Descargar

Algunas cuestiones de teoría literaria. El problema del género literario. Formalismo ruso y grupo Bajtin. Boris Eijembaun

Partes: 1, 2

    1. Mijail Bajtin
    2. La nocion de totalidad en la teoria el estructuralismo checo y la Escuela de Frankfurt

    "Sobre la teoría de la prosa" condensa de modo teórico-analítico la concepción del género proyectada por Boris Eijembaun, desde la cual éste es percibido como un sistema dinámico compuesto por elementos diversos, dentro del cual existe un rasgo que cumple una función dominante y que lo define en un momento dado, pues es variable a los ánimos en pugna del devenir histórico.

    Así, la historia de los géneros consiste en una incesante lucha entre los elementos del sistema que buscan la encarnación de la función dominante, en una subversión insistente de la propia estructura a partir de la hegemonía de componentes antes subordinados y el desplazamiento de pretéritos dominios.

    La función del diálogo, de la descripción o del retrato psicológico en la novela del siglo XIX; la novella italiana en cercano vínculo con la narración oral1: tales son los ejemplos del ímpetu analítico de Eijembaun por precisar las funciones que cada rasgo asume en un género determinado, y la variación de la dominante que lo define en cada entorno epocal.

    "En la evolución de cada género llega un momento en que después de haber sido utilizado con objetivos enteramente serios o "elevados" degenera o adopta una forma cómica o paródica (…) Así se produce la regeneración del género: se hallan nuevas posibilidades y nuevas formas" 2

    Bajo esta lente teórica, el género sólo puede ser estudiado en relación con otros sistemas o series vecinas a los que pertenece y con los que se articula: otros géneros, el sistema total de la literatura, el sistema social en general.

    En esta interacción el género se define y se renueva. "Sobre la teoría de la prosa" extiende consecuentemente el análisis a la vecindad de otros géneros del sistema literario: la novela como forma sincrética proveniente de la historia, del relato de viajes, se erige entonces en su diferencia frente a aquella otra forma elemental, fundamental, el cuento como sucesor de la anécdota3 .

    El sentido de una obra y, mas aun, de un género, se establece entonces teniendo en cuenta las función sinónima que cumple cada elemento dentro del sistema interno –las relaciones que establece con el resto de los componentes del mismo- así como también estableciendo una relación entre los elementos de la propia serie con aquellos que pertenecen a sistemas vecinos –función autónoma-.

    El estudio de un género, la comprensión de la función que cumplen sus elementos, son ininteligibles sin la luz propia de un análisis que incluya el sistema social en su totalidad, pensando necesariamente la orientación del género literario en relación con el sistema social, es decir, su función verbal.

    Mijail Bajtin

    "La verdadera importancia del género jamás fue comprendida por los formalistas" 4. Desde ésta implacable crítica, desde su exclamación breve, el denominado Grupo Bajtin reclama para el género la magnitud que merece y le ha sido negada por la tradición formalista.

    Y en un mismo gesto teórico, la cuestión del género literario ingresa entonces como mera parte del amplio territorio de la comunicación y el problema de los géneros discursivos.

    En íntimo vínculo con la praxis humana, el problema del lenguaje importa a la teoría bajtiniana sólo en términos de usos de la lengua: su utilización en las diversas esferas de la actividad humana surge como nuevo núcleo problemático.

    La comunicación gana protagonismo, y en tanto es pensada necesariamente entre al menos dos sujetos, rompe con la tradición intelectual que concibe la esencia del lenguaje como la generación del pensamiento independientemente de la comunicación.

    El hablante se constituye necesariamente como sujeto dialógico, y los enunciados, formas concretas y singulares en que el lenguaje es utilizado, son las unidades reales de la comunicación discursiva.

    Los rasgos que aúnan bajo una misma designación la heterogeneidad inabarcable de los enunciados posibles son concisos: sus fronteras están determinadas por el cambio de los sujetos discursivos (es decir, la alternación de los hablantes).

    Todo enunciado es en sí mismo dialógico en tanto está orientado hacia un destinatario –real o potencial- y a la vez se inserta como eslabón contestatario en una cadena, complejamente organizada, de otros enunciados; es un rasgo constitutivo de todo enunciado poseer una conclusividad específica que es condición de posibilidad de su posterior contestación.

    Y ordenando parcialmente la disparidad de los enunciados, la teoría bajtiniana postula que "cada esfera del uso de la lengua elabora sus tipos relativamente estables de enunciados, a los que denominamos géneros discursivos" 5 .

    El contenido temático, el estilo, y la composición de los enunciados –vinculados de manera indisoluble en una totalidad- son determinados precisamente por el género discursivo al que pertenecen.

    La importancia de los géneros discursivos queda grabada entonces con un último exergo: constituye el modo en que el lenguaje se vincula con la realidad. Es mediante los distintos géneros que ordenamos el mundo.

    Partes: 1, 2
    Página siguiente