Nuevos movimientos sociales e internet: noticias sobre okupación en las agencias contrainformativas
Enviado por Miguel Martínez López, Iván Julio Ramos Martínez
- 1. Abstract
- 2. Ambivalencia de las relaciones entre el movimiento okupa e Internet
- 3. Perspectiva metodológica de análisis
- 4. Nodo50: una plataforma de visualización puntual
- 5. Indymedia Madrid: una plataforma de visualización local
- 6. La Haine y A las Barricadas: plataformas de visualización permanente
- 8. Bibliografía
1. Abstract
Presentamos en este texto los resultados preliminares de un estudio sobre la presencia de noticias relativas al movimiento de okupación de viviendas y Centros Sociales en ciudades españolas, en las páginas web de agencias de información alternativa: NODO50, Indymedia Madrid y Barcelona, La Haine y A las Barricadas. Aunque la presencia del movimiento okupa en internet se manifiesta también con sus propias páginas web y en otros medios de información (o con la promoción del hackactivismo), consideramos que las "noticias" propias del movimiento en plataformas de contrainformación son una prueba importante de la vinculación entre esas dos formas de acción política. Por lo tanto, nos preguntaremos en qué medida se manifiesta esa vinculación más allá de la mera (y variable) identificación ideológica entre ambos colectivos: el movimiento okupa y las agencias de contrainformación. En segundo lugar, pretendemos aportar una información básica que permita mostrar la paradójica relación del movimiento okupa con las NTIC: habiendo sido un movimiento madrugador en su preocupación antiglobalizadora y muy activo en todo tipo de expresión contrainformativa, sin embargo su propia presencia en los servidores electrónicos de contrainformación ha estado muy reducida y encasillada en un modelo de noticias "tipo crónica" y con escasa deliberación sobre su situación global y sus estrategias políticas. La explicación a estos fenómenos debería buscarse en las características de este movimiento urbano (duración de cada okupación, dispersión y plurimilitancia de activismos, falta de especialización y continuidad de las iniciativas en internet, etc.), aunque aquí simplemente vamos a indicar algunos puntos de partida para su posterior verificación.
Palabras clave: · ciberpolítica · comunicación · internet · libertad · movimientos sociales
2. Ambivalencia de las relaciones entre el movimiento okupa e Internet
En el movimiento okupa hubo desde muy pronto (mediados de los años ’90) interés por las NTIC, pero éste se manifestó sólo en casos y experiencias muy específicas. Es decir, que sin existir grados de rechazo mayores de los que existían en otros colectivos sociales, sólo algunos activistas fueron especializándose en cada casa o centro social ocupado promoviendo el uso de internet y del activismo político a través de ese medio. Progresivamente, el equipamiento informático y los conocimientos sobre su uso fueron expandiéndose por numerosas okupaciones, pero la inestabilidad de los proyectos y la alta movilidad espacial de los activistas, constituyeron obstáculos notables para la continuidad de proyectos contrainformativos electrónicos vinculados estrechamente con el movimiento okupa. Algunas páginas web de centros sociales, los talleres de software libre o la primera lista de Actualidad de los Centros Sociales avanzaron en la interrelación entre esos dos movimientos sociales, pero la especialización de los servidores alternativos de información hizo que se fuese delegando en ellos un trabajo contrainformativo que en el mundo de la okupación era muy prolífico, pero también muy disperso y artesanal (panfletos, boletines, pintadas, programas en radios libres, música alternativa, distribuidoras de fanzines y libros en los centros sociales, etc.).
Se ha planteado que en muchos movimientos sociales ha sido muy efectiva una cierta "tecnofobia", por lo demás también presente en muchos otros sectores del resto de la sociedad. Esa reticencia habría sido mayor en las primeras fases de la introducción de internet (mediados-finales de los 90) y se han sugerido, por lo menos, tres explicaciones de la misma: 1) como consecuencia de un prejuicio tecnófobo (u opción ideológica); 2) como resultado de una crítica a todos los medios de comunicación de masas y, por ende, a las empresas que controlan esos medios (1); 3) como producto del hermetismo característico de algunos de los nuevos movimientos sociales (más específicamente, de algunas de sus organizaciones) (SÁDABA Y ROIG, 2004).
En el caso del movimiento okupa pensamos que esas tres explicaciones han tenido una incidencia pero muy tenue e insignificante. De hecho, la causa más poderosa para garantizar una "tecnofobia" en la práctica es que los activistas okupas "afectados" llevan un modo de vida en el que no desean dedicarle a las NTIC el tiempo que éstas requieren para un activismo político intenso a través de ellas. Por lo tanto, no predominaría tanto un rechazo consciente o ideológico a su uso, como una opción por otras prácticas comunicativas, políticas y vitales que exigirían muchos más esfuerzos y dedicación que las horas dedicadas a internet. Recuérdese que, en gran medida, se trata de un movimiento social volcado sobre la autogestión de la vida cotidiana y del espacio doméstico, incluso cuando éste tiene una gran apertura a otros colectivos y actividades públicas (LLOBET, 2004; MARTÍNEZ, 2004).
En este sentido merece la pena vincular históricamente la trayectoria del movimiento okupa con la de las NTIC. De hecho, la primera fase de desarrollo de estas últimas en España coincide con un momento álgido para el movimiento okupa, con lo cual la presencia de éste en la red mediante webs propias se posterga y dilata de forma desproporcionada a las experiencias existentes y, sobre todo, a las capacidades de manejo y al interés también presentes en numerosas okupaciones. Si bien en los años 1996 y 1997 es cuando se crean las primeras páginas, no es hasta el año 2000 cuando empiezan a aflorar, volviendo de nuevo a perder presencia en torno al año 2003 (SÁDABA Y ROIG, 2004).
Ese modesto auge de páginas web okupa habría que relativizarlo debido a que los ciclos propios del movimiento (marcados por okupaciones y desalojos) no son comparables a los de ningún otro sector o movimiento social, y habitualmente sumen a las casas okupas en una incertidumbre permanente. De esa manera, si vemos la duración de distintos proyectos de okupación entre los años 1985 y 1999, observamos cómo cerca de un 65,8% de éstos no dura más de un año (MARTÍNEZ, 2002). Tampoco hay que olvidar como dato importante que del año 1996 al 1999 es cuando se produce un mayor número de okupaciones en el Estado Español (128 okupaciones iniciadas en este periodo: MARTÍNEZ, 2002).
Los desalojos de Centros Sociales okupados explican el cese de la actividad en Internet (por ejemplo, en cuanto a la falta de mantenimiento y actualización de contenidos de las páginas especializadas que permanecen alojadas en algún servidor contrainformativo). A ello se le suma, como ya hemos apuntado, la intensa dinámica diaria de las okupaciones: rehabilitación de inmuebles, reuniones y actividades de colectivos, defensa jurídica y física ante los desalojos, etc. Y todos estos fenómenos enmarcarían tanto la construcción y persistencia de páginas web propias, como los flujos de noticias que los activistas y simpatizantes de la okupación trasladan a las agencias electrónicas de contrainformación.
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