- Juan Vicente González
- Jorge Isaac
- Juan Antonio Pérez Bonalde
- Manuel Díaz Rodríguez
- Luis Manuel Urbaneja Alchepol
- Francisco Martínez
- Eduardo Blanco
- Francisco Lazo Martí
(1810 -1866). Poeta, escritor, político y biógrafo venezolano. Sin la consideración de la figura de González, la cultura venezolana quedaría mutilada. Es un autor insoslayable. González fue el primer prosista romántico de Venezuela . Conocedor del latín, filosofía, literatura y gramática. Periodista más combativo y fogoso, ponía tal pasión en cada frase, que hacía temblar al enemigo cuando fustigaba y esclarecía a aquella persona que alababa. Desde las tribunas de sus diario que fundó, El Heraldo, Diario de la Tarde ataca a cuantos se desvían de las ideas civilistas.
Escritor y poeta fue un romántico. Si en las Catilinarias destilaba el fuego político, en las Mesenianas desbordaban los sentimientos de su corazón. En estos pequeños poemas en prosa, el gran escritor Juan Vicente González describe con profunda tristeza sus impresiones de la Venezuela que tanto conoció y amó.
Narra con ternura y gran elevación poética la muerte de Andrés Bello o escribe, con semejantes características, la oración fúnebre de otro gran venezolano: el polifacético Fermín Toro.
Escribió la biografía de José Félix Ribas, un texto de gramática, uno de Historia de Venezuela y el de Historia Universal, que lo escribió estando preso, sin más recurso que su prodigiosa memoria.
(1837-1895). Escritor colombiano, aunque es conocido exclusivamente como el autor de María, obra a la que debe su lugar privilegiado en la historia literaria, Isaac nunca estuvo apartado de la literatura, ni antes ni después de su obra maestra.
Enredado en pleitos, Isaac acudió en Bogotá a los servicios profesionales de José María Vergara y Vergara y de Aníbal Galindo. El primero de éstos se convirtió en su mentor literario, al presentarlo a los miembros de la tertulia de El Mosaico, quienes, después de oír la lectura de sus poemas, asumieron su publicación.
Con algunos de ellos lo unirá una larga amistad. Por esa época también participó en las veladas literarias en la casa de Miguel Antonio Caro, quien, años más tarde, después del paso de Isaac al radicalismo, se convirtió en uno de sus acérrimos enemigos.
Por sus múltiples intereses y actividades Isaac fue, como pocos, uno de los hombres más representativos del siglo XIX colombiano. De su corta pero intensa vida, que tiene todos los ingredientes de una novela de aventuras, quedan abundantes escritos.
Isaac, aunque no logró plasmar una novela que superara a María, dejó una copiosa obra poética. Al momento de su muerte preparaba una cuarta edición de Maria.
3.- Juan Antonio Pérez Bonalde
(1846-1892). Poeta y escritor. Poeta posromántico, precursor del modernismo en su país. Pasó largos años en el destierro durante las luchas civiles. Gran conocedor de las lenguas modernas, fue traductor excelente de Heine y Poe. Obras: Estrofas y Ritmos, volúmenes que reúnen sus poemas originales, entre los cuales se destacan Al Niágara; Flor, elegía a la muerte de su hija, y Vuelta a la patria, caracterizada por su acento nostálgico.
Cantor de la tristeza, Pérez Bonalde es un poeta del otoño y de la noche. El color que predomina en su poesía es el color amarillo, color de la melancolía otoñal, que es con el que se nos presenta su más logrado y conocido poema,"Vuelta a la Patria".
u obra "El Cancionero", fue aclamada como la mejor traducción que se ha hecho al español de la famosa composición del alemán Heinrich Heine.
(1871-1927). Medico, escritor, novelista, ensayista, orador y político venezolano. Fue una de las figuras descollantes de la prosa modernista hispanoamericana (véase Modernismo). Dentro de estos moldes escribió lo más singular de su obra. Como novelista, abrió el sendero de la novela social venezolana con Ídolos rotos (1901) y fue el padre de la novela psicológica en la misma literatura con su Sangre patricia (1902). Destacó también en el cuento, tanto con sus Confidencias de psiquis (1896) como a través de sus Cuentos de color (1899); como ensayista (véase Ensayo), brilló en su comprensión del fenómeno literario de sus días en Camino de perfección (1911); sus mejores discursos los recogió en Sermones líricos (1918); dentro de los libros de viajes, escribió algunos muy singulares, como el que le dio gran fama: Sensaciones de viaje (1896), obra premiada por la Academia Venezolana de la Lengua. Fue representante de muchos cargos educativos y políticos dentro y fuera del país. En 1898 en Caracas publica "De mis romerías", otro libro de viajes; en cada estampa asocia la belleza de las ciudades a la belleza de las mujeres que habitan en ellas. Por este motivo, se inicia una controversia con la Iglesia y con algunos escritores conservadores, que consideran al libro una obra pagana y sensual; intentan, en vano, boicotear el premio que la Academia Venezolana de la Lengua le ofrece a Díaz; al final, el galardón se le entrega el 28 de octubre.
