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La fragmentación en el Caso Morel: transgresión de mundo cotidiano (página 2)


Partes: 1, 2

El tema del arte se encuentra presente en gran parte de la obra y ligado principalmente al del dinero. Fuertemente relacionado a esto, se encuentra el personaje de Joana, una artista con preferencias sexuales masoquistas que posteriormente será el objeto del crimen. Su importancia está basada en que es una de las pocas personas capaces de enseñarle cosas nuevas al espíritu desencantado de Morel:

"Nos acostamos, abrazados.

-Estoy aprendiendo tantas cosas contigo.

-Nada…

Color. Yo no sabía nada del color. ¡Qué mundo inmenso…!

-La percepción del color es una experiencia personal, extremadamente subjetiva. Es imposible enseñar a ver el color, y hasta es difícil enseñar a usarlo.

-Me quedo en casa y miro mis libros de pintura y recuerdo las cosas que me dijiste (…)" (pág. 17)

Estas líneas son unas de las pocas en que se puede advertir la influencia que ejerce Joana sobre Paul. En pocas palabras, Morel representa el vacío, mientras que Joana el deseo: "Yo estaba vacío, mi única salida era pegotear, soldar chatarra, mentir, simular, engañar, copiar tanto como pudiese." (pág. 17). Joana representa también una forma del dolor como alternativa al acto sexual.

De esta manera el erotismo y los bajos instintos van configuran un mundo donde lo que prima es el caos, al punto de equiparar la vida y la muerte con una misma significación donde están fuertemente ligados los temas de arte y sexo, representados a través de los personajes.

-¿Quién puede saber lo que pasa por la mente de un sádico? ¿O de un masoquista? Gilles de Rais, mariscal de Francia, que luchó al lado de Juana de Arco, en Orleans, mató y torturó a cientos de personas en procura de gratificación sexual; Febronio, un modesto compatriota, sacrificó una cantidad de chicos para poder alcanzar el orgasmo." (pág. 130)

En este ejemplo puede notarse cómo el trato de vida o muerte es indiferente y son tomados en los mismos términos.

La violencia no acusa anormalidad dentro del relato, sino que configura lo cotidiano. Así lo revelan las anotaciones fragmentadas de Morel.

"Cogía rosas y las introducía en su pene, o las insertaba en su recto y luego se quedaba de pie frente al espejo y se miraba, dijo el psiquiatra. No obtenía con ello una gratificación sexual. Finalmente, se comía las flores." (pág. 108)

Contraste de realidades

La visión de mundo cotidiano es un tema recurrente en los escritos de Fonseca. Surge en este sentido, como una representación de las ciudades brasileñas. El contexto de la ficción se condice con el contexto de lo real según Nunes (2003). Donde además de la violencia física existe la violencia producto del abandono social.

En Copromancia se toman temas que por lo general no se hablan, como son los desperdicios corporales, en una singular búsqueda por la comunicación entre pares: "Durante algún tiempo observamos y analizamos mis heces y discutimos su fenomenología. Un día, estábamos en el piso de Anita y ella me llamó para que viera sus heces en el retrete. Confieso que aquello me emocionó, y sentí fortalecido nuestro amor. La confianza entre los que se aman tiene ese efecto." (pág. 18)

De esta manera se interioriza el mundo cotidiano representado por los escritos de Fonseca, se utiliza un medio poco común para la búsqueda, fracasada en los aspectos de siempre, de comunicación en una sociedad violentada. En las primeras líneas del relato se va advirtiendo la configuración de desilusión que acompaña la literatura en general de Fonseca. El sujeto que enuncia reflexiona sobre lo que se tiende a rechazar por la sociedad. La solución por tanto es practicar una lectura semiótica de las heces que permita una forma de comunicación.

En Coincidencias se percibe una violencia tan habitual como lo permite la realidad ficcional. La muerte violenta pasa casi desapercibida convirtiéndose en un hecho cotidiano, como parte inseparable de la existencia. La caspa, un residuo corporal vuelve a ser el centro de la historia, de la misma manera en que se configuró en el cuento anterior; la búsqueda de comunicación y el contacto interpersonal.

