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Epistemología

Enviado por Silvina Bravo


  1. División entre ciencia y filosofía
  2. Factores que contribuyen a poner en cuestión la división entre las disciplinas científicas
  3. Posible evolución futura, según Wallerstein, de las divisiones en el ámbito del conocimiento
  4. Los cuestionamientos a la idea de certeza científica
  5. Concepto de sistema histórico (social) según Wallerstein, y los problemas que plantea su análisis
  6. Las propuestas de Wallerstein para hacer posible la ciencia a partir de la incertidumbre
  7. Principales características de las explicaciones funcionales o teleológicas
  8. La "explicación" en epistemología
  9. Rasgos principales del modelo "nomológico deductivo"
  10. Diferencias entre el modelo probabilístico y el modelo nomológico
  11. Condiciones para que una ley científica sea evaluada como verdadera
  12. Autores citados

División entre ciencia y filosofía

La característica principal del sistema-mundo moderno es que en él se ha desarrollado la división entre Ciencia y Filosofía. Entre 1750 y 1850 se produjo esta nueva estructura del saber a la que Wallerstein, citando a Snow, caracteriza como la existencia de "dos Culturas".

En los sistemas-mundos anteriores el saber se consideraba unificado en el nivel epistemológico. Sin embargo, a partir de 1750-1850 se originó una nueva estructura del saber.

Esto trajo como consecuencia la reorganización de las facultades lo cual significó la institucionalización de esta división entre Filosofía y Ciencia. Otra de las consecuencias fue el prestigio cultural de las Ciencias a expensas de las Humanidades y la Filosofía.

En esta división hay un punto central que es el objeto de estudio asignado a cada una de estas "dos culturas". Antes del siglo XVIII, la Teología y la Filosofía sostenían que podían conocer la verdad y el bien, mientras tanto, la Ciencia empírica abordó el conocimiento de lo verdadero.

Luego de la división entre Filosofía y Ciencia, el objeto de estudio de la Filosofía pasó a ser lo bueno y lo bello.

Los científicos aludían, desde hacía tiempo, que era mas importante conocer lo verdadero a conocer lo bueno y lo bello, incluso, algunos sostuvieron que era imposible conocer el bien y que solo era posible conocer la verdad. Así, luego de la división entre Filosofía y Ciencia, la Ciencia se atribuyó la búsqueda de la verdad.

Esta división entre lo bueno y lo bello por un lado y lo verdadero por otro, era acentuada por los académicos y constituyó la lógica subyacente de la separación entre Filosofía y Ciencia.

Factores que contribuyen a poner en cuestión la división entre las disciplinas científicas

Existe, según Immanuel Wallerstein, una gran incertidumbre acerca de la validez de los límites entre disciplinas dentro de las Ciencias Sociales.

Este cuestionamiento de la división entre las disciplinas científicas comenzó después de 1945 cuando esta estructura de divisiones comenzó a desintegrarse. Los factores que contribuyeron a disolver los límites entre disciplinas fueron varios.

Por empezar la erosión de los límites en los objetos de estudio de las diferentes disciplinas fue uno de los factores. Las diferentes disciplinas comenzaron a incursionar en el estudio de áreas hasta entonces propias de otras especialidades.

Otro de los motivos relacionado con el anterior fue la superposición de facto. La propagación del sistema universitario en diferentes lugares del mundo produjo una expansión del número de cientistas sociales. Esta gran cantidad de profesionales en permanente búsqueda de "nichos disponibles" para estudiar llevó al cruce de fronteras disciplinares y por lo tanto a un desdibujamiento de facto de los limites entre disciplinas. El tercer motivo es la ampliación de los campos y también está relacionado con los factores anteriores.

Posible evolución futura, según Wallerstein, de las divisiones en el ámbito del conocimiento

Actualmente se está generando un importante debate epistemológico que reabre el cuestionamiento de las "dos culturas" o de la división entre Filosofía y Ciencia. El desarrollo futuro de esta cuestión depende en parte de cómo se desarrolle el mundo social más allá del mundo del conocimiento.

Según este autor, el movimiento hacia un nuevo consenso que supere la línea divisoria entre Filosofía y Ciencia se hará oír. Wallerstein afirma que podría darse un resquebrajamiento en la aceptación de normas académicas comunes e incluso hay quienes platean que eso ya está sucediendo.

Wallerstein se pregunta qué lugar ocuparán las Ciencias sociales existentes en una facultad de saber unificado si esto ocurriera.

