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Reunión en los altos de Mompié


Partes: 1, 2

  1. Descripción del sitio
  2. Principales asuntos debatidos
  3. Acuerdos principales adoptados
  4. Conclusiones
  5. Principales resultados
  6. Fuente

Descripción del sitio

Antesala a la Comandancia de la Plata, en este lugar después de la huelga del 9 de abril se efectúa una importantísima reunión con la dirección del M 26-7 el Partido Socialista Popular el 3 de mayo de 1958 que trajo consigo una reunificación de la lucha del llano y la lucha.

La Guerra de Liberación Nacional, acaecida en Cuba entre 1956 y 1959, está saturada de acontecimientos de gran significación. Uno de ellos es la Reunión del Alto de Mompié, a la que, además de otros autores, se refiere el Guerrillero Heroico, en su libro Pasajes de la Guerra Revolucionaria, "Una reunión decisiva". En ella participaron, entre otros Fidel, el Che, René Ramos Latour, Faustino Pérez, Vilma Espín, Celia Sánchez, y Haydée Santamaría.

Principales asuntos debatidos

Los asuntos principales abordados y debatidos por los integrantes de la reunión estuvieron relacionados con la huelga, las relaciones entre el Llano y la Sierra, las milicias, el estado organizativo del Movimiento, la línea a seguir, sobre la unidad, la reestructuración de la Dirección Nacional, la importancia de Radio Rebelde, el exilio y las posibilidades que ofrecía Venezuela, así como la resistencia a la ofensiva enemiga, su derrota y la extensión posterior de la guerra.Al analizarse la huelga se señaló la falta de preparación suficiente, sobre todo del aparato del Frente Obrero Nacional (FON), que no facilitó la incorporación de otros sectores políticos a sus comités de huelga, en desconocimiento del segundo Manifiesto firmado por Fidel castro Ruz llamando a la unidad y declarando al FON como el organismo obrero para dirigir aquella; documento fechado el 26 de marzo, al que se le dio publicidad en todas las provincias menos en La Habana. Se le formularon críticas a David Salvador por haber realizado enfoques e informaciones incorrectas y subestimado al movimiento obrero, por su actitud sectaria que pretendía obligar a los demás movimientos revolucionarios a seguir a la zaga del 26 de Julio, cuya aparente poderosa organización obrera se había desbaratado en el momento de la acción,  por su negativa a la participación del Partido Socialista Popular (PSP) en la organización de la huelga.A Faustino Pérez se le criticó por su falta de perspectiva al creer en la posibilidad de tomar la Capital del país por las milicias, sin valorar adecuadamente las fuerzas de la tiranía, por su concepción errónea para concebir y desencadenar la huelga, por la falta de realismo al analizar las premisas y condiciones de su preparación, por admitir la posición sectaria obrera.

A René Ramos Latour se le imputaba no solo la falta de visión que le llevó a compartir los criterios sobre la posibilidad de realizar acciones efectivas con las milicias del Llano, sino la concepción de aquellas como tropas paralelas a las de la Sierra, sin entrenamiento ni moral de combate y sin pasar por el riguroso proceso de selección de la guerrilla. Se le criticó el sistema de grados militares otorgados por él como comandante en jefe de las milicias, según el reglamento de estas implantado sin la consulta y aprobación del mando del Ejército de la Sierra. Fidel expresó que para ser comandante, un combatiente tenía que haber estado un año en campaña y no podía aceptarse la asignación de grados sin el correspondiente aval. Asimismo, señaló la falta de coordinación y subordinación de las milicias con las fuerzas guerrilleras que operaban en zonas del III Frente al mando del comandante Juan Almeida, de quien se expresó en términos muy elogiosos, comparándolo con Antonio Maceo, situación esta que creaba una dualidad de mando inaceptable e inconveniente a la dirección de las operaciones militares. Se refirió, además, a la creación de una columna guerrillera sin consulta y consentimiento del mando del Ejército Revolucionario, la que recientemente había efectuado el ataque y toma del cuartel de Ramón de las Yaguas, con la ocupación de más de 70 armas, dirigida por el comandante Belarmino Castilla Mas (Aníbal), cuyos grados otorgados por Daniel reconoció, pero ratificó que no podían otorgarse estos grados sin la aprobación de la Comandancia de la Sierra. Hizo referencia a la distribución del armamento que se obtenía y señaló los equipos ocupados por el enemigo para la apertura de un segundo frente, lo que generó una fuerte discusión con Daniel sobre este punto.Todas estas cuestiones abordadas en un clima tenso, demostraban la existencia de discrepancias en la Dirección Nacional, entre los elementos del Llano y los de la Sierra y la necesidad de tomar medidas para superarlas.

Partes: 1, 2
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