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El miedo al estomatólogo: su tratamiento en la edad infantil


Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. Metodología
    3. Resultados
    4. Conclusiones
    5. Recomendaciones
    6. Bibliografía

    Resumen

    Se realizó un estudio de los principales factores que inciden en el miedo al estomatólogo en niños de edad escolar del municipio Fomento, provincia Sancti Spíritus, Cuba y que son atendidos en la Clínica Estomatológica "Oreste García Saroza" de dicho municipio. Se aplicaron entrevistas y observación a 30 niños de edad escolar con conductas de miedo al estomatólogo. Se diseñaron acciones dirigidas a prevenir comportamientos de miedo al estomatólogo que se emplean por los estomatólogos del este centro de salud.

    Desarrollo

    El miedo al estomatólogo ha sido recogido en la bibliografía desde años remotos. El ser humano, por instinto de conservación, muestra conductas defensivas y de rechazo ante cualquier intento de acceder a su espacio interior por cualquiera de sus cavidades. Estas conductas pueden ir desde una actitud de evitación hasta una manifestación de temor o fobia.

    El concepto tradicional del dentista como atormentador tiene su origen en el dolor intenso que produce cualquier lesión en los dientes y su tratamiento, de ahí que a pesar de tantos años de evolución y desarrollo de la ciencia estomatológica, el tratamiento dental se continúa percibiendo como una experiencia agónica.

    El temor al sillón del dentista lo recoge la literatura, la cinematografía, y hasta los chistes de múltiples culturas.

    Según el diccionario de la Real Academia Española (DRAE) el miedo es la "perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario". El vocablo procede del latín metus, que tiene significado análogo. Como todas las emociones admite graduación, y así el diccionario ideológico de Julio Casares establece algunos términos asociados, como temor, recelo, aprensión, pánico, espanto, pavor, terror, horror, fobia, susto, alarma, peligro o pánico.

    Es una emoción caracterizada por un intenso sentimiento habitualmente desagradable, provocado por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente o futuro. Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y se manifiesta tanto en los animales como en el ser humano.

    En el contexto dental, resulta difícil distinguir el miedo de la ansiedad. En la literatura aparece reflejada de diversos modos aunque el término más frecuente es el de ansiedad dental.

    En su grado máximo, la fobia dental se considera un miedo extremo e intensificado al dentista y al tratamiento odontológico. En muchas personas ese temor es tan intenso que les impide llegar a la consulta. Lo más habitual no es un pánico incontrolado, sino un temor que lleva a retrasar o eludir las citas con el estomatólogo convirtiéndose esto en uno de los problemas más difíciles que tiene que afrontar la práctica estomatológica. Los síntomas son observables desde la sala de espera y varían de leves como manos frías, contracciones musculares, hasta síntomas más marcados como cefaleas, dolor y saltos en el estómago.

    En los países industrializados un significativo número de la población tiene miedo al dentista. Por lo que este fenómeno no es exclusivo de nuestra cultura y nivel de desarrollo sino que se extiende también a otros países cultural y geográficamente más alejados. Estudios reflejan que el 31,5% de los japoneses reconocen que en ocasiones eligen retrasar las citas con el dentista debido al miedo que le provoca el tratamiento dental. El 48% de la población presenta un significativo nivel de ansiedad en Indonesia, Taiwán, Singapur y Japón. De modo general se estima que entre el 5 y 20% de la población a nivel mundial manifiesta algún tipo de miedo odontológico.

    En cuanto a la presencia de la conducta de temor, aparecen aspectos distintivos en los diferentes periodos etáreos. En este sentido para los adultos pueden ser una barrera las experiencias pasadas, el costo financiero de la consulta en el caso de muchos países y antecedentes psico-sociales del paciente, que combinados reducen su capacidad para visitar al estomatólogo. La causa de la ansiedad se postula como multifactorial, siendo el motivo más universalmente referido una experiencia traumática previa, seguido por otros como la actitud aprendida de su entorno, los relatos de parientes y amigos cercanos respecto a tratamientos dentales recibidos entre otros determinantes.

    Algunos profesionales indican que los adultos entre los 40 y 50 años muestran más temor que los de otros grupos de edades y a medida que aumenta la edad los pacientes se vuelven más temerosos ya que pueden haber vivenciado mayor número de tratamientos estomatológicos.

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