dejando un reguero de feroces carcajadas
Yo digo tu dolor
y soy un poco el mundo
un poco
tu costado
y persigno la tristeza en tu espina
aunque no sepas nombres
aunque no sepas rostros
y aunque yo para ser más mi imagen
me acerque a tu bondad
y escriba
Poema 10
Mis sombras se agremian en sectas de silencio
silencio adentro
como cotidianas razas de palomas quemadas
Poema 11
Mi voz marcha por tus arrabales
esta noche de escaleras y zaguanes
de la sombra gutural y los mendigos
y la ternura acurrucada en los aleros
mi voz rueda como el ancho otoño tierno del rocío
desde lentas y ahorcadas cañerías
y la irremediable claustrofobia de los ciegos
Este absurdo trajín de calendarios
siempre es siempre
el día es porque paso
me gasta o me completa como un árbol
siempre queda todavía
cuando ya no quede me encontraré
tendido sobre mi propia muerte
Mientras mi muerte será
absurda larva
renuncia y
materia en un punto batallada
Después de estas ciudades
estos espantos asestándome
balcones y oficios de engranajes
Poema 12
Más allá de tu tristeza está tu olvido
Hoy tengo tu tristeza
larga todavía de tardes vacías
con nombres rotos como cartas de lejanas
batallas
largos cementerios
tumbas que suceden
a historias sin respuesta
y estos domingos callados
sonoros de silencio
porque tu tristeza es mía
agregada desde la soledad a la tarde
o recogida de las cosas que son este domingo
más allá de tu tristeza está tu olvido
pero cuánto rastro
mientras tu tristeza todavía
Poema 13
La sangre se empecina en la sien de campanario
goteando sapos
como los relojes de los borrachos en la madrugada
Poema 14
Para clavar en tu silencio la raíz de mi garganta
y derrotar las largas trincheras de rituales sombras
para desenterrar un pájaro de empeño que te empuja
y hacer con mi albedrío la libertad de tus alas
levo anclas de mi barco de destierro sin principio
y desboco de azul mi paloma de diluvios
al otro lado del silencio eres un poco el mundo
y hasta allí levanto el canto que se me vuelve grito
Poema 15
Es la tristeza
estoy de noche como una raza de solitarios
y no conozco mis hermanos
Desde lejos
en el olvido circular de los relojes
vienen aboliendo campanas
gigantescos ritos de mecanos y de álgebras
Las abejas son un error de los insecticidas
y yo no tuve aún la hipocresía de morirme
y ser importante como los silencios
La ciudad es un panal de cuadradas soledades
tras de algunos muros se doblan las parejas
tanteándose brutal los cementerios
Y yo erijo los lutos de mi historia
como un largo camino
canto monocorde de mi sola manera de cantar
Es la tristeza
larga historia
de llorar sin testimonio
y olvidar de madrugada como un loco
Poema 16
Los hombres viscosos de sectas
empujan
atesonados de esquinas
transportando himnos paganos
y arrastrando sexos por las veredas
y un mendigo ciego en el umbral
de un templo
pregunta por el oficio
Poema 17
Mi sangre es un largo silbido y a veces
brama en invierno como los
aleros que se llenan de tormenta
Poema 18
Hay veces en que los mecanos de la vida
se quedan sin sentido
y el alma se levanta para rezar
Poema 19
Si tú supieras lo que es cruzar
ciego y a tientas los inmensos
territorios de silencio y de soledad
por las noches sin luna y sin barandas
mordiendo los ojos con los párpados
apretados de fervor sin fe
y las manos cerradas sobre el lugar
que dejaron las tuyas
y el nombre tuyo dicho a veces
ronca e inconscientemente
como si susurrara
"Dios mío"
Poema 20
El corazón es como una trompeta
de sol que alumbra un canto de
rayos de sangre
Es un empeño de pájaro como un
herrero eterno
como un fogonero
remero inevitable
galeote de puño equivocando mariposas
Es un eco carnecido
que deletrea arietes para la sangre
es un reloj de arena roja
y yo un puñado de laberintos de horas de sangre
Poema 21
El cielo
como un compañero de diálogo
confidente
con el pecho amedallado de luna
como un corazón crucificado
en una cruz de silencio
ya no me responde
Debe estar hablando contigo
Un día era como un beso para dos bocas
hoy es como un río
para dos costas
Poema 22
Esta noche puedo morir de luz
puedo huir despavorido de una vela
¿qué decir?
