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El perfume del amor (página 2)


Partes: 1, 2

En el fondo es un egoísta, que se cubre con una máscara de altruista.

Si no hubiese gente pobre, hambrienta, que sufre, enferma, las religiones perderían su necesidad de existir, su negocio.

La ciencia en la actualidad, está en condiciones de resolver esos problemas de la gente pobre.

Ya se hubiera solucionado, hace mucho tiempo, si estas religiones, aliadas de los gobiernos, no hubieran acabado con todo aquel que luchaba por los pobres.

Todas las religiones, han estado en contra del progreso científico y aún así hablan de

Ayudar a los demás.

Necesitan a esa gente pobre, su necesidad no es altruista, es totalmente egoísta.

Puedes compartir, pero nunca humilles a nadie sirviéndole.

Cuando sirves a alguien te sientes muy bien…has reducido al otro al nivel de gusano, infrahumano.

Eres tan superior, que has sacrificado tus propios intereses y estás sirviendo a los pobres.

Simplemente los estás humillando.

Si tienes algo que proporcione alegría, paz, éxtasis, compártelo.

No te digo que con ello irás al cielo.

Te estoy diciendo que con sólo compartir, estarás tremendamente satisfecho.

En el compartir mismo, está la satisfacción.

No hay ningún objetivo o meta, es un fin en sí mismo.

Sentirás agradecimiento hacia la persona, que aceptó compartir contigo.

No sentirás que ella tenga que agradecerlo, porque no le has hecho un servicio.

Yo enseño egoísmo.

Quiero que llegues primero, a tu propio florecimiento.

¿Es la rosa egoísta cuando florece?

¿Es el sol egoísta cuando brilla?

Así ¿Por qué tendrías que preocuparte, por ser egoísta?

Tu primera y primordial responsabilidad, es florecer, ser conciente, lúcido, alerta.

Y en esa conciencia serás capaz, de ver lo que puedes compartir y como puedes solucionar los problemas.

El 99% de los problemas del mundo, tienen solución.

Ninguna religión, ha solucionado los problemas de la humanidad.

Y han estado en este negocio, de servir a los demás, durante miles de años.

Los pobres siguen siendo pobres y cada vez se hacen más pobres.

La miseria, el hambre y la enfermedad, sigue asolando a millones de seres humanos.

Aumentan los internos en las cárceles.

Quien comete un homicidio, es un enfermo.

Debe ser internado en un psiquiátrico y atendido médicamente.

No es necesario servir a los demás.

Lo necesario es compartir tu conciencia, tu conocimiento, tu ser, tu respeto.

El problema más grande de la humanidad, es que no sabe nada acerca de meditación.

Muchos problemas, pueden ser solucionados por la ciencia.

El único problema básico que la ciencia no solucionará, es que la gente no sabe como meditar.

Primero sé egoísta, florece, desarrolla tu fragancia y luego espárcela con los millones y millones, a quienes la vida no les ha dado oportunidad de ir hacia dentro de su ser.

Todas las religiones, hacen cosas feas, adornadas con bellas palabras.

Te enseño a ser natural.

Cuando hayas florecido, nadie detendrá tu fragancia.

La fragancia del amor, se expande a todas direcciones.

Así que primero tienes que estar satisfecho, contento.

Primero sé, después, desde tu ser surgirá una fragancia que se extenderá a todos los seres vivos.

Compartirás con alegría.

No hay mayor felicidad, que la de compartir tu felicidad.

El amor es un lujo

El hombre madura, en el momento en que empieza a amar, en vez de necesitar.

Madura cuando empieza a desbordarse, a compartir, en que empieza a dar.

Con el amor, el énfasis está en cómo dar más y cómo dar incondicionalmente.

El amor es un lujo, es abundancia.

Es tener tanta vida, que no sabes que hacer con ella, así que la compartes.

Es tener tantas canciones en tu corazón, que tienes que cantarlas, las escuche alguien o no.

El otro puede hacer lo mismo o no hacerlo.

En lo que a ti concierne, estás fluyendo, desbordándote.

Los ríos no fluyen para ti, fluyen estés o no estés.

Cuando no tienes amor, lo pides al otro como un mendigo.

El otro también mendiga amor.

Dos mendigos extendiendo sus manos, uno hacia el otro, ambos se sienten derrotados y engañados.

La paradoja es: aquellos que se enamoran no tienen amor, por eso se enamoran.

Al no tener amor, no pueden darlo.

Una persona inmadura, sólo se enamora de otra persona inmadura, por que sólo ella puede entender su lenguaje.

Una persona madura, ama a otra persona madura: ambos dan amor.

Lo básico del amor es madurar primero, así podrás encontrar una persona madura, las inmaduras no te atraerán.

