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Las zonas erógenas: el ser humano y su sexualidad

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

    1. El sexo, las disorexias y el comportamiento suicida
    2. Nuevas "enfermedades", nueva era: los años sesenta
    3. ¿Pero, qué sucede con otras especies?
    4. Los placeres instintivos y sus consecuencias
    5. El ser humano en la lucha contra sí mismo
    6. El Kama Sutra
    7. En resumen
    8. Bibliografía

    En una monografía que compilara, organizara y publicara hace algún tiempo, la que rubricara bajo el título de La Historia del Amor, hago un esfuerzo para hacer constar las influencias que cada época tuvo en la actividad sexual y en la moralidad asociada del ser humano que en ella viviera.

    Nuestra exploración, en el susodicho artículo, cubre los años desde el 1300 AC hasta el siglo recién pasado. Una crónica del amor, por fuerza, menciona el sexo, aunque esto sea de manera soslayada.

    La historia del amor y del sexo nos interesa porque en nuestra especie ambos son comportamientos idiosincrásicos con profundas repercusiones emocionales — En lo que no están solos.

    El sexo, las disorexias y el comportamiento suicida

    Cuando yo empezara a tratar las disorexias, específicamente la anorexia, en el año 1963, poco se había escrito y poco se conocía acerca de esta enfermedad. Casi todo lo que se obtenía en la literatura científica se relacionaba con la obesidad y el sobrepeso, curiosidades indeterminadas entonces. Nadie hablaba seriamente de la anorexia, la bulimia se desconocía, las dietas se limitaban a la selección de comidas que los pacientes hacían para su estadía en hospitales, y la sexología, como especialidad médica, no se había arraigado.

    Esto sería, talvez, porque los instintos, por lo menos algunos entre ellos, estaban cumpliendo su misión adaptiva.

    A pesar de todo, y por razones desconocidas, la gente seguía suicidándose como siempre lo habían hecho.

    Nuevas "enfermedades", nueva era: los años sesenta

    Con la alboreada de los años sesenta, cosas insospechables surgieron: La Crisis de los Misiles Cubana, la época de las "Enfermedades de los Sesenta" como muchos llamaran a la anorexia y la bulimia, y la llegada avanzada de la Edad de Acuario.

    Eso fue entonces, hoy las cosas han progresado, ahora, tenemos enfermedades de comer, disfunciones sexuales, dependencias de todo tipo y continuamos suicidándonos en escalas de mayor o menor extensión.

    Nuestra sociedad se ha medicalizado — algo riesgoso como veremos en otras lecciones.

    ¿Pero, qué sucede con otras especies?

    Otros animales comen y no desarrollan los trastornos de comer, a nosotros familiares, no demuestran trastornos reproductivo/sexuales, y, que sepamos, nunca se suicidan resueltamente.

    ¿Cómo es eso?

    Los simios, los gatos, los perros, los ratones noruegos (lemmings), y otros vertebrados se reproducen de manera programada, viven sin dietar y sin autoinmolarse, a pesar de que hemos amenazado sus vidas con nuestras incursiones funestas dentro de su hábitat — aunque algunos pulpos torturados despiadadamente por científicos sádicos, salen del agua en acto deliberado para adelantar la muerte.

    El lemming o lemingo, no se suicida como antes se supusiera, sino que sus populaciones son controladas por sus predadores, entre ellos, la lechuza ártica.

    ¿Entonces, de qué nos sirven los instintos, si éstos no nos protegen?

    Lechuza ártica

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