me hace falta una palabra nueva
es como si la sangre
se hubiese hinchado en el corazón
Es como si esa hache de empañamiento
de los ojos bajo el agua estuviese
emburbujando el alma
Creo que si me hiriera
comprobaría mi sangre de madera
Poema 23
La voz de las páginas
tiene una mordaza para su silencio
en nuestros ojos
Estrenamos palabras viejas
simultáneas de sí mismas y enredadas
en todos los instantes desde ellas
hasta nuestros ojos y las comprobamos
viejas
Hay un puente puntual
como un intersticio entre instantes
consecutivos sobre un río que es
lo único que existe
Poema 24
La música es un baile de fantasmas derretidos
es el alma del agua disuelta en las almas
es el humo derramado por itinerarios de perfiles
de rostros y de cosas
Es como escribir palabras con hebras del alma
y dejar entrar por ella una brisa de estrellas
es como liberar banderas en la sangre
y dejar que el carro del corazón
las arrastre
es como hacer flamear una mirada
o dejar evaporar una mano
o peinar con los dedos del corazón
la cabellera de dios
Poema 25
Me bastan
las dos teclas de tu pecho
para cantar sencillamente al amor
tartamudeando de a sorbos la
poesía de la sangre
Poema 26
Tú
que sobre la tierra reseca
de mi alma
has podido un altar
de tierra húmeda como un vientre
tendrás
todas las flores de mi huerto
abeja mía
como se afana la tierra
sobre el sitio de un muerto
Poema 27
Tanto silencio he recorrido
tanta soledad he sido
que hoy me bastan estas pequeñas cosas
Poema 28
Mi tristeza
una manera de tus cosas
te nombra por aferrarse
a su propio naufragio
Poema 29
Mi tristeza tiene una puerta
y yo no sé dónde empiezan los muros
Poema 30
Un día iré a buscarte
cáliz de sombras
como la abeja a la callada muerte de la
flor del veneno
Beberé de ti el embrión de la noche
como un
polen amargo
y no podré arrostrar mi propio silencio
y moriré con tu nombre callado
clavado
en la última idea
como la última seca mirada que
ya nadie podrá descifrar
Poema 31
Tras de la niebla un faro hiedra luz
su afónico sonido se propaga
amarillo entre el polvo de humedad
yo busco la noche
me ayuda a callar
No me gusta el silencio
pero mi sola voz no basta para
romperlo
Poema 32
No sé para qué quiero
que llegue el momento
de nuestro encuentro
si cuando debamos
luego
separarnos
querré estar esperando
aún para juntarnos
Poema 33
Un grito naufraga en alaridos neuróticos de fábrica
no hay tiempo de llorar entre teléfonos y válvulas eléctricas
que tienen los gestos de las voces humanas
No hay un gramo de tierra puro de probetas
Ya no quedan guitarras tímidas de esquina
ya no quedan faroles apagados como cómplices
se ha perdido el misterio de los pájaros
Poema 34
La noche fría se me adhiere con
exactitud de lugar
quepo en el
frío duro y vítreo como si la noche
copiara mi contorno como el mar de algún naufragio
Es una manera de soledad
los edificios son calaveras enderezadas
Poema 35
Me desperté a un lugar extraño
y grité y el silencio gritaba con mi voz
como un territorio más extenso que mis pasos
y corrí abriendo ventanas que daban
al silencio
y encendí antorchas
y tuve miedo de descubrir mi muerte
pero la antorcha ardía fuego oscuro
y las palabras que decía no tenían
cosas
y no existían significados
como si hubiese quedado en el andén
del tiempo
y no existieran dondes y no
pasaran cuandos
y el pensamiento detenido en una
letra
en la sola idea en el instante
al costado de las horas
como un reloj caído de la sucesividad
un molino que perdió su sitio de viento
y no tuve tiempo de entender que estaba muerto
Poema 36
Ven a desenredar mi alma
que es un hueco de telarañas
con viejas hiedras de recuerdos
que trepan por mis muros
como la humedad
baja con tu antorcha
a clausurar
el hijo de sombras que embaraza
mis sótanos
Tú que tienes la vela tranquila
de las palabras
para la penumbra de mi silencio
Ven
ven
quédate conmigo
con los candelabros de tus
manos como
flores de oro o de pan
entra a mi alma como
