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Vito Modesto Franklin, visto por doña Catalina Aranguren Bravo y demás familiares (página 2)

Enviado por León Morales


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Y el Coronel Aníbal Sánchez Colmenares, me ripostaba nuevamente con estas palabras: "… Vamos a detenerla, Francisco, vamos pues…".

Y yo le manifesté al jefe civil estas palabras:

"… Coronel Sánchez, si usted la detiene, mis hijos con el transcurrir de los años me cogerían una tremenda rabia por haber hecho presa a su madre. Ellos me odiarían y yo no podría resistir eso, sentirme culpable de llevar a su propia madre a la cárcel, por los hechos que acaban de suceder…".

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María Hilaria Morales y sus nietos en Tarmas

Yo creo que en parte, el culpable de todos esos sucesos fui yo; ya que años después supe que había nacido Edgar Eduardo Morales, mi hijo con María, del cual tuve desconocimiento, a pesar de que Emiliana si sabía que él venía al mundo.

Cuando nos hemos salido de las conversaciones que sostenemos sobre Vito Modesto Franklin, para narrar estos hechos, es porque a veces en nuestras vidas hemos actuado como él y eso sucede muy a menudo con nuestros paisanos guaireños, que no asumimos nuestros compromisos y responsabilidades familiares, para andar vitoqueado y haciendo de las nuestras en el mundo de las divas que formaron parte en nuestras existencias.

Y mi padre Francisco Santiago Sánchez Aranguren, haciendo algo alusivo a su personalidad, me dijo lo siguiente:

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Ingeniero Juan Francisco Morales

León Manuel, nunca hables mal de las mujeres con quien has hecho vida marital y mucho menos si tienen hijos de tú misma descendencia, ya que eso es delicado y es lo que he tratado de no hacer durante mi vida. Y recuerda siempre estas palabras, el Diablo sabe más por viejo, que por Diablo; ya que por Diablo es homosexual y transformista. Fíjate, que lo puedes ver de Sayona, Llorona y Anima Sola, eso te dice todo.

Y yo le respondí con cierta suspicacia a sus palabras, bajo éstos términos:

Con sobrada razón, nosotros nunca fuimos aceptados por su señora esposa, papá. Y lo cierto de todas estas cosas, es que ella se negó a que usted nos reconociera como hijos suyos; nosotros no fuimos culpables de esos sucesos que vivieron ustedes en el pasado, más bien fuimos unas víctimas de todos ustedes, nuestra infancia y juventud así se tradujo, y más con la llegada de nuestro hermano Edgar Eduardo al seno de nuestra familia en Catia de La Mar en 1.964.

Nosotros, tenemos que dejar registro de esas cosas, ya que no todo fue fácil para sobrevivir en esos avatares e infortunios del ayer, a pesar de su gesto de llevarnos a la casa de su señora madre María Catalina de Sena Aranguren Bravo de Sánchez Jiménez en PariataMaiquetía en 1.956, después de una estancia corta en la casa de mi tía Angelina Sánchez Aranguren de Garrido en El Rincón de Maiquetía en 1.955.

Y mi padre algo entristecido en ese momento, me dijo estas palabras:

A Vito Modesto Franklin le gritaban los transeúntes "PINOCHO", por lo mentiroso que fue él, y a mi me decían lo mismo, primero por mi larga nariz y por haberle mentido a mi padre, cuando en una ocasión fue al pueblo de Tarmas a preguntarme si tenía allí una mujer preñada; y orondamente, le dije que no, y ese fue el más grande error de mi vida, y por eso estamos viviendo lo que hoy sufrimos todos.

En realidad no podía dejar de escapar esta fase de mi vida y no relacionarla con la de Vito en su tiempo.

Ahora bien, continuemos adentrándonos en la vida de Vito Modesto Franklin, hasta él último halito de su vida terrenal.

¿Qué papel jugó el Capitán Isidro Barrientos en el Palacio de Miraflores en los momentos en que fue asesinado el General Juan Crisóstomo Gómez Chacón, abuela Catalina?

Las malas lenguas de la época decían que el Capitán Isidro Barrientos era tan manflórico como lo era el General Juancho Gómez, ese era el decir en esos días. Ya que cuando vino la peste bubónica en 1.918, acabó con la vida de una hermana del General Juan Vicente Gómez y con la de su hijo el Coronel Ali Gómez Bello, ya que su hermano Aníbal Gómez Chacón había muerto en Caracas en 1.899.

