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Perspectivas sobre la formación moral (página 2)


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El espacio de la conciencia moral está constituido por instrumentos procedimentales como el juicio moral, la comprensión y la autorregulación. El desarrollo del juicio moral capacita al sujeto para expresar opiniones razonadas sobre lo que debe ser, permite justificar o no opiniones y conductas morales relacionadas con situaciones de conflicto. La comprensión resalta la dependencia de la reflexión moral respecto a las particularidades de las situaciones concretas y contextualizadas, es lo que permite conocer las peculiaridades en tanto que esfuerzos para encontrar medios correctos de aplicar los criterios y los valores generales a las situaciones particulares. Para conseguirlo, la comprensión apela a la razón y al diálogo, pero también al sentimiento y a las emociones, así como a la benevolencia y al amor. Juicio y comprensión resultan en cierto modo mutuamente complementarios, presentando un carácter reflexivo. Por el contrario la autorregulación se define mejor atendiendo a dimensiones conductuales sin excluir lo cognitivo y reflexivo, apunta al esfuerzo que lleva a cabo cada sujeto para dirigir por sí mismo su propia conducta. Un trabajo de autodirección en situaciones de conflicto ha de permitir un alto nivel de coherencia entre juicio y la acción moral, así como la progresiva construcción de un modo de ser realmente deseado. La capacidad crítica frente a los instrumentos de reflexión y de acción moral se expresa aquí frente a la rectitud en su uso y en la voluntad de usarlos de modo correcto, es el reconocimiento de la necesidad de formarlos constante y continuamente de forma consciente (Puig Rovira, J. 1.991).

  • Guías de valor en los procesos de construcción moral: La formación en lo moral necesita de ciertas guías de valor que marquen una idea clara, pero inconcreta, de la dirección hacia donde se debe ir, es decir no están establecidas y acabadas de antemano, pero sí encierran ideales comunes de lo que es humanamente deseable alcanzar en el futuro. Las capacidades críticas en este sentido se expresan como la habilidad para tener en consideración los valores "tradicionales" frente a circunstancias conflictivas, pero también para reformularlos dependiendo de las particularidades de una situación concreta (Puig Rovira, J. 1.991).

El proceso de formación moral debe reconocer estos tres aspectos optando por una aptitud que parta del diálogo y la apertura emocional, reconociéndolos como motores, pero también, como condición constitutivas del juicio, la comprensión y la autorregulación, así como de la dirección que otorga a las guías de valor y como formadores de la capacidad crítica, en la medida en que:

"La crítica es una capacidad intersubjetiva. Nunca se es crítico solo, sino que se logra serlo con la ayuda de los demás, dialogando con los demás. incluso cuando pensamos en una situación de aislamiento estamos dialogando con las voces sociales que ha incorporado nuestra mente. Pero la crítica es también una capacidad que depende del tono emocional. Nunca se es crítico tan solo razonando: se es crítico razonando y sintiendo. La crítica no es solo una destreza cognitiva, es también una destreza que implica directamente a la sensibilidad."[15]

Adoptar una aptitud de apertura emocional contribuye a reconocer los sentimientos como los detonantes de los primeros juicios que contribuyen a formar una compresión de los situaciones moralmente relevantes. El dolor, la culpa, la indignación o la humillación son algunos de estos sentimientos, que están en la base de los procesos de compresión, pero también lo están el cuidado, la atención, la piedad, la benevolencia, la solidaridad o el amor. Todos estos sentimientos intervienen, junto a criterios de justicia y equidad, cuando se intentan solventan conflictos morales. A su vez, la autorregulación actúa frente a sentimientos de vergüenza y autor espeto, que recaen en todos aquellos que reciben los beneficios o perjuicios de la conducta de un individuo en particular, y en sentimientos de rechazo o aprecio de la propia imagen lo que lleva a mantener un comportamiento deseado como fuerza motivadora de auto reconocimiento y bienestar consigo mismo (Puig Rovira, J. 1.991).

El reconocimiento de todos estos elementos y aspectos que hacen parte del proceso de formación moral requieren, para ser llevados a la escuela, de una perspectiva integral, compleja de la educación, del conocimiento y de la realidad, que no intente imponer dogmas, sino que por el contrario se plantee humilde, abierta mentalmente para reconocer la incertidumbres, el contexto, lo global, lo multidimencional, lo complejo, que enseñe la condición humana evidenciado la diversidad como elemento de unidad e identidad terrenal que promueve principios de solidaridad y conmiseración reciproca como ciudadanos de la tierra, por lo tanto que enseñe la comprensión en contraposición a las incomprensiones lo que requiere de la expresión de sentimientos empáticos y de simpatía, así como de generosidad y apertura, capacidad crítica y autocrítica. Todo esto como fundamento de una ética de la comprensión, una ética del genero humano como principio de la formación y construcción moral de los seres humanos del futuro.

 

 

Autor:

Ednna Lucena Acosta Gil

[1] Documento escrito por Ednna Acosta Licenciada en educación con énfasis en Ciencias Sociales. Especialista en Neuropsicopedagogía. Master in Education ednalucena[arroba]gmail.com

[2] MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL. Orientaciones curriculares en educación el ética y valores humanos. Santafé de Bogotá D.C.: MEN. 1.998

[3] LA BRUYÈRE. Citado En: DELVAL MERINO, Juan. Moral: Desarrollo y educación. Madrid: Grupo Anaya S.A. 1.994.

[4] Ibib

[5] Libro III, cap. VI. Ibib.

[6] COMPAYRÉ, 1983, p. 372 Ibib.

[7] DEWEY, J. Moral principles in education. Tomado de PUIG, J. Construcción dialógica de la personalidad moral. En: Revistade la OEI. No. 7

[8] Delval. 1994 p. 131

[9] Ibib. p. 132

[10] GOÑI, Alfredo. La conceptualización de la vida social escolar. En: Revista Infancia y aprendizaje No. 47/1989.

[11] MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL. Lineamientos curriculares en educación ética y valores humanos. Santafé de Bogotá D.C.: MEN, 1.998.

[12] PUIG ROVIRA, Josep Mª. Construcción dialógica de la personalidad moral. En: Revista de la Organización de Estados Iberoamericanos. No. 8.

[13] BERKOWITZ, Marvin W. Educar la persona moral en su totalidad. En: Revista de la Organización de Estados Iberoamericanos, Nº 8.

[14] Esta expresión es usada por Berkowitz en sentido figurado, como él no se tiene la pretensión de hacer una ubicación biológica, ni darle un tratamiento en este sentido. La analogía aquí es utilizada con fines explicativos y didácticos.

[15] PUIG ROVIRA, Josep Mª. Construcción dialógica de la personalidad moral. En: Revista de la Organización de Estados Iberoamericanos. No. 8. P. 7.

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