a una casa abandonada
y abre los postigos
y saca el polvo de los nombres viejos
como limpiando imágenes
Y dame el puño de tu corazón
dámelo como si fuera
una paloma de miga
y deja que se tomen
las almas de las manos
como gotas confundidas
como alas de sombra
que se injertan
Quédate
no te vayas
ya tengo un nombre
para llamar a dios
no digas nada y déjame
callar con tu silencio de gruta
que afuera llueven gritos
y podemos perdernos
Poema 37
Voy a indagar en tus rincones
de panal para encontrar las larvas
de tus palabras aún no
dichas
Poema 38
Quiero de ti dos cosas
Tu imagen para mis sueños
y tu mano para mi cegera
Poema 39
No preguntes dónde vamos
Calla y sígueme
encontrarás dos que
forman uno
Somos nosotros
Poema 40
Soy topo y horado como el
hambre en tus orillas
barrosas y de pasto y algunas noches
perfumadas de luna
te decía amor pero más te amaba amor
Poema 41
Yo grito hacia arriba
lancero del
silencio
como aleteando estocadas
al vacío
buscando un enemigo
mientras el terror
ciego
Yo grito hacia arriba
poniendo en mi arco una flecha
de alarido
yo grito y digo amén
y el exilio infranqueable me
contesta
con un silencio con el que hago la
fe que se rompe contra el rezo
Poema 42
Te pienso aquí
acorralado contra mí mismo
por tantos pasos que de atrás me aprietan
contra el camino terminado
Desde la última vez de tu palabra
eres un modo de silencio
y tu imagen me vigila desde mí
porque sigo mostrando para tus ojos
que ya no son míos
En el lugar de tu nombre
ha crecido un recuerdo sin rostro
como un camino de música callada
que floreciera en una rama de silencio
Poema 43
En esta hora las olas del viento del silencio
rompen en los ventisqueros de las
manos dejadas
Siempre te pido perdón desde mi
hondo recuerdo
como rezando por los muertos de mi
propia espada
Y esta noche con las manos llenas del vacío de tu mano
faltas más que nunca
porque te recuerdo
Poema 44
No olvido que tus vértices por dentro
imprimieron abismos a mi gravedad de
pájaro muerto
Eras perfectamente tú y mi alma te copiaba
todo se hundía en tu voracidad de ciénaga
Iba contigo a claudicar silencios
fácilmente como cuando corríamos
por las plazas de la mano
Ahora muchas cosas son incomprensibles
y muchas veces acomodo tu recuerdo
sobre lo que era contigo fácilmente
Contigo y mis pasos hice tu recuerdo
las baldosas juegan el tácito ajedrez
y siempre al recordarte delante de un
vacío
pienso cómo era antes contigo
Poema 45
El eterno infinito se rompe en el estuario
hondo de los túneles que
desembocan sobre la mañana
Poema 46
Todo se sueña en el primer silencio
Hasta parece fácil el sol y la mañana nueva
Podrías venir sin sorprenderme y el recuerdo
después tendría dos veces distintas
Poema 47
yo te quería azul y dorada como las
mañanas enormes
con tus manos transparentes como los místicos
silencios en el templo
yo te quería cotidiana y tibia
llena de las
mariposas silvestres que giraban en tus
ojos
yo te quería así
como eras fácilmente
sin la severa gesticulación de los que ya no
son niños
yo te quería indestructible y frágil
como una espada de cristal en la
fuente de un jardín al alba
eras amarilla y azul como yo te quería
tu voz polvorienta parecía agua fibrosa y
seca
y estabas llena de caminos sin
senda porque nunca fuiste caminada
yo te quería honda como los túneles pero pura
como las catedrales
de cristal
como la dimensión en que
los peces entre la mañana y la arena
son abejas sobre los caracoles
pero tenías un hueco a la espalda
como el acceso indescifrable del silencio a la muerte
y en ti la mañana
redonda al otro lado
de los túneles
rompía el eterno infinito
descifrado y no encontrado
desde ti me llegaba la piedad de la leña
y las llamas eran tiernas pero las sombras
veladas
y el fuego era un jardín
como tus manos
y la sombra del fuego procesiones de fantasmas
yo no sé si te amaba pero te era fácilmente
podía rezar con tus dogmas porque creía
en ti como creo en la mañana