Una persona madura, no cae en un estado de enamoramiento, sino que se eleva en el amor.

Sólo la gente inmadura tropieza y cae enamorada.

Una persona madura, tiene la integridad necesaria, para estar sola.

Da amor, lo da sin ataduras, simplemente da.

También se siente agradecida, de que hayas aceptado su amor.

No espera que se lo agradezcas, ni siquiera necesita de tus "gracias".

Cuando dos personas maduras están enamoradas, están juntos y sin embargo, tremendamente solos.

Su unión es tanta, que casi son uno.

Su unión no destruye su individualidad, de hecho se vuelven más individuos.

Dos personas maduras se ayudan mutuamente, a ser más libres.

No hay política, ni diplomacia, ni esfuerzo alguno por dominar al otro.

¿Cómo puedes dominar a la persona que amas?

Cuando te has enterado de quien eres, el amor surge en tu ser.

Entonces la fragancia que desprendes, se esparce y puedes dársela a otros.

Es cuando olvidas todas tus relaciones de dependencia y empezará s a trabajar en tu propio ser, limpiándolo, siendo más alerta, conciente.

Cuando empieces a sentir, que estás logrando una totalidad, te darás cuenta que el amor está creciendo contigo.

El amor no necesita ser reconocido, ni certificad.

El reconocimiento del otro es accidental, no es esencial para amar.

El amor fluye por sí mismo, en su mismo fluir te sientes tremendamente alegre, tremendamente feliz.

Tu energía liberándose, fluyendo…te hará feliz.

La flor es feliz, cuando libera su fragancia al viento, la huela alguien o no.

Yo soy yo, haya discípulos o no, eso carece de importancia.

Estoy para darte libertad, no para hacerte mi esclavo.

Cuando seas independiente de mí, serás capaz de amarme realmente.

Yo te amo, no puedo evitarlo.

Si no estuvieran seres humanos cerca de mí, los árboles y los pájaros recibirían mi amor.

Y si nada estuviera cerca de mí, de todos modos, mi amor seguiría fluyendo.

Amor y meditación

El amor existe en dos dimensiones: horizontal y vertical.

Estamos familiarizados con el amor horizontal, que es la misma dimensión del tiempo.

La vertical es la dimensión de la eternidad.

El amor horizontal, el de pareja, no es permanente.

Nada puede ser eterno en el tiempo.

Lo que nace en el tiempo, está destinado a morir con el tiempo.

El corazón, en cambio, quiere lo vertical, aquello que no acaba nunca.

La mente no sabe nada de la eternidad, interpreta mal los anhelos del corazón.

Aunque el amor dure un poco más, el miedo de que se acabe, siempre estará ahí.

Tu miedo está justificado, por que el amor acaba.

Si eres inteligente y conciente, acabará rápido, por que sabrás que no es gran cosa.

Cuando más educado y culto es un país, aumentan los divorcios.

Por que los cónyuges con el tiempo se aburren.

No tiene sentido seguir juntos.

El corazón dice: eternidad, la mente interpreta: permanencia.

El anhelo del corazón es una dimensión vertical, ésa es la dimensión de la meditación.

Tú anhelas un amor que nazca de la meditación, que no nazca de la mente.

Tu amor es un amor mental, es biología, es fisiología, es sexualidad nada más y no es eterno.

Primero dedícate a meditar, por que el amor surgirá de la meditación.

El amor es la fragancia de la meditación.

La meditación es la flor.

Deja que la meditación te ayude a moverte en lo vertical, en la no mente, en la ausencia del tiempo

Entonces verás que la fragancia del amor está ahí, que es eterno, que es incondicional.

Ningún sueño puede ser permanente y tu amor es un sueño.

La mente sólo puede soñar, no puede darte la realidad.

Sólo a través de la meditación, cambiarás la dimensión de tu ser.

De lo horizontal pasarás a lo vertical.

Dejarás el pasado y el futuro y vivirás en el presente, en el aquí y ahora.

Cuando dos amantes están realmente ilusionados, no piensan en la permanencia de su amor.

A una pareja en su luna de miel, no les importa el futuro, creen que van a estar juntos para siempre.

La mente controla nuestras vidas.

La meditación te libera y te conduce, concientemente, hacia el verdadero amor.

Con la meditación, una luz te rodea, la luz del amor.

Entonces tu amor será eterno, no estará dirigido a nadie, cualquiera que se acerque beberá de él.

Cuando irradias amor, cualquiera que se acerque a ti lo sentirá: sea una roca, un animal, un ser humano.

Buda, solo, sentado bajo su árbol, está irradiando amor.

El amor está constantemente lloviendo, a su alrededor.

Ese es el amor eterno, vertical, ese es el verdadero anhelo del corazón.

 

 

Autor:

Humberto Escobedo Cetina

 

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