El cuerpo se traduce como un espacio de violencia, como un espacio social donde ésta se da, favoreciendo la destrucción de las nociones cívicas y de compromiso social, según Nunes (2003).

Cuerpo como espacio social

Entonces se utiliza el cuerpo como el espacio social donde se da la violencia y donde se expresan las intenciones recónditas.

"Después de media hora terminó por convencerme.

En la literatura, el pene siempre es comparado con un instrumento de agresión. Empecé a imaginar la primera ilustración para Venus R. B. Un pene que fuese al mismo tiempo clava, lanza, espada, bastón, tronco (árbol), ariete.

La vagina: gruta, nicho, concha, flor, nido.

En una sola tarde dibujé la vagina." (pág. 71)

La decadencia social se encuentra viciada por la cultura fuertemente sexual que envuelve las ideologías. Se puede establecer un grado de comparación con la película A Clockwork Orange[2]en cuanto a la percepción de la sociedad y principalmente del arte, pero es necesario profundizar más en ese tema.

"La mulata tiene la piel bastante oscura para parecer inferior a las mujeres de la familia del macho blanco, lo que le permite a éste rehacer las deseables condiciones de la primera experiencia sexual sin la menor ansiedad. Nada mejor que una mulata para la sodomía, es un tópico en todo el país." (pág. 111)

En la novela abunda el ingrediente sexual canalizado en el cuerpo, redimido por el sadomasoquismo, que a parte de estar representado en la figura de Joana, termina por establecerse en cada uno de los diálogos posteriores y las ideologías del resto de los personajes, incluyendo al protagonista. De esta manera, terminan revelándose las desigualdades sociales de una sociedad putrefacta de atmósfera viciada.

Espacio físico y psicológico

En la obra de Fonseca el espacio se va configurando en variedad de tonalidades y texturas, que sin embargo, están siempre teñidas por una misma tónica. Existen espacios físicos penumbrosos, con media luz, matizados de claroscuros, donde los personajes desarrollan sus actividades, y donde también se desenvuelve el crimen: "No dormí bien durante la noche. Me desperté varias veces, fui hasta la ventana y miré la calle vacía" (pág. 116) "Yo habitaba una enorme casa vieja, en Santa Teresa. Siempre me gustaron las casas grades. Tal vez, para compensar el período de pobreza durante el que toda mi familia vivía en un piso alto" (pág. 73)

También pasa lo mismo en cuanto a espacios psicológicos. Los personajes se desenvuelven en un matiz de estados, donde la sordidez del lenguaje viene a condimentar los hechos:

"-Por favor, entiéndeme, no se trata sólo de sexo… Por eso bebo, fumo, tomo pastillas, para liberarme. Soy una puta.

Le contesté que era una mujer pura y generosa.

Cogí el vibrador.

-¿Eso no me va a lastimar?

-No.

Sólo me detuve cuando me dolían los brazos. Ligia tuvo varios orgasmos. Todos los orificios de su cuerpo fueron penetrados por mí y por el objeto." (pág. 103)

El ambiente, tanto físico como sicológico, confluyen en la demostración de las pasiones humanas desbordadas, convirtiéndose, junto con el lenguaje, en vehículos de exploración de la angustia de vivir que desarrollan los personajes, en una sociedad que es el fiel reflejo de la nuestra. Un mundo asfixiante y envenenado.

Conclusiones

El personaje que lleva la investigación policial es el prototipo de Fonseca, ha aparecido en otra de sus obras, y esta vez, sirve para poder indagar en la vida pública e íntima del resto de los personajes. Mattos por su parte, representa todo el objeto legal, la justicia y la institucionalidad, por lo que no es casualidad que muera. Este hecho sirve para mantener la novela de Fonseca dentro del ámbito de la novela criminalística, un policía muerto no es un hecho que cause mayor admiración, se convierte en una cotidianeidad dentro de la narración y dentro del espacio lúgubre.

