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De la teoría a la práctica arquitectónica, el vínculo y el instrumento


Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. El binomio teoría-práctica
    3. Bibliografía

    Resumen

    El tema central de este ensayo es reflexionar sobre cómo se logra el traslado de la teoría a la realidad práctica en el campo del diseño arquitectónico, identificando en ello, al vínculo y al instrumento que las interrelaciona; en este sentido, se generan varias interrogantes: ¿cómo podemos pensar la realidad arquitectónica?, ¿qué papel puede cumplir el trabajo teórico en el desarrollo de la práctica proyectual? y más aún, ¿cómo podemos realizar esta transferencia?… Aquí, podrían discutirse cuestiones metodológicas diversas; pero más allá de esto, se propone un acercamiento hacia el tema de la teoría y el diseño arquitectónico desde su vinculación práctica.

    Introducción

    En esta propuesta, se cuestiona en principio, la desvinculación que existe entre la teoría y la práctica en el ámbito arquitectónico; ya que, actualmente, se corre el riesgo de presentar proyectos con argumentos carentes de contenidos; de esta manera, se ha visto que la explicación de la práctica se aleja cada vez más de un sustento teórico. Así, se ha ido perdiendo el sentido medular de esta vinculación; pensando que teoría y práctica son dos condiciones autónomas en el ámbito arquitectónico.

    Como lo señala Fernández: "El análisis del hecho arquitectónico como producto de una teoría y una praxis es totalmente marginada"1; actualmente, se mantienen los valores permanentes de la forma sin pugnarla como una estructura que deviene de un contenido interno; de tal manera, que se le proporciona al alumno una ambigüedad sobre su mismo hacer proyectual; asimismo, se generan arquitecturas emotivas, suscitadas por ideas de seducción y emotividad no controlada, para llegar a"caprichos formales"; se generan, arquitecturas del detalle que albergan la vigencia de métodos constructivos "eficaces", para salvaguardar su consumo y señalar una preocupación económica y de mercado; o bien, se generan arquitecturas analógicas, inspiradas o "copiadas" de modelos ajenos a nuestra cultura. Sin entender que la teoría, exige la comprensión de ideas y de conceptos; asimismo, exige la elaboración y formulación de fundamentos, que guíen el sentido del hacer arquitectónico.

    Como lo señala Kruft, "para la comprensión del sentido intrínseco de la arquitectura, es de gran importancia, conocer en cada momento su fundamento teórico y saber en cada caso cómo se ha accedido a ese fundamento"2. Por lo que, dicho sustento puede tener connotaciones causales, donde el arquitecto en formación o en ejercicio, establece sus propios puntos de partida; de otra manera, una arquitectura sin base teórica podría ir en camino de la arbitrariedad. En este sentido, se señala que, es en la reflexión teórica, donde se medita, se justifica, se abstrae y se indaga sobre los principios del diseño arquitectónico; por eso, su rol está en ser la superestructura de la arquitectura y en ofrecer armas a lo práctico.

    Por otro lado, la teoría de la arquitectura, no puede tomar la experiencia directa como punto de partida3; sino que, tiene que estar basada en un conocimiento, donde se establecen los conceptos que describen la forma; de manera que, ésta puede pretender incidir en el arquitecto al proyectar, al prever, al comparar y al criticar; así, se acentúa que la teoría y la experiencia no se sustituyen mutuamente; sino que, se alimentan entre sí. La reflexión teórica, entonces, abarca los conceptos referidos al campo del diseño y su organización puede presentarse como, cuerpos o estructuras teóricas que funcionan como nuevas propuestas que motiven al arquitecto a profundizar en su desarrollo como tal. Así, el objetivo de la teoría, se encamina a investigar e indagar sobre los fundamentos del diseño, para proporcionar los medios conceptuales y poder explicar desde ahí, la actividad y el objeto; con ello, se señala que, el arquitecto ha de aprender en su oficio todo lo que se implica al diseñar y en su caso, tendrá que formular y aprender a usar los instrumentos que vinculen a la parte teórica con la práctica. Como lo acentúa, Waisman, las teorías de los arquitectos, por su parte, deberían leerse siempre a la luz de sus obras, pues en ocasiones, aún cuando tomen la forma de afirmaciones dogmáticas, no son sino aproximaciones generales a su rumbo profundo4. Estas son indicaciones sobre los temas con los cuales está trabajando; en este sentido, las teorías son reflejo del pensamiento del arquitecto que actúa como transmisor de tendencias culturales al interior del territorio del diseño.

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