Basta ya de enseñar a leer, escribir y repetir palabras y números: ahora hay que aprender y enseñar a pensar.
Rousseau
Recientemente asistí a un evento científico donde tuve la oportunidad de intercambiar criterios con profesores de la enseñanza media. Quedé gratamente impresionado cuando escuché, en diversas ocasiones, que nuestra educación tenía que ser una educación científica.
Tampoco es raro escuchar en los medios de difusión citas acerca de la educación científica y un futuro de hombres de ciencia.
Sin embargo, es mucho menos frecuente escuchar que se mencione el método científico y su relación primordial con lo que conocemos como ‘ciencia’. De manera un tanto ingenua, dábamos por sentado que el método científico era algo que se impartía en la escuela desde tiempos inmemoriales, que era conocido por todos y que aparecía en los programas de las asignaturas de ciencia. Nada más lejos de la realidad.
Tras hacer una revisión bibliográfica, fue posible encontrar un solo artículo de un autor cubano sobre el tema: "El Método Científico Experimental: un método por excelencia para la integración de las Ciencias Naturales". Allí es posible leer lo siguiente: "…Cuando se revisan los Programas de las diferentes asignaturas pertenecientes a las Ciencias Naturales para la Secundaria Básica en Cuba (Leyva, 2003; Perera, Moltó y Mieres, 2003; Caballero 2003), nos damos cuenta de la carencia existente en el trabajo experimental, de forma general e individual en cada asignatura, tanto de forma como de método".
¿Y como es posible enseñar ciencia de manera científica (y valga la redundancia) sin enseñar el método científico? No es un juego de palabras. Según algunos, "La ciencia es el estudio del mundo material usando la razón humana. El método científico es la forma en que la razón humana y la lógica se aplican al mundo material para obtener conocimientos".
Es posible que haya diversidad de criterios en relación a algunas definiciones, pero lo que es indudable es que hay al menos dos diferentes aspectos a considerar:
1. La enseñanza del método científico como tal.
2. Su aplicación a la enseñanza de cualquier disciplina, puesto que en "Ciencias Pedagógicas" el ‘Ciencias’ no está por gusto.
Aquí nos referiremos solamente a las generalidades del punto 1. A nuestro entender, el otro punto deberá ser analizado para cada caso particular.
En EDUCAR, portal educativo del Estado argentino, aparece lo siguiente:
‘Existe consenso entre los expertos en enseñanza de las ciencias naturales respecto de que el aprendizaje se potencia cuando el alumno se involucra activamente en la enseñanza, por ejemplo realizando experiencias que le permitan ir construyendo los conocimientos y descubriendo por sí mismo las leyes naturales… Una enseñanza basada sólo en la investigación sería muy conveniente desde el punto de vista metodológico, pero podría llevar a cubrir un número muy limitado de temas en la formación de los estudiantes. Algunos especialistas la sostienen aún a pesar de ello.
Es posible (y deseable a nuestro juicio) combinar la realización de experimentos con las clases en el pizarrón, pero siempre sin perder de vista uno de los principales objetivos: ejercitar el método científico.’
También en Argentina se organizan cursos de postgrado sobre el método científico para profesores: ‘Aplicando El Método Científico en la Enseñanza de las Ciencias’. …"Una enseñanza de las ciencias orientada a estimular la capacidad de reflexionar sobre los propios conocimientos, y generar otros nuevos, requiere más que prácticas de laboratorio y de campo enfocadas a que los alumnos desarrollen habilidades y adquieran conocimientos.
El interés en la ciencia y en la producción de conocimientos se facilita si los alumnos se enfrentan con tareas abiertas y complejas, que respondan a sus propios intereses y motivaciones, y que presenten diferentes vías de solución. De esta manera, la ciencia deja de ser un área abstracta de trabajo y el método científico pasa a ser una herramienta para contestar sus propias preguntas…
La experiencia en la aplicación del método científico para resolver un problema práctico favorecerá una mayor independencia, promoverá actitudes críticas y creativas y una capacidad de análisis más profunda y racional del problema planteado. Mediante esta metodología tendrán oportunidad de poner a prueba ideas y conocimientos previos, conocimientos asistemáticos, tradiciones familiares y/o populares, intereses particulares, etc.".
A esto habría que añadir que la falta de conocimientos sobre el método científico es un caldo de cultivo ideal para la proliferación de la falsa ciencia o pseudociencia. Información sobre el método científico y las deformaciones pseudocientíficas pueden encontrarse en otros lugares.,
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