- Introducción
- Naturaleza de la práctica docente
- La formación de los futuros docentes
- La intervención educativa
- ¿Qué hace un maestro cuando planifica?
- Conclusiones
- Bibliografía
Introducción
En un proceso educativo, la formación inicial del/la profesor/a es importante para así garantizar una mejor calidad en la enseñanza – aprendizaje y es también pieza clave para el desarrollo educativo. Formar a los/las docentes no es únicamente fijar criterios administrativos y pedagógicos, sino establecer criterios que ayuden a reflexionar sobre la propia practica y proponer proyectos de acción como es: una formación basada en el desarrollo profesional, que permita que el estudiante normalista sea lo bastante competente para poder afrontar los retos del quehacer educativo.
Para un estudiante normalista practicante que se incorpora al sistema educativo se inicia un periodo profesional de acomodación a su nueva labor que, según diversas circunstancias puede durar algunos años, según sea la capacidad personal de fluidez, o una buena formación inicial. Pero no todo es problema también están llenas de virtudes que en la formación inicial le enseñaron. Dentro de esas virtudes que cada estudiante normalista debe tener están: la puntualidad, la responsabilidad, el afán por el trabajo, la voluntad de dar todo lo aprendido para mejorar la Educación del Estado Plurinacional, entre otros.
La primera experiencia de iniciarse en la profesión acarrea muchos problemas y tropiezos, donde todos los profesores hemos pasado y otros lo vivimos en carne propia, algunos salen airosos o simplemente se dejaron llevar por ese entorno del medio ambiente laboral casi rutinario poco productivo para un país que trata de salir hacia delante.
La actuación del estudiante normalista es la clave que determina el flujo de los acontecimientos en el aula, de la forma de abordar la práctica dependen por lo tanto la calidad y naturaleza de los procesos de aprendizaje y el desarrollo de las nuevas generaciones. Los problemas más usuales con que se encuentran éstos en la actividad docente son en orden de importancia:
a) Disciplina en el aula.
b) Tratamiento de las diferencias individuales en el aula.
c) Insuficiente material didáctico.
d) ¿Cómo motivar a los alumnos?
e) Elaboración de la planificación de aula para el día.
g) Evaluación de los resultados del aprendizaje.
Naturaleza de la práctica docente
La práctica docente tiene como base a la educación, la enseñanza – aprendizaje y el currículum, entre otros, que son procesos de naturaleza social, por tanto, no se pueden prever del todo antes de ser realizados. De aquí que cualquier diseño o programación deba ser abierto y flexible.
En una clase hay sujetos muy diferentes, cada uno con su propia vida, sus diversas capacidades, su forma de estar y de integrarse a la dinámica del aprendizaje, etc. Están también las influencias del ambiente social y de la propia institución. Están los programas oficiales y el propio profesor.
La cuestión no es sólo que ocurren muchas cosas, sino que ocurren a la vez. El/la profesor/a ha de estar pendiente de los alumnos que trabajan y de los que no lo hacen, de los procesos y los resultados, de los contenidos y de las formas de relación.
Son muchos los factores que intervienen en una situación, en la conducta de un alumno o en la de todo el grupo. Los profesores aprenden a predecir cómo van a ir las cosas y a responder a los imprevistos. Responden guiados por intuiciones, imágenes generales de cómo comportarse, no tanto por leyes precisas. Proyectan su idiosincrasia, la subjetividad conformada por su biografía personal, la formación y la cultura de procedencia.
La formación de los futuros docentes
Sobre la formación del profesorado en la etapa inicial se debe destacar la importancia de desarrollar cuatro componentes: El científico, el psicopedagógico, el cultural y el práctico, o sea, su experimentación o práctica en el ejercicio de la profesión docente (reflexión sobre la propia práctica). Los cuatro componentes, sobre todo el último mencionado, que denominamos "práctica docente" forman los ejes fundamentales de la formación y configuran una determinada manera de entender la profesión de enseñar. Es cierto que se aplica en el último semestre pero no es suficiente, deberían empezar desde el primer año.
Cada uno de los componentes tiene una clara orientación de finalidad:
a) Mediante el componente científico, el futuro profesor se prepara para ser un agente educativo que posee conocimientos de algún área específica, que ha de transmitir, para su aplicación en el ejercicio docente.
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