Lo que pasó en esas horas fue que el Capitán Barrientos se sintió muy celoso y eso lo hizo meterse en esa conspiración macabra en contra de su jefe el General Juancho Gómez, en donde estaba enredado el mismísimo General José Vicente Gómez Bello.

¿Y qué opina usted del asesinato del General Juancho Gómez, tío Lino?

Su sobrino el Coronel Gonzalo Gómez Bello era muy amigo de mi familia en El Hoyo de La Cumbre, él a veces salía por esos montes a cazar con mi papá, quién de paso era un importante jefe militar en el gobierno del Benemérito y Benefactor de la Patria, ya tú sabes a quien me refiero, nada más y nada menos, que al propio General Juan Vicente Gómez.

Esos momentos fueron de pesadillas para muchos políticos en esos momentos, ya que muchos de ellos fueron apresados y llevados a la cárcel de La Rotunda en Caracas, el mismísimo General Gómez andaba en la persecución de los asesinos de su hermano.

La cosa se puso tan seria, que nadie quería hablar sobre eso, ya que hubo mucha incertidumbre y cualquier persona en esa Caracas de 40.000 mil personas podía ser detenida y comprometida en ese alevoso hecho.

¿Y que opinas sobre eso, primo Vicente?

Como obrero portuario y a sabiendas de que Vito Modesto Franklin lo fue también, tengo que decirte que el Capitán Isidro Barrientos era tan manflórico como su jefe. Y lo que pasó en el Teatro Olimpia en Caracas, fue el preludio de lo que se avecinaba, ya que el General Juancho Gómez le había quitado el marido al Capitán Barrientos, quien de hecho celaba a Vito Modesto Franklin por la gran cantidad de horas y días que vivían palaciegamente entre diretes y sexualidad intima.

Las intimidades eran resguardadas por el propio Barrientos, quien de paso era el Capitán de Guardias en el Palacio de Miraflores en 1.923.

En eso interviene mi padre Francisco Santiago Sánchez Aranguren, manifestando lo siguiente:

El Capitán Barrientos era un paria homosexual quién vivía satisfaciendo las penurias sexuales del General Juancho Gómez Chacón, con zagaletones de los bajos fondos caraqueños, sin importarles sus procedencia, ya que si se les salían por la tangente, con el mismo Capitán de Guardias del Palacio de Miraflores los mandaban a matar.

El General Juancho Gómez y el Capitán Isidro Barrientos eran caimanes del mismo pozo, ya que ambos eran maricos y la rivalidad la tenían por quién les hacía los servicios maritales, y quién más que Vito Modesto Franklin, conocido como "El Mato Mierdero de Miraflores".

Lo que sucedió el 29 de junio de 1.923, se veía venir, allí la muerte tuvo un matiz más político que de mariconerías. Claro está, el General Juancho Gómez en ese momento estaba acompañado por Vito Modesto Franklin, su amante de turno. Y en su alcoba palaciega le dieron 27 certeras puñaladas, hasta acabar con su vida mundana.

El escritor Domingo Alberto Rangel en su obra "Gómez, el Amo del Poder", página 265, dice lo siguiente:

"… Juancho la noche antes de su muerte había asistido a una revista en el Teatro Olimpia junto con un mozo llamado Víctor Modesto Franklin. Es un figurín de la ciudad y Juancho ama aparecer junto a él para darse aires de tolerante y extravagante…".

Nuevamente interviene mi padre Francisco Sánchez Aranguren y nos refiere estas palabras:

Caramba vale, yo conocí en el pueblo de San Francisco de Asís en Naiguatá, al negro CIRIACO IRIARTE, el mismísimo que tiene muchos años haciendo de Diablo Mayor en los Diablos Danzantes de Naiguatá, y él me contó en 1.952, lo siguiente:

Francisco, como tú eres un buen maestro en el pueblo de Anare, te voy a contar lo que realmente sucedió en el Palacio de Miraflores el 29 de junio de 1.913. Yo me encontraba de guardia esa noche en el Palacio, ya que estaba pagando mi servicio militar allí en esos tiempos. Se puede decir, que todo pasó con mucha tranquilidad, ya que a veces uno no se daba cuenta de las cosas que allí sucedían, porque todo estaba bajo el control del Capitán Barrientos.

