca se andará todas las alas

Poema 58

tu voz pálida

piedra de agua

mariposa latida

en el espejismo de que tengo oídos

como un cóndor

tu grito

lanza de hierro y sol

expandió su catedral de sombra

y debajo

una vela crecía la luna imaginaria

de los hombres que inventaron las palabras

Poema 59

el silencio llega como un lúgubre emisario

todos lo dicen a la hora

del albedrío sin cadenas

todas las ventanas dan a rostros vacíos

con los ojos verdaderos

contra rostros remotos

Poema 60

hoy el alma está anclada en el puerto de tus cosas

todas mis velas

mis distancias

mis anclas

mi silencio ermitaño

laten a tu costado como las alas del mar sobre los muelles

hoy digo el alma

pájaro fundamental

manifestado

sobre la espera secular averiguada

en el temblor de una estrella que te responde

ah

subsistirte el barro

la diaria muerte numeral

ejercida día a día en la ceniza

como un rito elemental

de nombrarnos la frente con espalda

y la espalda fugaz con la arena

hoy digo el alma

amiga

hoy digo amor

la palabra hinchada como un barco

toda mi sombra grutal que ya te acude

la alimaña feroz

lava las guerras sin muertos

con sol de pájaros

mis dientes se mezclan en la miel

hacha en el agua

soledad y sombra asumida en una antorcha

y yo que asisto a mí mismo

tanteando con el estupor de no haber muerto

el grito sideral que nos existe

atino a comprender cosas sencillas

y digo el alma por fin

pájaro manso

árbol de sombra

que tembló en la estrella

Poema 61

hay un tiempo sin veces

donde el testimonio no tiene ahoras

un tiempo de ciegos

itinerario sin rumbo

largo cerrojo sin puertas

escalera sin alturas

como la luz y el hombre sin sombra

un tiempo pleno

un tiempo absoluto

punto de altura

infinitud de lo no elementado

eternidad de lo innumeral

a ese tiempo te vengo

hay un tiempo sin sucesión

lo simultáneo

lo aquí

lo cuando

lo donde

lo

después son finitudes de lo numerable

a ese tiempo te busco

Poema 62

potros de mar se enrollan

y desmoronan abatidos

como toldos

pero más que todos

manos de eterna desesperación

de abismo

que intentan asideros

en la arena sin dedos

hay un instante de empezar

a caer y morir

en que todo el rastro

que se encarama hasta los pies

sobrevive

como una casi potencia

de todas las horas que han sido

por la certeza del instante

que no tiene después

luego caer y detener el tiempo

que ya no puede ser vejez

ni lejanía en los recuerdos

Poema 63

amo las olas de tu pelo que rompen apaciguadas

Poema 64

amo tus dedos de mimbre que he visto

latir como palomas

y tu silencio sin principio

al que no pude asestar una palabra

amo tu vida azul que no me has dicho

la piel de tu voz nunca tocada

y esta duda de todo que te vuelve incierta

amo los mil quizás con que supongo tus cosas

tu pelo de tormentas y de olas amansadas

y esa dócil entrega en que mis mejores

palabras se hacen tuyas y esta

primera manera de hachar como

un náufrago un muro de silencio

amo este rito de mirarte a la distancia

y el estruendo de silencio

en que te callas

y esta aún lejanía que te acerca y te

hace sueño

Poema 65

en tus ojos fondeo las naves de mi honda arqueología

Poema 66

tus ojos amanecen en horizontes de silencio como barcos

y yo lleno de años de náufrago

en los muelles solitarios

de mis manos

te tomo como comulgándote

Poema 67

mi tierra no brota jardines ni frutos

pero sí el atroz laberinto de los hormigueros

Poema 68

quiéreme así

con un cariño de agua

rotos los diques de la rienda indiferencia

quiéreme así

con un calor de fragua

con un amor que quiera aun en el sueño y la inconsciencia

quiéreme leve y también profundamente

profundo por que seas tan sólo para amarme

y quiéreme también muy levemente

para que no te hastíes y llegues a olvidarme

quiéreme así

que te querré igualmente

y nuestros dos cariños de agua tendrán beso en un lago

y con calor de fragua fundirán eternamente

dos almas que se dan y que se exigen como pago

quiéreme así

con el ser desprendido

no conserves ni tu vida

como quien la perdió

yo mi ser de amor ya lo he perdido

ámame

entonces

como te quiero yo

Poema 69

la poesía me cuesta

pero con tierna voluntad podría un canto

basta buscarle la fe a un sacrificio

y copiar la devoción a las abejas

