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Aprendiendo a decir adiós

Enviado por Leonardo Bedoya


Partes: 1, 2

    1. Marco teórico
    2. Conclusiones
    3. Referencias

    Introducción

    Hablar de duelo es hablar de pérdida, en el sentido global de la palabra, como lo dice Freud "El duelo es, por lo general, la reacción a la pérdida de un ser amado o de una abstracción equivalente: la patria, la libertad, el ideal, etc." Pág. 2. Aunque él mismo aclara más adelante que "Es también notar que el duelo no es un estado patológico y no se debe someter al sujeto a un tratamiento médico, aunque se trata de un estado que le impone considerables desviaciones de su conducta normal. Confiamos que al cavo de un tiempo desaparecerá por sí solo y juzgaremos inadecuado e incluso perjudicial perturbarlo" Ibíd. Lo que quiere decir que la sensación de duelo, es un sentimiento vivido en cualquier persona a lo largo de su recorrido de su existencia.

    Aunque en el anterior párrafo se habla de que el duelo también es una abstracción de muchas cosas que conciernen a nuestra vida y que sin embargo no tiene que ver con la muerte, este trabajo busca de manera muy somera tratar de sumergirse en el estado emocional en donde se conjugan una cantidad de emociones y expresiones hacia una realidad cruda de la muerte de un allegado o ser querido.

    Se desarrollará todo un proceso teórico en donde se comenzará por conocer las diferentes perdidas que desencadenan en duelo, puesto que es diferente perder a un hijo, que perder a un amigo lejano; posteriormente se referirá las implicaciones que trae el duelo; seguido de hablar de quince pasos para superar el duelo; posteriormente por el papel que debe desempeñar el ministro en el duelo; claro que no se debe pasar por alto la forma en que se debe proceder con la persona que está dolida; Para acercarnos al fin se hablará de lo que se debe decir y no decir en un duelo; para terminar hablaremos de las conclusiones generales dónde han llegado los autores de este trabajo.

    Marco teórico

    Pérdidas que desencadenan en Duelo

    Según Freud 2008 y de una manera muy Psicológica muestra al duelo en las siguientes palabras cuando una persona se enfrenta a la realidad de que un ser allegado ya no está con él:

    El examen de la realidad ha mostrado que el objeto amado no existe ya y demanda que la libido abandone todas sus ligaduras con el mismo. Contra esta demanda surge una oposición naturalísima, pues sabemos que el hombre no abandona gustoso ninguna de las posiciones de su libido, aun cuando les haya encontrado ya una sustitución. Pág 3

    Son desde el punto de vista de la psicología, del duelo se puede resumir, como un proceso de "adaptación a una experiencia que implica la modificaciones de parámetros de procesos emocionales y del conocimiento" Ibíd.

    Toda persona en algún momento ha enfrentado el duelo, pero existen factores que determinan que unos sean más dolorosos que otros y esto es directamente relacionado con la carga emocional que la persona recargaba hacia quien ahora ya no está presente.

    Aunque una pérdida, en términos generales es una pérdida, y no más, todas manifiestan una intensidad diferente de dolor en cada individuo. Por esto se divide en los siguientes puntos subsecuentes.

    Pérdida de un ser querido

    En el sitio web de la doctora Talavera 2008 se encuentra este enlace en donde dice con respecto a la pérdida un ser querido cercano:

    En las pocas horas o días que siguen al fallecimiento de un pariente cercano o de un amigo, la mayoría de los afectados se sienten simplemente aturdidos o confundidos ya que no se llegan a creer lo que realmente ha ocurrido. Esta sensación puede tener lugar a pesar de que el fallecimiento hubiera sido esperado. Este entumecimiento o adormecimiento emocional puede ser de ayuda a la hora de afrontar los importantes cometidos que hay que llevar a cabo tras el fallecimiento, tales como el contactar con los demás parientes y la organización del funeral. Sin embargo, esta sensación de irrealidad puede llegar a ser un problema si persiste durante mucho tiempo. El ver el cuerpo del fallecido puede ser, para algunos, la forma de empezar a superar esta fase. De forma similar, para algunas personas, el funeral es una ocasión en la que se empieza a afrontar la realidad de lo acontecido. El ver el cuerpo del difunto o el atender al funeral puede llegar a ser muy doloroso, pero son las únicas formas de que disponemos para decir adiós a aquellos que hemos amado. Estas actividades pueden parecer tan dolorosas que puede surgir la tentación de no afrontarlas, aunque con frecuencia esto conduce en el futuro a una sensación de profundo disgusto. http://www.psicologiapopular.com

    La Perdida de un familiar puede ser, de acuerdo con la calidad de comunicación de los dolientes con el difunto muy, pero muy doloroso, para algunos, pero también para otros de cierta manera menos doloroso, esto depende de la calidad de la comunicación del difunto con su alrededor.

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