- Agrupar los taxis habilitados en la Capital Federal en compañías que se formen a tal efecto y en donde las empresas pasarían a constituirse en las responsables y propietarias de los vehículos, y los conductores serían empleados en relación de dependencia. Este último aspecto les otorgaría salarios adecuados y cobertura de seguridad social que hoy en día la mayoría de los conductores no poseen por tratarse de trabajadores autónomos.
- Eliminar las paradas fijas de taxis en la ciudad, con el objetivo de lograr la mayor seguridad posible para los pasajeros. En el caso de los taxis que presten servicios en aeropuertos, terminales de ómnibus de larga distancia, portuarias y trenes, además de contar con la supervisión permanente de un agente policial, deberán poseer una autorización en forma de calcomanía que se colocara en el parabrisas trasero y delantero de la unidad, tendrá una validez de seis meses, será intransferible y tendrá grabada la patente del vehículo al cual pertenece.
- Transformar las actuales agencias de remises existentes en la Capital Federal en compañías de taxis, ya que a los fines de una mayor seguridad, resulta más adecuado viajar en un vehículo (conductor incluido) claramente identificado que en otro que no lo es, tal como es el caso de los remises donde muchas veces se desconoce el origen de sus integrantes.
- Las verificaciones de los taxis se seguirán realizando en el lugar habitual, pudiéndose rever el contrato a fin de bajar costos para las autoridades gubernamentales si es que correspondiera. Asimismo, resulta conveniente firmar convenios con otras empresas para realizar el mismo tipo de verificación, para de esta manera, facilitarles la situación a aquellas compañías de radiotaxis que deban habilitar los mismos.
Esta comprobado en todo el mundo que los subterráneos y los trenes (cuando estos últimos son eléctricos), constituyen el medio de transporte ideal para los grandes conglomerados urbanos.
Por tal motivo resulta altamente conveniente reformular su funcionamiento actual, integrando en una sola empresa a los actuales concesionarios de los subterráneos y trenes suburbanos, para desarrollar un sistema integrado e interconectado de subterráneos y premetros (nueva denominación de los actuales trenes suburbanos), con lo cual los usuarios contarían con un excelente sistema de transporte, rápido, ágil y no contaminante del medio ambiente, que desalentaría por su practicidad el uso del automóvil para trasladarse desde sus domicilios hasta sus lugares de trabajo o viceversa.
Esta fusión traería evidentes beneficios, por cuanto al integrarse capitales, se compartirían costos operativos, inversiones y se evitarían las actuales desigualdades que existen entre los distintos concesionarios de los trenes suburbanos.
En tal sentido, se propone continuar avanzando en la ampliación de las actuales líneas de subterráneos y en donde por ejemplo, la Línea A finalice en Liniers; la Línea B concluya en Villa Pueyrredón; la Línea C llegue desde la estación Retiro hasta Villa Devoto, utilizando el trazado del ex Ferrocarril San Martín; la Línea D hasta la Estación Aristóbulo del Valle (Puente Saavedra); y la Línea E continúe desde la Estación Plaza de los Virreyes hasta Villa Lugano utilizando el trazado actual del premetro.
Y desde esos puntos geográficos ubicados en los límites de la ciudad de Buenos Aires, interconectar las líneas de subterráneo con los actuales ramales suburbanos de los ferrocarriles.
De este modo, se erradicarían los pasos a nivel existentes en la Capital Federal y todos los predios abandonados con motivo del levantamiento de las vías, pasarían a convertirse en espacios verdes, de uso general por parte de la población.
Lic. Marcelo Manson
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