luego asestarte la ternura con palabras

sin ahuyentar el silencio

Poema 70

la poesía me cuesta como un rito que ignoro

pero creo

y esa voluntad de nombrarte con

palabras que no tengo

Poema 71

me gustaría tener el olvido rápido

de las flores que envejecen en un día

pero el tiempo tiene la implacable dimensión

de los relojes

o los relojes tienen la demora del tiempo

y mueren muchas flores por cada recuerdo que no

cambia

Poema 72

ya nada llegará

el viento ha muerto

y las manos como hélices

de molinos acalambrados

están tendidas

árboles mutilados

con rictus dolorosos y de asombro

en las ramas detenidas

el mar ha bajado

aquí sobre mi arena

de playa con recuerdos que parecen fantasía

los barcos secos

que nunca echaron anclas de renuncia y paz

pero que no auscultarán ya el

pulso de las olas

los barcos muertos

las manos

de tanto olvido

que casi ignoran los senderos

de la piel

las manos untadas de silencio y delirio

que ya no podrán acariciar

que tienen para la caricia

la carraspera hostil

del pan viejo y la madera

y que sin embargo

revolotearán otras frentes

austeras como las vasijas

y aprendidas como la ternura

que mienten

los que ya no pero que deben amar todavía

Poema 73

un día llegaste a ocupar el tú que sin ti no nombra

ya es imposible que no seas

y ahora que te sé es cuando temo que no hubieras sido

no voy a decirte que sin ti me hubiera muerto

quizá fuera feliz

y pudiera hablar de alguien como de ti

y decirle estas mismas cosas

pero ahora que eres

que tu nombre tiene un rostro

que tu voz tiene una mano

y tu silencio unos ojos

siento que otras cosas de otro alguien

no podrían amordazar mi soledad

y tripular el tú y completar el nosotros

porque pienso que te extrañaría

ahora que ya te he tenido

aunque no hubieras llegado

sentiría como haberte perdido

Poema 74

sonarán tus

ojos

vasos de cielo a silencio

como caracoles

y el mar

infinito para siempre

pero el huso de música

telar innumerable

no habrá dicho

toda tu alma

Poema 75

voy a comprobar mi corazón en tu boca

a morder desesperadamente la música

que derrite tu silencio

paso siglos ignorando idiomas

¿qué más puedo decirte?

tú sabes todo lo que yo sé y lo sabes

¿para qué entonces las palabras?

tú callas todo lo que yo callo

Poema 76

el día que el silencio se encienda

yo averiguaré sus árboles y ríos

donde hubo un muro de oscuridad

pero no sabré que el silencio se iluminó

Poema 77

al río del viento llueven latidos de silencio

pasa

y estos tallos de mi sangre vientan

yo no puedo amordazar el piano de mi corazón

y transcurren las hebras de la roja música

sangra

sangre

lato

simplemente eso

porque nada más

Poema 78

yo sé que el amor no puede medirse

sin embargo ahora que todo se te parece

sin saber cuánto es

sé que este amor es todo

tantas veces he tomado mi amor

y he ordenado los barcos habituales

que he agotado las palabras

y mi amor te sigue amando con el

mismo verbo

porque así está hecha la palabra

tomando por pétalos las flores

Poema 79

como quillas hundidas en las olas del viento

cuando vanamente busco la superficie del silencio

mis brazos devanando música

trazan la locura de campanas rotas

molina mi corazón

buche de pájaros

las velas quillando en el silencio

son veletas de tristeza

vuelan gaviotas de diluvio salvándose

ésos son los recuerdos

pendulan mis brazos caídos

a la gravedad del abismo del cielo

no sé qué rota brújula me ciega

no puedo deshundirme del silencio

Poema 80

el eco deshoja mariposas de un candelabro de viento

Poema 81

amo las voces de los hombres

manantial de trigo de piedra

púlpito de altura y viento

donde la tierra se eleva por los brazos

camino de la sangre hacia la luz

árida carne

como un terreno donde los barcos

hacen sus casas

amo la voz

el corazón de la tierra se eleva por el fuego

y yo amo el volcán

y los hombres que tensan un arco

en la garganta

baja luna que pone más allá la niebla

porque cuando el viento se pueble de silencio

cuando se cierna el silencio crecido en todas partes

se habrá muerto de verdad la verdad

y la tierra será sola para siempre

 

 

 

 

 

Autor:

Jorge Lemoine y Bosshardt

Partes: 1, 2
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