"Estudiar la educación holista es dejar la oscuridad y entrar a la luz
y Ramón Gallegos Nava abre la puerta que separa a las dos".
Richard Fuller, Editor, Great Ideas in Education, USA
El comienzo de un nuevo siglo generó muchas expectativas. El mundo entero se preparó para recibirlo pues significaba el inicio de una nueva etapa que como familia humana nos tocaba compartir, más allá de nuestras creencias, del color de nuestra piel, de nuestro idioma, o de nuestras riquezas y pobrezas. Más allá incluso de considerarnos como una sola familia. Ver nacer el siglo XXI fue para muchos la oportunidad de renovarse, de iniciar una nueva etapa, y de tomar un profundo y fuerte respiro para continuar con esta maravillosa aventura llamada vida.
Pero el amanecer del siglo XXI trajo consigo también un cambio de paradigma el cual se originó desde finales del siglo XX. Este nuevo paradigma se caracteriza por una visión de totalidad, una visión de la realidad no fragmentada, no dividida; una visión que permanece en constante movimiento, que integra, que tiene la certidumbre de que todo está interconectado y que se ha llamado visión holista (Gallegos, 1999; Miller R., 2008). Estas características no parecen ajenas o extrañas en nuestros días pero sabemos que no siempre ha sido así.
Cada determinado tiempo en la historia de la humanidad han ocurrido cambios debido a la emergencia de grandes seres, que influyen en la evolución del mundo que habitamos, acerca de la cultura, la política, la economía y la espiritualidad. Como señala Thomas Khun (2004), en su libro La estructura de las revoluciones científicas, el cambio de un paradigma a otro, independientemente si se trata del campo político o científico, se da porque el paradigma existente ha dejado de funcionar y porque ya no responde a las necesidades de la sociedad; que este sentimiento de "mal funcionamiento" puede conducir a una crisis, requisito previo para el cambio. Y es precisamente esta crisis la que está generando un cambio en nuestra manera de ver el mundo, como explica Ramón Gallegos (1999), estamos viviendo ahora un "cambio de época sin precedentes en la historia humana, estamos transitando de un paradigma científico mecanicista a una visión holista". Donde la espiritualidad es el corazón de la nueva realidad.
En su libro Educación Holista, pedagogía del amor universal (1999), Ramón Gallegos nos habla de tres grandes paradigmas humanos dominantes y dos cambios de época que la humanidad occidental ha presenciado durante los últimos cuatrocientos años; estos cambios han afectado los valores, las ideologías, la política, la educación, nuestra forma de ver el mundo y la concepción que tenemos de nosotros mismos. Los cambios de época representan una ruptura entre el viejo y el nuevo paradigma, entre una forma de ver el mundo y otra que ofrece una visión más clara, renovada e integrada. El primer paradigma dominante fue el paradigma dogmático, desde la edad media hasta el siglo XVII aproximadamente, las explicaciones sobre la vida se basaron en el dogma, la tradición, la autoridad y la fe. El conocimiento estuvo monopolizado por la iglesia y era la única institución que dictaminaba la validez de las ideas. El segundo paradigma dominante fue el paradigma científico que va desde el siglo XVII hasta finales del siglo XX, este paradigma surgió como una fuerte crítica al paradigma dogmático, "su emergencia significó la desacralización de la vida, despojar a la existencia de todo vestigio sagrado o divino" (Gallegos, 1999). Las explicaciones de la vida se basaban en procesos lineales da causa y efecto, como un gran mecanismo. Las ideas predominantes provenían del positivismo, el reduccionismo, el dualismo y el materialismo, entre otros. Aquí, la universidad se convirtió en la principal institución, quien dominó el conocimiento. Ciencia era sinónimo de verdad.
Entre el paradigma dogmático y el paradigma científico se dio lo que se conoce como un cambio de época (Gallegos, 1999). Si bien es cierto que en cada época de la humanidad han existido visiones alternativas que se desvían de la corriente principal de pensamiento, también es cierto que la humanidad se ha conducido por una cosmovisión dominante y durante esta época empezaba a emerger una visión cientificista del mundo; este cambio de época significaba la transición de la visión dogmática a la visión científica-mecanicista. Durante el siglo XVII se llevó a cabo una transformación en el conocimiento, en la ciencia, en la política, en la economía, en las artes y prácticamente en todas las áreas de la humanidad; el descubrimiento de América y la imprenta de Guttenberg son dos grandes acontecimientos que influyeron en este cambio. La ciencia se desligó de la religión y el dogmatismo que imperaba se transformó en cientificismo. Francis Bacon, Isaac Newton y René Descartes son sus principales exponentes, con ideas provenientes del positivismo, dualismo, reduccionismo y materialismo; de ahí que el paradigma generado con este cambio de época se conozca también como paradigma newtoniano-cartesiano. La influencia de estos pensadores produjo una visión del mundo fragmentada, reduccionista, mecánica, materialista; una visión que surgió en la ciencia y que se extendió a todas las áreas de la vida, como la política, la economía, la educación y el arte.
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