Resumen
Los inicios de la educación a distancia se identificaron por cierto grado de libertad y espontaneidad hasta que los gobiernos e instituciones educativas decidieron incluirse en ella de manera más organizada. Desde entonces no han faltado quienes teoricen acerca de la manera en que debe transcurrir dicho proceso para que sea totalmente efectivo. Aunque en la actualidad algunos especialistas defienden la idea de que el marco teórico conceptual de la educación a distancia lejos de fortalecerse es totalmente inestable, variable y diverso, el presente trabajo pretende acercarse a cada una de la teorías de la educación a distancia establecidas y reconocidas en el mundo entero, así como a sus contextos, principales representantes, categorías conceptuales y definiciones.
Durante mucho tiempo un grupo importante de investigadores dentro del campo de la educación y en especial de la educación a distancia, han trabajado en función de dotar a esta de un cuerpo teórico conceptual que refleje lo que para ellos representa el eslabón más importante dentro del proceso. En medio de tanta diversidad se encuentran puntos de contactos y divergencias que de igual forma contribuyen a enriquecer el debate.
Una obra de obligada referencia para muchos y tomada como punto de partida para otros, lo es Seis teóricos de la educación a distancia, escrita en 1983 por el destacado profesor Desmond Keegan, quien recoge y agrupa las principales corrientes teóricas existentes hasta ese momento, estudiadas luego por otros educadores y a su vez extendidas[1]
a) Teoría de educación a distancia y proceso industrial.
b) Teoría del estudio independiente.
c) Teoría de la distancia transaccional y la autonomía del educando.
d) Teoría de la reintegración de los actos de enseñanza y aprendizaje.
e) Teoría de las tres dimensiones.
f) Teoría de la conversación didáctica guiada o de la interacción y comunicación.
g) Teoría de la comunicación y control del educando.
Para analizar con mayor fluidez cada una de las teorías, el autor de este trabajo considera imprescindible partir, en la mayoría de los casos, de la definición de educación a distancia dada por los representantes de estas corrientes, como síntesis más acabada de las mismas.
En 1983 el alemán Otto Peters, Profesor Emérito de la FernUniversitaet en Hagen, delinea la Teoría de educación a distancia y proceso industrial, definiendo el primero de los conceptos como "un método de impartir conocimientos, habilidades y actitudes, racionalizado mediante la aplicación de la división del trabajo y de principios organizativos, así como por el uso extensivo de medios técnicos, especialmente para el objetivo de reproducir material de enseñanza de alta calidad, lo cual hace posible instruir a un gran número de estudiantes al mismo tiempo y donde quiera que ellos vivan. Es una forma industrial de enseñar y aprender" (citado por González Aretio, L. 1987:5).
La Teoría de educación a distancia y proceso industrial se basa en los siguientes principios (Brenes Espinoza, F. 2004:2):
Los estudios a distancia son una realidad gracias a que la producción de sus materiales están basados en planteamientos de industrialización. El trabajo se prepara por un equipo de especialistas de las distintas áreas.
Esta división del trabajo posee características similares a las del proceso industrial y trae consigo un radical cambio de las funciones docentes tradicionales.
De igual modo que la producción de bienes de consumo se ha generalizado entre toda la población, tanto de zona urbana como rural, es posible que, de acuerdo con este principio de producción masiva, la educación a distancia pueda llegar a todas las gentes de todas las zonas geográficas.
La planificación de los cursos, la organización racional de todo el proceso y la formalización de todas y cada una de sus fases, se conforman como elementos paralelos a los de la producción industrial.
El continuo control a que son sometidos todos los productos ordinarios de consumo tiene paralelismo con la sistematización de las continuas evaluaciones del proceso y del producto en la educación a distancia con miras a incrementar su eficacia haciendo así un mejor uso de personas y de tiempo.
Todos los procesos en este sistema alcanzan un alto grado de objetivación, comparándose con la diferencia que existe entre la producción industrial y la manual. En la enseñanza a distancia la mayoría de las funciones son objetivadas, no dándose situaciones de subjetivación, más propias de las instituciones presenciales donde efectivamente el docente tiene constantes oportunidades de influir de manera más o menos subjetiva en sus estudiantes.
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