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El Modernismo (Literatura)

Enviado por Amira J. Köllrich


Partes: 1, 2

  1. Indicar las características más sobresalientes de este período
  2. Ubicar los años que abarca y su expansión por América
  3. Citar autores de este movimiento y su nacionalidad

Indicar las características más sobresalientes de este período

Los caracteres generales del modernismo pueden sintetizarse así:

  • a. Arte de minorías: la literatura es una actividad artística de elevados espíritus y no una mercancía de consumo popular; la literatura no es social sino personal;

  • b. Refinamiento y exquisitez: las obras deben reflejar una exquisitez y refinamiento de gusto, no sólo en los temas sino en la expresión.

  • c. La razón no es un elemento de la creación literaria: las fuentes de conocimiento y creación poética son la intuición y las facultades subconscientes del artista, y por ellos, las obras revelan un mundo fantástico, quimérico, sutil, caprichoso, melancólico; el mundo metacientífico es interesante (magia, ocultismo, teosofía, magnetismo, parapsicología, escatología, satanismo, etc.); los "raros" son objeto de especial interés y al mismo tiempo aptos para el arte.

  • d. Las sensaciones se corresponden entre sí: cada objeto del mundo exterior produce en el individuo y en el artista un conjunto de sensaciones correlativas; los perfumes, los sonidos y los colores se equivalen, y por eso puede hablarse de audición coloreatla (la a es negra, blanco horror) y otras correlaciones. El color azul y el cisne se destacan como favoritos de los modernistas. El azul simboliza la libertad y el cisne representa la actitud aristocratizante;

  • e. La poesía debe expresar las impresiones que nos producen las cosas y no las cosas mismas (procedimiento impresionista de describir la naturaleza): una nube empequeñecía el firmamento, por una nube me dejaba ver sólo una parte del universo;

  • f. Sentimentalidad: los artistas de la nueva estética no pueden dejarla de lado;

  • g. Matiz: el arte debe expresar el matiz difuso de la realidad, los estados de ánimo indefinibles, lo que no es lógica ni psicológicamente claro y distinto;

  • h. Musicalidad: los versos, además de tener un contenido significativo, deben ser musicalmente atractivos por su mismo sonido, aun cuando esta selección de sonidos no encierre un significado comprensible o preciso;

  • i. Transposiciones de arte: este recurso tomado del parnasianismo, consiste en tomar técnicas de una arte y proyectarlo a otra: pintura-literatura (descripciones de obras plásticas y cuadros); teatro-literatura (descripción de gestos, actitudes y ademanes como si los personajes actuaran en un escenario), etc;

  • j. Preferencia por los temas exquisitos, decorativos, pintorescos y exóticos;

  • k. Renovación del vocabulario y de la sintaxis: neologismos (liróforo, faunalias, crisoelefantismo, etc.); arcaísmos (ansina, rempujar, etc.); barbarismos (sportwoman, gin, baccarat, etc.); latinismos (Pro nobisora, gran senor, etc.);

  • l. Renovación de la versificación: actualización de antiguos versos olvidados, como los eneasílabos, los tercetos monorrimos y los cuartetos monorrimos, y combinaciones estróficas nuevas;

  • m. Búsqueda de la perfección formal (de inspiración parnasiana).

  • n. Individualismo

  • o. Actitud aristocratizante y preciosismo

Ubicar los años que abarca y su expansión por América

Este movimiento coincide con los años finiseculares del XIX, y puede enmarcárselo cronológicamente entre los años 1880 y 1910, en que se produce su agotamiento y liquidación. Hasta 1880-1890, aproximadamente, el mundo asistió a una transformación importante en política, religión, costumbres, artes plásticas, ciencias, filosofía y literatura, que de un modo genérico comenzó a denominarse más tarde modernismo, vocablo que en su origen se había aplicado a una forma heterodoxa del catolicismo, condenado luego por el papa Pio X en su encíclica Pascendi domini gregis. Sus rasgos más comunes eran un marcado anticonformismo y unos esfuerzos de renovación opuestos a las tendencias vigentes. Por extensión, las cosas y las ideas que rompían con la tradición anterior y que por lo tanto eran nuevas, cayeron bajo la denominación de modernismo, y dentro de ese rótulo, cayó también la literatura hispanoamericana y española de la época. En su origen el "mote" de modernistas era lanzado con matiz despectivo por los enemigos de las novedades. Sin embargo hacia 1890 Rubén Darío y otros asumen con un insolente orgullo tal designación.

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