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Ciriaco Iriarte, Diablo Mayor de Naiguatá

Esa noche yo pude constatar la presencia del General José Vicente Gómez Bello, quién era el Comandante del Ejército y 2º Vicepresidente del país. Además, él era hijo del General Juan Vicente Gómez.

El Capitán Barrientos lo recibió y se fueron a una de las oficinas aledañas en el Palacio, en horas de la noche llegó el General Juancho Gómez, según sus escoltas y centinelas, él venía de una fiesta que hubo en el Teatro Olimpia en Caracas. Sus comensales le prepararon su cuarto, ya que él era el primer Vicepresidente del país, o sea, que tenía más mando que su propio sobrino.

¿Qué podíamos hacer nosotros que éramos simples soldaditos que de vaina sabíamos leer o escribir, o éramos analfabetas, allí en el Palacio de Miraflores, ese día?

¡Si los jefes que se encontraban allí ese día eran los más altos del país!

Claro está, nadie le podía chitar nada al General Juan Vicente Gómez, ya que ese hombre si era jodido de verdad y para nada le temblaba el pulso. Yo recuerdo que en el Palacio de Miraflores había un criado que le prestaba sus servicios en la recamara del General Juancho Gómez, él se llamaba Encarnación Mujica, quién era uña y carne del Capitán Barrientos y estuvo bien metido en ese crimen.

¡Ese Encarnación si era jala bolas de verdad, verdadita!

La ronda y los rondines recorrieron durante toda la noche las instalaciones del Palacio de Miraflores y no notaron nada extraño en el mismo, cuando en horas de la madrugada se supo el asunto, fue para cagarse de verdad, ya que todo el mundo corría y agarraban los teléfonos y llamaban a infinidades de personas, era algo feo y terrible.

La sorpresa más grande fue cuando vimos entrar al Palacio al propio General Juan Vicente Gómez y con su voz de campesino tachirense, dijo estas palabras:

¡Anjaá, cómo que matón aquí a mi hermano Juancho!

"Ya vamos a saber quién fue el que lo hizo",

Y a sus órdenes, el Coronel Eloy Tarazona, personalmente detuvo a la mayoría de los oficiales que tuvieron guardia ese día, entre ellos el Capitán Barrientos, a quien a punta de coñazos se lo llevaron a un lugar del mismo palacio y lo torturaron tan arrechamente, que fue casi imposible sacarle las palabras a ese hombre.

A muchos de mis compañeros los torturaron y algunos hasta murieron, yo temiendo por mi vida, me fui a un lugar solitario en la celda en donde me tenían encerrado y puse mis rodillas en tierra y elevando mis oraciones al Santísimo Sacramento del Altar, dije estas palabras: "… Oh, Santísimo Sacramento del Altar, si me sacas de esta situación y sin que me pase nada, te juro por mi alma y las de mis padres, que al salir del ejército me iré a mi pueblo en Naiguatá y allá te bailaré Diablo, hasta que muera algún día, te lo prometo Dios y Señor mío…".

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Ciriaco Iriarte, Diablos Danzantes de Naiguatá

Y Ciriaco Iriarte conocido como "Canta Bonito" cumplió con su palabra, ya que salió ileso de ese problemón que hubo el 29 de junio de 1.923, en el Palacio de Miraflores, y al llegar a Naiguatá se metió en la Cofradía de los Diablos Danzantes de Naiguatá, siendo su Diablo Mayor.

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Pablo Izaguirre López "Robín"

Y Pablo Izaguirre López "Robín", Diablo Mayor de los Diablos Danzantes de Naiguatá, en una grabación que hicimos para VIVE TV en el 2.008. Nos contó esta historia de Ciriaco Iriarte:

"… Fue después que Ciriaco Iriarte, conocido como "Canta Bonito", que la fiesta cobró relevancia. Cuando asesinaron a Juancho Gómez, hermano de Juan Vicente Gómez, muchos cayeron presos, incluyendo a Ciriaco. Él se le pegó al santísimo rogándole que lo sacara de ese compromiso y prometiéndole bailar diablo de por vida. Una tarde 1.923, llamaron al soldado Ciriaco Iriarte al cuartel y una señora de sombrero y antifaz que él no conocía le dijo que estaba libre. Así fue como le cumplió al Santísimo hasta su muerte en 1.984…".