Dentro de la novela no hay espacio para lo moral, ni para lo religioso, se revela la descomposición social a través de las mujeres muertas y de los golpes.

Tomando en cuenta los puntos revisados en la novela y en los cuentos de Fonseca, se puede llegar a lineamientos generales que han configurado su discurso:

En primer lugar es necesario mencionar la doble ficcionalidad que se advierte en el texto, donde la novela puede entenderse como una parodia al género negro. Se percibe el típico caso de este género: la novela dentro de la novela. El protagonista escritor escribe una novela dentro de otra, donde a la vez reflexiona sobre la creación literaria en la medida en que va escribiendo. Es una reflexión sobre el oficio de escribir. Sobre este punto descansa la raíz de la novela: la ficción se muestra doblemente ficcional, ya que se desenvuelve entre referentes literarios: "El verdadero escritor nada tiene que decir. Tiene una manera de no decir nada" (pág. 14), y se confiesa ficcional en varias líneas de la novela "Nada debemos temer excepto las palabras" se repite en varias partes del texto.

En segundo lugar, la doble ficcionalidad configura la fragmentación de la obra, esto es, va marcando las alusiones metaficcionales de carácter literario que a la vez dan forma al relato metadiegético. Estas alusiones son constantes, se encuentran presentes a lo largo de todo el relato, revelando los distintos procesos mentales por las que pasa directamente el sujeto discursivo, y contiene un alto grado de verosimilitud, entregado al relato. La imagen del bloqueo del escritor ante la máquina de escribir. De alguna manera demuestran los pensamientos ante la idea de escribir un libro dentro de otro, el bloqueo producto de la forzosa tarea que Morel está cumpliendo. Son sus anotaciones, sus pensamientos relativos a lo que tiene dentro de la cabeza, lo que quiere escribir. Y en la novela se pueden encontrar varios de estos ejemplos. La fragmentación está contenida en esta idea.

"Nada debemos temer

Excepto las palabras"

Se repite en varias ocasiones la misma idea. Las primeras líneas de la novela resultan reveladoras: "-¿Sirve escribir, si nadie lo leerá? -Siempre sirve. -Paso las noches soñando en mi carrera literaria. (pág. 8). Es un diálogo entre ambos escritores, entre Morel y Vilela. Asunto que está íntimamente ligado a la figura de Fonseca como escritor y sus preferencias por temas principalmente políticos de la década del "50 en Brasil.

Así, la doble textualidad; la historia de Morel y la historia de la investigación, se traslapan logrando la totalidad discursiva, y configurando la ficcionalidad de la obra a través de las reflexiones metaficcionales de carácter existencialista.

Referencia Bibliográfica

Elojoquepiensa.com. Chaparro, Hugo. 4 de agosto de 2003. Universidad de Guadalajara. Rubem Fonseca: La tradición reinventada

Fonseca, Rubem. Cuentos Copromancia y Coincidencias en Secreciones, Excreciones y Desatinos. Barcelona: Seix Barral, 2003

Fonseca, Rubem. El caso Morel. Barcelona: Bruguera, S.A., 1978

Issuu.com. Forero, Gustavo. Indefiniciones y Sospechas del Género Negro. 2 de mayo de 2009

Scielo.cl. Nunes, Clicie. Secreciones, excreciones y desatinos de Rubem Fonseca: El cuerpo y su contaminación. 1 de junio de 2009

 

 

 

 

 

 

Autor:

Beatriz Castro Saavedra

[1] T?rmino acu?ado de Gustavo Forero en Indefiniciones y sospechas del g?nero negro.

[2] Al igual que en El Caso Morel, los principales intereses en la vida del protagonista est?n eclipsados por la?violaci?n, la?ultra-violencia?y, en este caso, la m?sica de Beethoven.

Partes: 1, 2

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