Ésta hipotética reunificación implica que, el campo de las ciencias naturales y el de las humanidades acepten antiguas premisas de las ciencias sociales como: "todo saber está enraizado en un contexto social". Mientras tanto, las ciencias sociales intentan articular lo que sucede, ofrecen una interpretación de la realidad social y se constituyen como una herramienta tanto para los poderosos como para los oprimidos. Son un campo de lucha social y durante el siglo XXI serán un campo intelectual muy interesante e importante para la sociedad.

Los cuestionamientos a la idea de certeza científica

Wallerstein sostiene que hemos llegado al fin cultural de las certidumbres.

La falta de certezas fue siempre un factor desestabilizador desde el punto de vista social.

Si bien la incertidumbre generó siempre una sensación de peligro, en el Sistema-Mundo moderno se hizo más necesario que nunca minimizar lo más posible esta falta de certezas.

Esto debido a que el capitalismo, que se basa en el proceso de inversiones, necesita certezas. Para que la Economía-Mundo capitalista se extendiera como lo hizo fue fundamental la existencia de una mayor precisión en los pronósticos.

En la conformación del capitalismo se dio por sentado que se precisaban certezas y que solo era posible llegar a ellas a través del conocimiento empírico. Es por esto que las Ciencias Sociales se institucionalizaron a la sombra del predominio cultural de la Ciencia Newtoniana. Pero, en la actualidad el sistema-mundo moderno se encuentra ante una bifurcación fundamental. Atraviesa una crisis sistémica que afecta también a su estructura del saber. En medio de esta crisis del sistema-mundo, surge, entre los cientistas sociales, la idea de que el mundo social es un terreno intrínsicamente incierto.

Wallerstein sostiene que mientras, desde la ciencia empírica y desde el sistema-mundo actual, se exige la búsqueda de regularidades en los procesos dentro de un sistema, los sistemas en sí se alejan del equilibrio permanentemente y, en algún momento, se transforman. Así, las regularidades observadas ya no se sostienen ni siquiera como una aproximación a la realidad.

Concepto de sistema histórico (social) según Wallerstein, y los problemas que plantea su análisis

Los sistemas históricos sociales son un todo social con límites espaciales que evoluciona históricamente. Para poder hacer referencia a ese todo social como un sistema, para poder referirnos a un sistema que evoluciona y para poder hablar de bifurcaciones sistémicas sería necesario analizar tres periodos diferentes: el de génesis, el de funcionamiento normal y evolución del sistema y el de bifurcaciones o crisis sistémicas. Pero cada uno de esos parámetros implica efectuar mediciones muy difíciles de hacer.

Las propuestas de Wallerstein para hacer posible la ciencia a partir de la incertidumbre

La incertidumbre, al menos la de largo plazo, es la única e inextricable realidad. Esto significa que las actividades del saber reflexivo no solo deben incorporarla a sus quehaceres para ampliar nuestro conocimiento del mundo, sino estar dispuestas además a moverse de un nivel de análisis a otro en busca de explicaciones mas plausibles y a tomar decisiones mejor fundamentadas.

Wallerstein propone exponer las premisas en tono analítico y no acusador y la existencia de comunidades científicas formadas por personas con distintas trayectorias colectivas.

Principales características de las explicaciones funcionales o teleológicas

Cuando las explicaciones adoptan la forma de la indicación de una o más funciones que una unidad realiza para mantener o dar concreción a ciertas características de un sistema al cual pertenece dicha unidad, o de la formulación del papel instrumental que desempeña una acción al lograr cierto objetivo, se las llama funcionales o teleológicas.

Es característico de las explicaciones funcionales que empleen locuciones típicas como "con el fin de", "con el propósito de". Además en muchas explicaciones funcionales hay una referencia explicita a algún estado o suceso futuro, en términos del cual se hace inteligible la existencia de una cosa o la realización de un acto.

La "explicación" en epistemología

Hempel considera a una explicación científica como una respuesta a una pregunta concerniente al porqué.

Una pregunta sobre el porqué que pide una explicación normalmente presupone que el enunciado que ocupa el lugar de "p" es verdadero, y solicita una explicación del hecho. Una respuesta adecuada a este tipo de pregunta consistirá en ofrecer una explicación de un presunto fenómeno empírico.

Una pregunta epistémico sobre el porqué no presupone la verdad del enunciado correspondiente. Una respuesta adecuada a este tipo de pregunta ofrecerá razones que convaliden o justifiquen un enunciado.