Y entra ocasión, "Robín", Diablo Mayor de los Diablos Danzantes de Naiguatá, contó el mismo relato, de esta manera:

"… Ciriaco y un grupo de hombres cayeron presos porque los estaban involucrando con la muerte de un hermano de Gómez, los detuvieron para interrogarlos y a medida que esto sucedía, los iban matando. Contaba que él se empezó a encomendar al santísimo y a pedirle que lo sacara de allí, pues no tenía nada que ver en eso y a los días se le da el milagro, siendo llamado a la sala de visitas y un militar de la época, encargado de eso, le dijo estas palabras: Ciriaco ¿usted conoce a esa señora?

Según era una señora alta, vestida por completo de negro, un sombrero grande con un antifaz en la cara y una cartera, y esta le preguntó: ¿usted es el señor Ciriaco Iriarte?

Y él le respondió que si… a lo que ella le contestó: bueno recoja su ropita y sus cositas, que usted va a salir ahora, más tardecita. Ciriaco dijo que él no le vio ni los dientes ni la boca, mientras la señora le hablaba, y quedó sorprendido cuando en ese mismo día lo dejaron en libertad.

Nunca conoció a esa misteriosa mujer y siempre aseguró que fue el santísimo que se la envió para ayudarlo a salir de allí. Habló con su amigo Raimundo López y le contó lo acontecido, y le pidió a éste que le hiciera una gran máscara, porque él iba a comenzar a bailar los diablos…".

En "Crónica 1 Diablo por fe. Encuentro con los Diablos de Naiguatá", recogimos lo siguiente:

"… Lo que no imaginó es que aquel día su vida marina iba a ser cambiada por fusiles y avena gruesa. Así fue como Ciriaco Iriarte fue llevado –a la fuerza– para que formara parte de las filas del ejército que le servían a Gómez. Su gran contextura lo llevó directo hasta Miraflores para ser guardia de honor. El viaje de Naiguatá a Caracas fue doloroso, atrás dejaba al sol, la libertad y la danza.

La noche del 30 de junio de 1923 fue teñida de sangre. Allí a tres cuartos de distancia del general Juan Vicente Gómez, su hermano era asesinado con múltiples cuchilladas; las manos de Isidro Barrientos pusieron fin a la segunda cara del poder venezolano, hasta el día de hoy se corren rumores de que el mismo Juan Vicente lo quitó del camino… el poder no admite dualidad. El olor a pólvora y sangre volvió denso el aire de Miraflores, la incertidumbre y confusión bramaban, lo único que quedaba era matar para mantener la vida o invocar un milagro.

Ciriaco Iriarte en nombre del Santísimo Sacramento prometió bailar diablo para salvar su alma y demostrar el poder de la oración. Siendo uno de los pocos sobrevivientes de aquella masacre, por 60 años cumplió promesa, convirtiéndose incluso en un Diablo Mayor. Como pudo regresó a Naiguatá, atravesó la intimidad de la Sultana del Ávila, entendiendo que su vida e incluso la de su descendencia danzaría al ritmo de campanas y tambores; al encontrar los 7 diablos del pueblo los unió y se dedicó a la tradición, su alma pasó a ser parte del imaginario local…".

¿Y que fue de la vida de Vito Modesto Franklin, abuela Catalina?

Ese hombre terminó sus días dando mucha lástima, ya que los políticos lo usaron para burlarse del gobierno del General Juan Vicente Gómez y la etapa más crucial de su vida fue el carnaval que se dio en 1.922. Allí Leoncio Martínez "Leo" con sus fantochadas le dio publicidad a Vito, declarándolo el Príncipe de Austracia.

Ese mequetrefe de hombre tuvo su mayor popularidad, entre los años 1.922 y 1.924. Ya que él se creía un tipo bello, como también se lo creían algunos manflóricos de la época gomecista. Ese mal guaireño desgració su vida, gracias a un accidente que sufrió el 5 de diciembre de 1.930.

Allí se puso a presenciar a un latonero que según y que había inventado una cosa de esa que llaman motor y de pronto hubo una explosión que le alcanzó una pierna a Vito Modesto Franklin, perdiéndola en el acto. Él murió olvidado en caracas, el 17 de julio de 1.938.

Estimado lector de este trabajo histórico, lleno de gran memoria y que se pudo conservar a través de la oralidad, esperamos que sea de su agrado y que lo disfruten.

Fraternalmente,

edu.red

León Manuel Morales

 

 

Autor:

León Manuel Morales

Francmasón Past Máster Grado 33º

Patrimonio Cultural Viviente del Edo. Vargas

Oficial de Marina Mercante

Partes: 1, 2
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