En 1909 dirigió el Periódico El Progresista. Otras obras: "Confidencias de Psiquis", su primer libro de cuentos: Cuentos de Color, Caminos de Perfección, Sermones Líricos, Edita "Cuentos de color", ya plenamente modernista entre otros.
La obra de Manuel Díaz Rodríguez es reconocida como una de las mejores prosas narrativas de un período en el que predominó fundamentalmente la poesía
5.- Luis Manuel Urbaneja Alchepohl
(1873-1937). Escritor vinculado al modernismo. Tenía 20 años cuando se fundó Cosmópolis, se destacó también en las páginas de El Cojo Ilustrado. Entre sus obras más destacadas se citan a El gaucho y el llanero, La bruja, Nubes de Verano, En este país (1916), Ovejón (1922), El Tuerto Miguel (1927), El Hombre que se quedó esperando (1927), La casa de las cuatro pencas (1937). Algunos llaman a Jesús Semprún (1882-1931) como al "crítico del modernismo" y su ensayo Del modernismo al criollismo es considerado como uno de sus mejores trabajos en este sentido. César Zumeta: (1860-1955) se reveló desde temprano gran estilista del período. Se destaca su ensayo sobre Bolívar en San Pedro (1883), Claros de Luna, Una limosna, Rex, Una cicatriz, Un funeral, El continente enfermo, Escrituras y lecturas (1899), La Semana (1906).
(1787-1862). Político y escritor español, presidente del gobierno (1822; 1834-1835). Catedrático de Filosofía Moral con tan sólo 21 años. En 1810, ya iniciada la guerra de la Independencia, estrenó su obra teatral Lo que puede un empleo. La segunda restauración del absolutismo en la persona del rey Fernando VII le llevó al exilio, en 1823. Pasó a residir en París, donde continuó su actividad literaria, a la que se sumó la crítica literaria. De aquellos años es su obra de teatro La conjuración de Venecia.
En 1831, pudo regresar a España, se estableció en Madrid y publicó dos años más tarde sus Poesías. Entre sus numerosas obras de teatro no mencionadas destaca el drama histórico La viuda de Padilla (1814), y entre sus varias novelas cabe mencionar Doña Isabel de Solís (1837). Escribió a su vez dos textos políticos: El espíritu del siglo (1835) y Bosquejo de la política de España (1855). En 1839, fue elegido director de la Real Academia Española.
(1839-1912). Escritor y político. Fue ministro de Instrucción Pública (1905-1906) y uno de los fundadores de la Academia Venezolana de Lengua (1883). En su producción literaria sobresalen: Venezuela histórica, once cuadros épicos en prosa que exaltan grandes momentos de las campañas del Libertador; Cuentos fantásticos; Tradiciones épicas y cuentos viejos, y las novelas: Una noche en Ferrara y Fauvette, obras por las que se lo considera el fundador de la nivela venezolana.
(1869-1909) Poeta y médico venezolano. Se le recuerda como cantor de las tierras llaneras en Silva criolla, poema fundamental de la poesía nativista venezolano existe en Silva Criolla una constante invitación a ese productivo volcar los ojos sobre a tierra, no sólo desde el punto de vista de la generosidad con que la naturaleza ha premiado a Venezuela, sino por lo que la naturaleza misma, el campo, las flores, los ríos, las montañas, el límpido cielo, constituyen un continuo y verdadero solaz para el espíritu.
Hombre de pluma y bala. Tuvo arrestos de revolucionario, pero el caso es que este llanero sabe combinar la dulzura de sus poemas nativistas con el bronco tronar de las guerras civiles, revolucionario activo en «La Legalista», con Joaquín Crespo y en «La Libertadora», contra Cipriano Castro, quizás como catarsis, como modo de drenar la tormenta que hacía estragos en su interior.
Padecía de insomnio. Por eso la noche aparece en todos sus poemas como algo cruel, siniestro, pavoroso. La obra de Lazo no es muy extensa. Su autor la fue dejando en efímeros periódicos de provincia, o en originales manuscritos que confiaba al cuidado de amigos íntimos. No parece haberse preocupado por recoger sus poemas en volumen.
En su obra confluyen elementos neoclásicos, románticos, parnasianos y simbolistas. Pero Lazo, situándose por encima de ellos, incorpora los temas de la tierra, añade sus vivencias, y funde en su crisol un metal poético, la Silva criolla.
Además de su Silva Criolla, poemas tan bellos como Crepusculares, Veguera, Flor de Pascua y Consuelo.
http://www.efemeridesvenezolanas.com/html/gonzalez.htm
www.aldeaeducativa.com
Encarta 2002
Enviado por:
Alcalá Bermúdez, Angel Daniel
Guarenas, 17 de mayo 2005