De Gaitán a Emmanuel, dos momentos expresivos del acontecer democrático en Colombia
Enviado por Pocho Ríos
- Seguridad democrática
- Política de izquierda, guerrillas armadas
- El bipartidismo político, control débil del Estado
- A modo de conclusión
- Enlaces consultados
- Anexos
El año anterior ocurrió un acontecimiento relevante por expresivo de su acontecimiento, la liberación de algunos secuestrados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en un acto estratégico gestionado por las Fuerzas Armadas Colombianas (10 de enero del 2008), y dentro de este grupo de liberados se encontraba Clara Rojas. Clara es madre de Emmanuel, un chico de tan cuatro años de vida, que representa el choque de dos grandes tendencias políticas, dos formas de lucha por la democratización de la vida pública, dos formas de fuerzas política.
Para este ensayo, acerca del desarrollo democrático en la república de Colombia visto desde la acción de los partidos políticos partiendo de la heterodoxia argumentativa y asentada desde la somera evaluación revisionista, se limita temporalmente en las últimas seis décadas, resaltando algunos hechos sociales que se vincula progresivamente. Como segundo límite temporal éste se marca en otro acontecimiento resaltado por la violencia desarrollada con el estallido del Bogotazo (09 de abril de 1948). En éste me propongo como objetivo describir la oscilación que ha tenido el desarrollo de la democracia desde los años 50 hasta el acontecimiento liberador de los secuestrados. Esta oscilación tiene como derrotero la creación de fuerzas políticas legitimadas o no, la incursión de actores seudo políticos y la convergencia clientelar.
Estos dos acontecimientos respectivamente son representativos del desarrollo de la participación acción que las fuerzas políticas. El asesinato del candidato presidencial Jorge Eliécer Gaitán, marco el inicio de un período de violencia generalizada y de rivalidades acentuadas por la influencia bipartidista. La liberación de Clara Rojas y posteriormente de la recuperación de su hijo, evidencia la replica continua del empleo de la fuerza de la violencia para conseguir propósitos deslegitimados.
El ejercicio democrático en muchas naciones Latinoamericana esta marcado por la fuerza de la violencia, el acto beligerante y la continua oposición. De una continua acción de violencia política, aquella que es ejercida como medio de lucha político – social, ya sea con el fin de mantener, modificar, sustituir o destruir un modelo de Estado o de sociedad, o también para destruir o reprimir a un grupo humano con identidad dentro de la sociedad por su afinidad social, política, gremial, étnica, racial, religiosa, cultural o ideológica, esté o no organizado.
En Colombia además un desarrollo endémico, clientar y marcadamente beligerante. Ejercicio donde participan las expresiones de fuerzas de agresión, como también las más amplias libertades políticas. El caudillismo sigue teniendo forma, bajo nuevas figuras representativas. El populismo es mecanismo de adhesión, componente necesario dentro del gran mercado electoral. Y para completar este complejo escenario, las tendencias cultivadas por los medios de comunicación hacen de este ejercicio democrático un gran pozo para la reflexión constante.
Seguridad democrática
Los últimos años de la vida política en la nación han estado orientados desde la política de acciones enmarcadas en la Seguridad democrática. Este plan del gobierno actual tiene como base la recuperación social bajo el aumento del pie de fuerza del Estado y la disminución de las fuerzas de izquierda.
Dicho plan justifica acciones de confortación, como también designaciones fiscales para el aumento de las fuerzas del Estado. Los críticos de este plan del gobierno justifican que fue favorecida en su momento por la opinión debido a que coincidió con un momento histórico que exigía el compromiso del gobierno con el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas y la ofensiva militar frente a los grupos guerrilleros y paramilitares, pero dicho programa esta siendo obsoleto, toda vez que sus resultados militares son actualmente insuficientes, lo cual se expresa en que numerosos compatriotas de los sectores rurales, que padecen intensamente el conflicto, rechazan fuertemente a las FARC pero también al gobierno, que solo se acerca a ellos a través de la presencia militar y del discurso de soberanía.
La política de seguridad democrática en Colombia es una política gubernamental del presidente Álvaro Uribe Vélez que propone un papel más activo de la sociedad colombiana dentro la lucha del Estado y de sus órganos de seguridad frente la amenaza de grupos insurgentes y otros grupos armados ilegales. Ésta plantea la necesidad de fortalecer las actividades y presencia de los órganos de seguridad a lo largo del territorio nacional, y que al mismo tiempo debe ser la sociedad y no sólo los órganos de seguridad quien debe colaborar para obtener un éxito militar satisfactorio frente a los grupos armados al margen de la ley, que lleve a la desmovilización o rendición de sus miembros.
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