y ahora tengo miedo de la noche infinita
y quiero retroceder el túnel que no
avisa el sol del otro lado
ahora sí te amo porque ya no eres mía
y ahora tengo el miedo que no tuve
mientras eras dorada porque podías
ahora ser recuerdo hace mucho
Poema 48
ahora comprendo que el
destino es posterior
al tiempo
Poema 49
la tierra también tiene raíces
y sangre
y garganta
y canta por los hormigueros
Poema 50
tu voz esbelta
tallo de gaviota y luna
manantial
mana de la entraña del
silencio
como una flor crecida de la
arena o un pino de fuego proferido por el agua
Poema 51
quiero desenredar la música
en tus manos de piano
resucitar de las algas de tus dedos un tesoro
largamente enterrado
y luego deletrear cada hebra de mi bandera de amor
y habré escrito un poema para los pentagramas de tus manos
Poema 52
empiezo
y la boca se hincha de
te quiero
el alma es el papel
donde está escrito este verso
pero
qué poco suena lo que tanto siento
quisiera decirte mucho
ligero
con continuidad de viento
como la luz
fugada del fuego
se haga luz mi voz
mientras ardo dentro
quererte en la boca
sí
recién lo encuentro
¿me entiendes ahora?
hablar lo que siento
sí
que el amor sea
diciendo
Poema 53
yegua de alto oro marino
vengo los pasos de quedarme
como el silencio
como se enciende la sombra
cuando se cierra una lámpara
vengo a poblarte los pájaros
bajo de otra savia que me nombra la espalda
vengo de nunca
como el tiempo
de nunca y nadie como la soledad que
siempre es alguien
aunque la gente que llevamos
por eso vengo de naves
de buzos y de
náufragos
reconociéndolo todo como un
ciego abierto
aprendiendo mi propia travesía
vengo de templos
de altares destituidos
de ojos desmentidos y de puertos
Poema 54
estás ahorcada de mar como una isla
como una isla de agua
como una luna quemada una noche oscura
y todos pasan a tu orilla
sin escuchar tus gritos de silencio
y levantan tus llamados roncos
como piedras o como caracoles
sin darse cuenta de que son gritos
con que estás gritando
Poema 55
el viento de tu sangre se repite
sobre tu corazón de molino
tu piel es de manos tendidas no tomadas
estás toda llena de abandono
como un muelle
tus ramas vanas
traman el rito de la savia
el dogma de las golondrinas te ha dejado esperando
las olas nunca borran castillos de tus playas
nadie escucha el mar quedado en el hondo caracol
los faros se han secado
las manos dimitieron
los aljibes clausurados están llenos de sal
y el viento de la sangre se repite en el molino
como un vano rito de no morir hasta morir
Poema 56
tu luna es un corazón de pan y el viento
de sangre una voz de silencio
estoy pensando en ti
por eso me siento como se sienten los poetas
me siento poeta
como para decir que naufrago a silencio
o que canto con las manos
como un árbol
de lenguaje ciego
todos los himnos quietos
me vienen por la saliva de la noche
como el barco pájaro del beso
el silencio es el himno de sonar a uno mismo
tengo la sangre en plenilunio
como el mar desbocado que se
hincha de potros
remé durante tanto viento vacío
que ya no tengo fuerzas para izar las velas
ahora que hay viento
y de repente tú
fantásticamente
real
como algunas emanaciones
de espíritu que en la mañana
confundo con sueños
Poema 57
todo lo callo
aunque recorra todas las cosas con la garganta
aunque asuma todas las palabras
aunque me ponga lenguajes en el canto
aunque grite
y me vaya por una lanza de sol que voy creciendo
aunque ordene rostros y cosas sobre las palabras que me extiendo
aunque viva el canto que me existe
todo lo callo
que todo es mucho más que las palabras
como un pájaro
que nunca se andará todas las alas
Poema 58
tu voz pálida
piedra de agua
mariposa latida
en el espejismo de que tengo oídos
como un cóndor
tu grito
lanza de hierro y sol
expandió su catedral de sombra
y debajo
una vela crecía la luna imaginaria
de los hombres que inventaron las palabras
Poema 59
el silencio llega como un lúgubre emisario
todos lo dicen a la hora
del albedrío sin cadenas
