- Nietzsche y la Moral Occidental
- El Estado
- La Gran Política
- El Superhombre
- El Nihilismo
- Nietzsche, Marx y Fascismo
1. Nietzsche y la Moral Occidental
"Al inclinarse Nietzsche personalmente por lo dionisiaco comienza su crítica de las tendencias racionalistas europeas de la época en que él vivía, y su gran disensión con el mundo académico, laborioso y científico en el seno del cual él mismo se había formado. Pero esa disensión iría más lejos, al alcanzar y poner en tela de juicio la moralidad aceptada en los países europeos.
Para Nietzsche la moral occidental, es decir, la cristiana, es decadente, pues predica la humildad y la resignación en vez de ensalzar la lucha, el espíritu vital y la constante superación. Al mismo tiempo, la moral cristiana está llena de terrores acerca del futuro, y la sombra del pecado encoge y subyuga el ánimo de los creyentes. Se trata, cree él, de una moral de pigmeos, sin grandeza alguna…"
Una de las características básicas del racionalismo -en términos de Nietzsche- es que con él nacen también un conjunto de ídolos (fantasmas ideológicos) que buscaron reemplazar al Dios Muerto Cristiano. El Hombre en su realidad decide que prefiere seguir creyendo que dejar de creer "Los hombres han perdido la fe y han matado a Dios. De momento los hombres (los europeos) viven tranquilos. En vez de afrontar el nihilismo, han buscado sustitutos a Dios: la ciencia, el progreso, la democracia. Toman al predicador por loco. Lo que sucede -dice Nietzsche- es que el predicador ha llegado demasiado pronto, porque los hombres (los europeos) todavía no han sufrido las consecuencias de la vacuidad de los nuevos ídolos. Pues bien, en el análisis de las consecuencias de la muerte de Dios surgen las ideas políticas de Nietzsche."
Lo expresado se puede condensar en la máxima de que occidente es el imperio de la razón –lógica y metafísica-, y a lo que Nietzsche se opone y lucha por destruir. En términos de filosofía y de moral, se tiene que "…la propuesta nietzscheana es una invitación a pensar la filosofía, el léxico filosófico, en términos no absolutos, no estáticos, ni eternos; se intenta comprender que cualquier construcción de la razón no es más que una interpretación, tal como lo señala uno de sus más famosos fragmentos póstumos: "Contra el positivismo que se detiene ante el fenómeno solo hay hechos, yo diría, no, justamente no hay hechos, solo interpretaciones". La crítica nietzscheana desemboca entonces en un rechazo de la razón como instancia legitimadora de la verdad y del hombre, todo pensamiento es sólo interpretación y por ello ningún concepto puede reclamar para sí un valor absoluto."
2. El Estado
Aunque no se discute que ante todo Nietzsche desarrollo un pensamiento filosófico, en algunos de sus textos se encuentran conceptos políticos. Uno de ellos y que fue abordado por Nietzsche, fue el del Estado:
"El Estado es uno de los nuevos ídolos que nuestro autor ataca en textos célebres. El Estado, "el más frío de todos los monstruos fríos". En un comienzo el Estado tuvo su papel: consagró el triunfo violento de los fuertes. Como este triunfo hizo posible la civilización, la gente ha olvidado el terrible origen del Estado. Nietzsche opone el Estado de los tiempos heroicos al Estado tranquilo de los modernos, al Estado del rebaño. Este es el Estado sacralizado por Hegel, el Estado que da seguridad, el Estado que hace de providencia, el Estado gestor. Este Estado desarrolla la barbarie porque difunde una cultura dominada por el utilitarismo"
"Zaratustra predica contra el Estado, al que llama "el más frío de los monstruos fríos". La gran mentira del Estado es decir: Yo, el Estado, soy el pueblo. ¡Es una mentira! Creadores fueron quienes crearon los pueblos y suspendieron encima de ellos una fe y un amor: así sirvieron a la vida. Aniquiladores son quienes ponen trampas para muchos y las llaman Estados; éstos suspenden encima de ellos una espada y cien concupiscencias. Donde todavía hay pueblo, este no entiende al Estado y lo odia, considerándolo mal de ojo y pecado contra las costumbres y los derechos (Z)…El Estado es falsedad, confusión de las lenguas peculiares del bien y del mal: en resumen, voluntad de muerte que hace señas amistosas a los "predicadores de la muerte". El Estado ha nacido para los demasiados, para los superfluos: los atrae, los devora y los rumia. Incluso se atrae a los hombres de corazón rico, a los que promete las más altas cosas si le sirven"
"Nietzsche condena el Estado moderno y, a la vez, la sociedad moderna. El Estado es un poderoso ídolo nuevo, mientras que a Nietzsche le interesa la destrucción de los ídolos. El Estado es una simple superestructura basada en la cualidad única de un pueblo, pero tuerce esa unicidad: el Estado predica doctrinas universales, como los derechos del hombre. Su hueco universalismo destruye el genio de un pueblo particular; su maquinaria impersonal despersonaliza al hombre"
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