A pesar de esta distinción, Hempel aclara que una respuesta adecuada a una pregunta que pide una explicación sobre el porqué de un hecho empírico, suministrará también una respuesta potencial a la correspondiente pregunta epistémico acerca de qué fundamentos hay para creer en ese hecho.

Las explicaciones científicas deben cumplir dos requisitos sistemáticos: el requisito de relevancia explicativa y el requisito de contrastabilidad.

Rasgos principales del modelo "nomológico deductivo"

El modelo deductivo nomológico sostiene que una explicación debe contener en su explanandum algunas leyes generales que son necesarias para la deducción del explanandum, es decir, cuya eliminación quitaría validez al razonamiento.

La información explicativa que proporcionan las explicaciones nomológicas deductivas implica deductivamente el enunciado explanandum y ofrece, por lo tanto, una base lógica concluyente para esperar que se produzca el fenómeno explanandum. Además, el explanans implica que bajo condiciones especificadas se producirá el fenómeno explanandum.

Según el Positivismo de Hempel el modelo nomológico deductivo es valido para las Ciencias Sociales ya que es posible encontrar cierta regularidad en los hechos sociales que permitirían el establecimiento de enunciados legales con el fin de desarrollar explicaciones de los hechos particulares acordes a este modelo.

Diferencias entre el modelo probabilístico y el modelo nomológico

Tanto en el modelo probabilístico como en el nomológico deductivo, el explanandum, se explica con respecto a otros hechos con los que el explanandum está conectado por medio de leyes. La diferencia principal entre un modelo y otro es que en el nomológico deductivo las leyes son de forma universal mientras que en el probabilístico, son de forma probabilística.

Otra diferencia significativa es que una explicación deductiva (modelo nomológico deductivo) muestra que, sobre la base de la información contenida en el explanans, el explanandum era de esperar con certeza deductiva. Y una explicación inductiva (modelo probabilístico) se limita a mostrar que, sobre la base de la información contenida en el explanans, el explanandum era de esperar con un alto grado de probabilidad, quizás con certeza práctica. En una explicación deductiva nomológica las leyes generales son esenciales mientras que en una explicación probabilística, no.

El modelo probabilístico explica al explanandum pero solo en razón de las probabilidades de que este ocurra. Así, la respuesta según el modelo probabilístico, a una pregunta concerniente al porqué que implica una explicación científica del explanandum, explicaría con certeza deductiva la alta probabilidad de que el hecho referido ocurriera según las condiciones dadas. Sin embargo, este modelo no formula leyes universales para explicar hechos futuros.

Condiciones para que una ley científica sea evaluada como verdadera

Las leyes científicas verdaderas pueden dar origen a enunciados condicionales contrafácticos y subjuntivos. Las leyes pueden servir para explicar el porqué del explanandum correspondiente.

El concepto de ley científica no puede someterse razonablemente a ninguna condición concerniente al número de casos.

  • Los grados de generalización de una ley científica.

Una oración legal no debe estar limitada a un número finito de casos, es decir, debe tener una forma esencialmente general.

Existe una diferencia de grado entre un enunciado general que sólo tiene un ejemplo y otro que tiene cualquier número finito de ejemplos.

Generalizaciones accidentales: El examen de sus casos particulares no brinda confirmación al enunciado general hasta que no se hayan examinado todos los casos existentes.

La confirmaci6ón que se obtiene de constatar instancias particulares es parcial, y el grado de confirmación resultante se incrementa a medida que aumenta el número de pasos positivos examinados.

Generalidad Pura: Es la condición para que un enunciado sea ley, la cual dice que un enunciado no debe mencionar ningún objeto particular ni contener especificaciones sobre lugares o un tiempo determinado.

Generalidad irrestricta: Admite la posibilidad de referencia a entes particulares, pero prohíbe que restrinja la aplicación de una ley a un ámbito espaciotemporal específico.

  • Las implicancias del progreso de la ciencia en la formulación de leyes.

Según Hempel, la formulación de leyes y teorías que permitan la predicción de sucesos futuros se encuentran entre las más altas realizaciones de la ciencia empírica. La necesidad del hombre de sobrevivir en el mundo y de mejorar su posición en él es uno de los principales impulsos de la ciencia que ha motivado también la formulación de leyes que le permitan al hombre conocer mejor el mundo y poder comprobar cierta regularidad en él para lograr la predicción de sucesos futuros.

Autores citados

Carl Hempel, Immanuel Wallerstein.

 

 

Autor:

Bravo, Silvina