todas las ventanas dan a rostros vacíos
con los ojos verdaderos
contra rostros remotos
Poema 60
hoy el alma está anclada en el puerto de tus cosas
todas mis velas
mis distancias
mis anclas
mi silencio ermitaño
laten a tu costado como las alas del mar sobre los muelles
hoy digo el alma
pájaro fundamental
manifestado
sobre la espera secular averiguada
en el temblor de una estrella que te responde
ah
subsistirte el barro
la diaria muerte numeral
ejercida día a día en la ceniza
como un rito elemental
de nombrarnos la frente con espalda
y la espalda fugaz con la arena
hoy digo el alma
amiga
hoy digo amor
la palabra hinchada como un barco
toda mi sombra grutal que ya te acude
la alimaña feroz
lava las guerras sin muertos
con sol de pájaros
mis dientes se mezclan en la miel
hacha en el agua
soledad y sombra asumida en una antorcha
y yo que asisto a mí mismo
tanteando con el estupor de no haber muerto
el grito sideral que nos existe
atino a comprender cosas sencillas
y digo el alma por fin
pájaro manso
árbol de sombra
que tembló en la estrella
Poema 61
hay un tiempo sin veces
donde el testimonio no tiene ahoras
un tiempo de ciegos
itinerario sin rumbo
largo cerrojo sin puertas
escalera sin alturas
como la luz y el hombre sin sombra
un tiempo pleno
un tiempo absoluto
punto de altura
infinitud de lo no elementado
eternidad de lo innumeral
a ese tiempo te vengo
hay un tiempo sin sucesión
lo simultáneo
lo aquí
lo cuando
lo donde
lo
después son finitudes de lo numerable
a ese tiempo te busco
Poema 62
potros de mar se enrollan
y desmoronan abatidos
como toldos
pero más que todos
manos de eterna desesperación
de abismo
que intentan asideros
en la arena sin dedos
hay un instante de empezar
a caer y morir
en que todo el rastro
que se encarama hasta los pies
sobrevive
como una casi potencia
de todas las horas que han sido
por la certeza del instante
que no tiene después
luego caer y detener el tiempo
que ya no puede ser vejez
ni lejanía en los recuerdos
Poema 63
amo las olas de tu pelo que rompen apaciguadas
Poema 64
amo tus dedos de mimbre que he visto
latir como palomas
y tu silencio sin principio
al que no pude asestar una palabra
amo tu vida azul que no me has dicho
la piel de tu voz nunca tocada
y esta duda de todo que te vuelve incierta
amo los mil quizás con que supongo tus cosas
tu pelo de tormentas y de olas amansadas
y esa dócil entrega en que mis mejores
palabras se hacen tuyas y esta
primera manera de hachar como
un náufrago un muro de silencio
amo este rito de mirarte a la distancia
y el estruendo de silencio
en que te callas
y esta aún lejanía que te acerca y te
hace sueño
Poema 65
en tus ojos fondeo las naves de mi honda arqueología
Poema 66
tus ojos amanecen en horizontes de silencio como barcos
y yo lleno de años de náufrago
en los muelles solitarios
de mis manos
te tomo como comulgándote
Poema 67
mi tierra no brota jardines ni frutos
pero sí el atroz laberinto de los hormigueros
Poema 68
quiéreme así
con un cariño de agua
rotos los diques de la rienda indiferencia
quiéreme así
con un calor de fragua
con un amor que quiera aun en el sueño y la inconsciencia
quiéreme leve y también profundamente
profundo por que seas tan sólo para amarme
y quiéreme también muy levemente
para que no te hastíes y llegues a olvidarme
quiéreme así
que te querré igualmente
y nuestros dos cariños de agua tendrán beso en un lago
y con calor de fragua fundirán eternamente
dos almas que se dan y que se exigen como pago
quiéreme así
con el ser desprendido
no conserves ni tu vida
como quien la perdió
yo mi ser de amor ya lo he perdido
ámame
entonces
como te quiero yo
Poema 69
la poesía me cuesta
pero con tierna voluntad podría un canto
basta buscarle la fe a un sacrificio
y copiar la devoción a las abejas
luego asestarte la ternura con palabras
sin ahuyentar el silencio
Poema 70
la poesía me cuesta como un rito que ignoro
pero creo
y esa voluntad de nombrarte con
