Identidad social de un grupo de bajos ingresos económicos (Cuba) (página 2)
Enviado por Glensy Palay Alonso
"Mi esposo aunque es cardiópata tiene que trabajar con sus 75 años dando clases en un pre de La Habana Vieja. Y desde allá viene con su jaba, casi muerto con las cosas del agro. Lo que te dan en la bodega no alcanza. Pagando 70 pesos de frío y 70 de medicinas, comprando la leche a 80 y 100 pesos a quienes la venden a sobre precio, porque sin leche no puedo estar y la que me dan no me alcanza y comprando la malanga… Mi esposo llega a las 7:00 pm y después de comer se queda dormido en la mesa, pero si no trabaja no comemos. Enferma y sin trabajo se hace difícil vivir. Soy maestra y me gusta dar clases y no puedo por mi salud por eso soy agente de ETECSA con el teléfono de minutos. Vendo cigarritos".
"Yo le hago el almuerzo a un señor que conocí hace 2 años y de ahí almuerzo yo. Él me contó cuando era cartero que pasaba trabajo comiendo por la calle y yo le dije que le podía cocinar y así él me ayudaba. Ahora él trabaja en el zoológico. Cuando le dan aseo me regala una pastilla de jabón y yo le lavo un pullover Cada 8 días me trae leche cuando ordeña las vacas. El pollo de la carnicería lo hago zopa y tengo 3 gallinas y un gallo". "Yo vendo jabas y vasitos plásticos. Me voy para La Habana y vendo mis javitas. Por allá mismo compro algunas cosas de comer más baratas que por aquí. Los vasitos de helado que hay tirados en la calle yo los recojo, lo lavo con cloro y los dejo limpiecitos para venderlo a una cafetería".
"Pido dinero prestado y el día del cobro lo devuelvo y entonces me quedo casi sin dinero de nuevo".
"Compramos algunas cosas de comida en el mercado El Trigal y con eso resolvemos un poco".
"Con el mercado negro vamos tirando como se puede".
"Lo que me hace falta es sacarme un parlé a ver si me gano 800 pesos pa´ resolver mi problema. Con un peso -1 cup- me saco 800. Por eso la gente pobre son los que más juegan. Hasta José Martí está en charada y es el 82". Acciones se depositan sobre todo a la intervención del estado. Junto a otras como la educación de la juventud y gestión del papel activo de cada uno con apoyo del estado. Los obstáculos que visionan son: el estado de la economía individual; la naturalización y legitimación de la corrupción; descoordinación generacional.
Se ratifica en este grupo las características de personas pobres de acuerdo con lo referido por Zabala (2010): "La reproducción de la pobreza está acentuada por hogares incompletos y por la estabilidad de uniones, que disminuyen la capacidad de la familia para enfrentar la precariedad económica. Los proyectos familiares tienen un bajo nivel de estructuración y elaboración. Insuficiente autonomía y autodeterminación frente a las circunstancias externas. Predominio relativo de orientación pro-familiar, con relación a la orientación pro-social. (…) Reproducción de estas situaciones de pobreza y su transmisión entre generaciones".
Se comprueba que la tenencia de bajos ingresos configura identidad social, identificada como desventajosa (están insatisfechas las necesidades materiales, existe descontento con la vida cotidiana) y que genera el deseo de una movilidad social ascendente. No obstante, como este ascenso tiene límites diversos, el grupo desarrolla argumentos que reporte positivamente a su autoestima (cualidades morales y relaciones sociales- familiares alejadas de hipocresía).Las vías para satisfacer sus necesidades favorecen su vulnerabilidad y la reproducción de la pobreza.
Colocan la responsabilidad de su malestar y las posibilidades de cambio externamente, en el Estado. Su disposición a formar parte de estos es desde un rol pasivo, reproduciendo esquemas verticalistas, en espera de la orientación para "ayudar", "apoyar" y no desde el protagonismo.
Atendiendo a estos resultados, y los colectados en las investigaciones de nuestro grupo a lo largo de 5 años, desde nuestro rol profesional, de cara a un año que casi comienza, queda muy claro un reto: Más allá de etiquetas— sinónimo de categorías identitarias – tenemos que encontrar el modo de que las personas-grupos-ciudadanos se sientan parte del proceso de cambios que está teniendo lugar en el país, no por sentirse impactados por ellos; sino que ellos impacten sobre los cambios, tengan voz, decisión; se empoderen. Que haya espacio para la construcción del bienestar de todos, en este ajiaco.
Añé, L., Ferriol, A., & Ramos, M. (2004). Programa efectos sociales de las medidas de ajuste económico sobre la ciudad. Diagnósticos y perspectivas: Reforma económica y población en riesgo en Ciudad de La Habana.
Espina, M. (2013). ¿Desiguales en Cuba? (M. Peregrín, & O. Calvo, Entrevistadores). Recuperado el
30 de octubre, del sitio webde Inspiración: https://www.inspiraction.org/justicia– economica/desigualdad-social.
Espina, M.& Echevarría, D. (2015). Cuba: los correlatos socioculturales del cambio económico. La Habana: Ruth Casa Editorial y Editorial de Ciencias Sociales.
Martín, C. (2000). Cuba. Vida cotidiana, familia y emigración. Tesis de doctorado, Estudios de Migraciones Internacionales, La Habana.
Silava, M. (2010). Desigualdad y Exclusión Social: De Breve Revisitación a una Síntesis Proteórica. RIPS. Revista de Investigaciones Políticas y Sociológicas, vol. 9, núm. 1, 2010, pp. 111-136.
Tajfel, H. (1984). Grupos humanos y categorías sociales. Estudios de Psicología Social. Barcelona: Herder.
Zabala, M. (2010). Familia y pobreza en Cuba. Ciudad de La Habana: Publicaciones Acuario.
Autor:
Lic. Glensy Palay Alonso.
Centro de gestión de la información y desarrollo de la energía (CUBAENERGÍA)
Dra. Daybel Pañellas Álvarez.
Facultad de Psicología, Universidad de La Habana. Cuba.
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |