El grupo como facilitador del proceso enseñanza-aprendizaje
Enviado por Lic. Damiana Perera Calzadilla
- Concepción del proceso enseñanza-aprendizaje a partir del enfoque histórico-social
- El grupo en el proceso de enseñanza-aprendizaje
- Bibliografía
Concepción del proceso enseñanza–aprendizaje a partir del enfoque histórico-social
El ser humano tiene la disposición de aprender, de verdad, sólo aquello a lo que le encuentra sentido o lógica. En tanto, tiende a rechazar aquello a lo que no se lo encuentra. El único y auténtico aprendizaje es el aprendizaje significativo, es decir, con sentido, cualquier otro aprendizaje será puramente mecánico, memorístico, coyuntural.
Durante el desarrollo evolutivo de la personalidad se dan procesos de maduración que son naturales en el individuo, como resultado de una herencia filogenética, propia de la especie. Tales procesos aparecen y se desencadenan en periodos relativamente estables y operan en condiciones naturales como sistemas relativamente "cerrados" a determinaciones externas, en tanto dependen de una evolución organísmica.
Sin embargo no pueden obviarse los componentes externos que garantizan la aparición y el desarrollo de tales procesos, ampliamente demostrados han sido los estudios que dan cuenta de la plasticidad enorme y el carácter altamente inespecífico de la maduración humana en el dominio de procesos psicológicos, y la necesidad de una relación continua entre organismo y ambiente.
De manera que para realizar cualquier análisis teórico y/o metodológico, no tiene sentido separar el desarrollo biológico del desarrollo social, en tanto se originan desde la génesis de manera simultánea. Resulta entonces como elemento más significativo del desarrollo, la determinación histórico-cultural, en tanto la relación con el otro sea comprendida como el espacio por excelencia constitutivo de la personalidad a partir de la conformación de los sistemas simbólicos de la cultura.
Estos principios e ideas configuran la concepción constructivista del aprendizaje y de la enseñanza. El constructivismo no es una teoría psicológica en sentido estricto, ni tampoco una teoría psicopedagógica que nos dé una explicación completa, precisa y contrastada empíricamente de cómo aprenden los estudiantes y de la que puedan resultar prescripciones infalibles sobre cómo se ha de proceder para enseñarlos mejor, su principal aporte radica en concebir el desarrollo y el aprendizaje humanos como el resultado de un proceso de construcción y reconstrucción de patrones culturales que son asimilados en el contexto de los diferentes grupos sociales.
El enfoque histórico-cultural, también conocido como sociocultural inaugurado por Lev S. Vygotski concibe el desarrollo personal como una construcción cultural, que tiene lugar a través de la socialización de una determinada cultura mediante la realización de actividades sociales compartidas.
Se invierte la tradicional relación que se suele establecer entre desarrollo y aprendizaje: Vygotski afirma que el proceso de desarrollo sigue al de aprendizaje, que crea el área de desarrollo potencial con ayuda de la mediación social e instrumental; la zona de desarrollo próximo o potencial es así el área en el que puede darse el aprendizaje en interacción social con otras personas más expertas, o dicho de otra manera, aquello que un aprendiz no puede hacer solo pero sí con ayuda de otras personas.
Vygotski define así una de las categorías centrales de su teoría, la zona de desarrollo próximo, como la distancia entre el nivel real de desarrollo, determinado por la capacidad de resolver independientemente un problema, y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o en colaboración con otro compañero más capaz"
Se trata de un proceso de apropiación de herramientas y de desarrollo de estructuras mentales, algo mucho más profundo que una simple transmisión de conocimientos concretos de la otra persona.
En un texto fundamental como es "El desarrollo de los procesos psicológicos superiores", Vygotski establece el origen social de las que llama funciones psicológicas superiores, convirtiéndose esta idea en uno de los postulados nucleares del enfoque histórico-cultural: el aprendizaje humano presupone una naturaleza social específica y un proceso, mediante el cual los niños acceden a la vida intelectual de aquellos que les rodean.
En el desarrollo cultural del niño, toda función aparece dos veces: primero a nivel social, y más tarde, a nivel individual; primero entre personas (interpsicológica), y después, en el interior del propio sujeto (intrapsicológica). Todas las funciones superiores se originan como relaciones entre seres humanos.
El acceso a los procesos superiores tiene lugar gracias a la combinación de herramienta y signo en la actividad psicológica, haciendo posible la mediación instrumental: el uso de medios artificiales, la transición a la actividad mediata, cambia fundamentalmente todas las funciones psicológicas, al tiempo que el uso de herramientas ensancha de modo ilimitado las serie de actividades dentro de las que operan las nuevas funciones psicológicas.
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