palabras que no tengo
Poema 71
me gustaría tener el olvido rápido
de las flores que envejecen en un día
pero el tiempo tiene la implacable dimensión
de los relojes
o los relojes tienen la demora del tiempo
y mueren muchas flores por cada recuerdo que no
cambia
Poema 72
ya nada llegará
el viento ha muerto
y las manos como hélices
de molinos acalambrados
están tendidas
árboles mutilados
con rictus dolorosos y de asombro
en las ramas detenidas
el mar ha bajado
aquí sobre mi arena
de playa con recuerdos que parecen fantasía
los barcos secos
que nunca echaron anclas de renuncia y paz
pero que no auscultarán ya el
pulso de las olas
los barcos muertos
las manos
de tanto olvido
que casi ignoran los senderos
de la piel
las manos untadas de silencio y delirio
que ya no podrán acariciar
que tienen para la caricia
la carraspera hostil
del pan viejo y la madera
y que sin embargo
revolotearán otras frentes
austeras como las vasijas
y aprendidas como la ternura
que mienten
los que ya no pero que deben amar todavía
Poema 73
un día llegaste a ocupar el tú que sin ti no nombra
ya es imposible que no seas
y ahora que te sé es cuando temo que no hubieras sido
no voy a decirte que sin ti me hubiera muerto
quizá fuera feliz
y pudiera hablar de alguien como de ti
y decirle estas mismas cosas
pero ahora que eres
que tu nombre tiene un rostro
que tu voz tiene una mano
y tu silencio unos ojos
siento que otras cosas de otro alguien
no podrían amordazar mi soledad
y tripular el tú y completar el nosotros
porque pienso que te extrañaría
ahora que ya te he tenido
aunque no hubieras llegado
sentiría como haberte perdido
Poema 74
sonarán tus
ojos
vasos de cielo a silencio
como caracoles
y el mar
infinito para siempre
pero el huso de música
telar innumerable
no habrá dicho
toda tu alma
Poema 75
voy a comprobar mi corazón en tu boca
a morder desesperadamente la música
que derrite tu silencio
paso siglos ignorando idiomas
¿qué más puedo decirte?
tú sabes todo lo que yo sé y lo sabes
¿para qué entonces las palabras?
tú callas todo lo que yo callo
Poema 76
el día que el silencio se encienda
yo averiguaré sus árboles y ríos
donde hubo un muro de oscuridad
pero no sabré que el silencio se iluminó
Poema 77
al río del viento llueven latidos de silencio
pasa
y estos tallos de mi sangre vientan
yo no puedo amordazar el piano de mi corazón
y transcurren las hebras de la roja música
sangra
sangre
lato
simplemente eso
porque nada más
Poema 78
yo sé que el amor no puede medirse
sin embargo ahora que todo se te parece
sin saber cuánto es
sé que este amor es todo
tantas veces he tomado mi amor
y he ordenado los barcos habituales
que he agotado las palabras
y mi amor te sigue amando con el
mismo verbo
porque así está hecha la palabra
tomando por pétalos las flores
Poema 79
como quillas hundidas en las olas del viento
cuando vanamente busco la superficie del silencio
mis brazos devanando música
trazan la locura de campanas rotas
molina mi corazón
buche de pájaros
las velas quillando en el silencio
son veletas de tristeza
vuelan gaviotas de diluvio salvándose
ésos son los recuerdos
pendulan mis brazos caídos
a la gravedad del abismo del cielo
no sé qué rota brújula me ciega
no puedo deshundirme del silencio
Poema 80
el eco deshoja mariposas de un candelabro de viento
Poema 81
amo las voces de los hombres
manantial de trigo de piedra
púlpito de altura y viento
donde la tierra se eleva por los brazos
camino de la sangre hacia la luz
árida carne
como un terreno donde los barcos
hacen sus casas
amo la voz
el corazón de la tierra se eleva por el fuego
y yo amo el volcán
y los hombres que tensan un arco
en la garganta
baja luna que pone más allá la niebla
porque cuando el viento se pueble de silencio
cuando se cierna el silencio crecido en todas partes
se habrá muerto de verdad la verdad
y la tierra será sola para siempre
Autor:
Jorge Lemoine y Bosshardt
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |